El director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, John Ratcliffe, acusó a Rusia e Irán de intentar interferir en la elección presidencial de 2020, algo que fue negado rápidamente por Moscú y Teherán.
El anuncio, realizado dos semanas antes de los comicios del 3 de noviembre, mostró el nivel de alarma existente entre altos funcionarios estadounidenses ante la posibilidad de que actores foráneos intenten minar la confianza de los norteamericanos en la integridad de la votación, propagando desinformación en un intento por influir en el resultado.
“Hemos confirmado que Irán ha obtenido cierta información del registro de votantes, al igual que Rusia por separado”, afirmó Ratcliffe. La mayor parte del registro de votantes es pública, pero Ratcliffe dijo que los funcionarios gubernamentales “ya han visto a Irán enviando correos electrónicos falseados destinados a intimidar a los votantes, incitar el malestar social y perjudicar al presidente (Donald) Trump”.
Las declaraciones llegaron después de que votantes demócratas registrados informaran haber recibido correos electrónicos con direcciones personales en nombre del grupo de milicias armadas Proud Boys. Los correos decían: “Sabremos por cuál candidato votaste. Yo en tu lugar me tomaría esto seriamente”.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh, manifestó el fuerte rechazo a las acusaciones estadounidenses, "repetitivas, sin base y falsas"; agregando que para ellos "no hay diferencia sobre quién gane la elección en Estados Unidos".
Por su parte, el portavoz ruso, Dmitry Peskov, también negó las alegaciones: “Esas acusaciones aparecen todos los días, son infundadas y no tienen ninguna base”.
Con información de Reuters.