Lo que hay que saber
En estos meses de crisis sanitaria surgieron problemas en la oferta de los productos agropecuarios debido a diversos factores como falta de mano de obra en la tarea de la cosecha, subas de los costos logísticos del transporte de las mercaderías, cierre temporario
de puntos de venta. También hubo menos oferta de verduras frescas: los quinteros pararon su actividad por la cuarentena. Dada esta situación se produjeron remarcaciones de precios en las verduras y frutas debido al aumento inusual de la demanda.
El escenario y los actores
Pero lo cierto es que en el gobierno la lupa no esta puesto en el accionar de los proveedores de verduras o carnes, sino en las empresa nacionales y extranjeras que elaboran el 80% de los alimentos y bebidas como Arcor, Molinos Rio de la Plata, Danone-La Serenísima, Adecoagro, Ledesma, Coca Cola, Nestlé, Mondelez-ex Kraft, Molinos Cañuelas, Morixe, con rasgos oligopólicos continuaron subiendo sus precios a fin de evitar la caída en su (mark up)tasa de ganancia. Un paper que esta dando vueltas hace meses entre los economistas que forman parte de la tropa del Frenre de Todos pone la mira en lo que fue la suba de precios en los alimentos y apunta a las empresas oligopólicas y su posicionamiento en el mercado. En especial les preocupa a los economistas "albertistas" los elementos que usaron durante estos seis meses de pandemia para mantener su mark up a través de diversas estrategias como barreras de entrada, diferenciación de productos, producir gran variedad de productos, nuevas marcas, economías de escala, colusión. El achicamiento en promedio de un 10% de los productos (shrinkflation), es un mecanismo que tiene muy estudiado la secretaria de Comercio que conduce Paula Español. De hecho, hay una lista que manejan los funcionarios donde se muestra el "enanismo comercial" que achico los envases de los lácteos, arroz, fideos, aceite, artículos de limpieza personal y del hogar y legumbres enlatadas.
Lo que se viene
Pero la conflictividad no es solo entre empresas y gobierno, sino también entre sindicatos, empresas y gobierno. No escapa a nadie entre hombres de negocios y políticos que la estrategia de abaratar costos de flete es central, ya que cuando el contenido en la carga es menor y es más barato el flete se envían más productos al ser más pequeños, sin reducir proporcionalmente su precio final. Y si bien esto conviene al gremio mas poderoso del sector, Camioneros que conduce Pablo Moyano, ya que tiene cada vez mas camioneros trabajando, lo cierto es también acelera la discusión sobre la torta a repartir entre trabajadores y empresarios. En rigor de verdad, el recargo del costo logistico lo termina pagando muchas veces el consumidor, ya que por el lado del del sistema de distribución, se cobran recargo por costo logístico de 3%, que luego los supermerdados e hipermercados trasladan al precio final. La discusión sobre quien paga el 3% no es menor: lacteas como la Serenísima, por ejemplo, suben el 3% sus productos por costos logisticos. En tanto la devaluacion tambien pesa en el reparto, ya que de acuerdo a muchos supermercados e hipermercados, señalan que Arcor, Molinos Río de La Plata y Molinos Cañuelas tardan en entregar productos, especulando con una devaluación.