El acuerdo comercial entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE), presentado por Juntos por el Cambio como uno de los grandes logros del gobierno de Mauricio Macri, naufragó el miércoles pasado cuando la Eurocámara lo rechazó. La situación generó la preocupación de las empresas argentinas y uruguayas que veían a posibilidad de entrar al viejo continente.
El Parlamento Europeo justificó la no ratificación del acuerdo debido a la política ambiental del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que ha provocado ya que varios países rechacen dar luz verde a este pacto comercial. La Cámara advirtió que el pacto con el Mercosur "contradice los compromisos asumidos con el Acuerdo de París".
El documento subraya la importancia de la reciente modernización del acuerdo UE-México y de la conclusión de las negociaciones con el Mercosur, "que tienen el potencial de profundizar nuestra asociación estratégica con América Latina, de crear oportunidades adicionales en nuestras relaciones comerciales con estos países y de ayudar a diversificar las cadenas de suministro para la economía europea".
"El acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur representa el mayor acuerdo de 'bloque a bloque' de este tipo y tiene el potencial de crear un mercado abierto beneficioso para ambas partes que abarque aproximadamente a 800 millones de ciudadanos", apuntan los diputados.
No obstante, inciden en que el pacto "debe garantizar unas condiciones de competencia leal y el respeto de las normativas y los modos de producción europeos" y en que contiene un capítulo vinculante sobre desarrollo sostenible "que debe aplicarse, ponerse en práctica y evaluarse plenamente".
El acuerdo con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que se cerró en 2019 tras veinte años de negociaciones, debe ahora ratificarse antes de que pueda entrar en vigor. No obstante, el acuerdo ha recibido fuertes críticas de quienes consideran que no cuenta con suficientes requisitos para proteger el Amazonas, y Holanda, Austria y Francia ya han rechazado validar el acuerdo si el Ejecutivo brasileño no cambia sus políticas medioambientales.
El Parlamento Europeo no comenzará su proceso de ratificación hasta no hayan firmado todos los Estados miembros el acuerdo, actualmente en proceso de verificación jurídica y traducción a todas las lenguas oficiales de la Unión.
En septiembre del año pasado, Macri defendió el acuerdo comercial al brindar su mensaje en la 74ta. Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. En aquel momento sostuvo que se trata de un convenio "sin precedentes para ambos bloques" porque "va a permitir potenciar el comercio y las inversiones, impactando positivamente en la calidad de vida de nuestra gente".
Y su ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie, había asegurado que el acuerdo podría entrar en vigencia en 2021: "no hay razones para que otro gobierno no avale un acuerdo que abre al país uno de los mercados más amplios del mundo con 500 millones de personas".
El rechazo del pasado miércoles, despertó la preocupación de los representantes del comercio y las exportaciones de Uruguay que sostienen que esto se debe a una razón política más que ambiental. "Nos preocupa que la Unión Europea no aproveche el mercado ampliado que es el Mercosur y que haya resuelto no seguir adelante con esta oportunidad que, con esta decisión, dejan de ganar", dijo la gerenta general de la Unión de Exportadores de Uruguay (UEU), Teresa Aishemberg.
En este sentido, la gerenta señaló que esto afecta a ambas partes porque los consumidores de ambos bloques están "ávidos de consumir calidad" y eso es algo que los países del Mercosur pueden ofrecer. "Con esta decisión política de poner marcha atrás o retrasarlo un año más en 20 años que lo venimos discutiendo, evidentemente demuestra que hay falta de información o falta de reconocimiento a algunos aspectos que se vienen trabajando en los países del Mercosur", enfatizó.
También subrayó que en Europa hay una acumulación de deterioro ambiental que viene desde la Revolución Industrial; por lo tanto no debe mirarse solo a los países emergentes que hace diez años empezaron su trabajo de desarrollo.
Aishemberg ejemplificó el caso de Uruguay, que después de diez años de trabajo cuenta con un Ministerio de Ambiente, trabaja en la calidad de sus productos y cuida el bienestar animal. "Todo eso se desconoce aparentemente en Europa; por eso nos preocupa el desconocimiento, esa decisión. Estas preferencias que hoy le da el mercado ampliado del Mercosur a Europa terminantemente se lo vamos a dar a otros mercados que están queriendo hacer negocios con el Mercosur", aseguró.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Uruguay, Julio César Lestido, señaló que esta no es una noticia agradable pero que "hay que tener calma" y que esto puede que sea simplemente un nuevo obstáculo. "Creo que hay que seguir y las personas indicadas van a seguir hablando y negociando y se harán las gestiones necesarias para salir adelante", apuntó. Además, consideró que el acuerdo es a largo plazo y, por ello, los países de ambos bloques no pueden apuntar al tiempo inmediato.