Thelma Fardin “seduce a través de la magia” en “Giro de ases”, una comedia romántica con toques fantásticos, que se puede ver desde este viernes 18 a través de la plataforma Cine.ar Play.
“Esta es una película que habla de perseguir el deseo y de correrse de los lugares del deber ser. Cuando estás conectado con lo que realmente deseás, se da la posibilidad de creer y la magia sucede”, expresó Fardin en entrevista con Télam.
Una historia de amor, otra de seducción y la magia como protagonista, conforman una trama con toques fantásticos que transcurre en una comunidad de magos de Buenos Aires.
“Es un filme que te invita a conectar con la fantasía, con la posibilidad de que haya cosas que no estén explicadas, te habla de una magia que no es tangible”, explicó la actriz que participó de títulos como “Sos mi vida”, “Patito feo”, “Consentidos”, “Somos familia” y “Soy luna”, entre otros, y que en esta historia interpreta a una maga de salón.
“Y además -agregó- me copó mucho la idea de hacer una película que sale de los espacios tradicionales a los que está circunscripto el cine argentino, un lugar que no se había explorado, ya que no hay una ficción donde se retrate la magia”.
Hay mucho aprendizaje en la dificultad que representa construir desde lo colectivo y bancarse seguir por ese camino, que es el que vale a largo plazo.
THELMA FARDÍN
Juan Grandinetti, Carolina Kopelioff, Lautaro Delgado Tymruk y la participación de Romina Gaetani y Esteban Pérez completan el elenco de la cinta que cuenta con la dirección de Sebastián Tabany y la producción de Fernando Díaz.
Télam: ¿Qué te sedujo de tu personaje?
Thelma Fardin: Por un lado, hay muy pocas mujeres en el mundo de la magia. Por otro, se corre del estereotipo que tiene que ver con su sexualidad. Mariana es homosexual y buscamos no caer en el lugar común, ella seduce a través de la magia, nos pareció una linda manera de presentarla. Como en el guion original mi personaje iba a ser varón, al principio tendía a cosificar a otra mujer, y ahí lo repensamos y buscamos que no caiga en la lógica patriarcal y que no tenga esa cosa masculinizada.
T: La magia también es protagonista y, a la vez, atraviesa los vínculos.
TF: Justamente esa es la intención del tono de la película. La magia estuvo presente a la hora de filmar, desde nuestros coachs hasta nuestro director, que es mago. Sobre todo en las historias de amor la seducción está puesta en la magia, es la manera de acercarse. Lo que no tiene magia no funciona.
T: A partir de esta experiencia, ¿qué te pasó con la magia?
TF: El director nos dijo que no iba a haber dobles y que nosotros teníamos que aprender los trucos que nos tocaba y ese fue un hermoso desafío. Por otro lado, una de las cosas que le dije fue que quería conservar la ilusión de que la magia existe, entregarme a los magos por completo, de alguna manera, conservar esa ingenuidad. Es necesario mantener ese lugar de ilusión y de esperanza.
T: ¿Creés que la perspectiva de género está presente en la ficción?
TF: Creo que está pasando, que es un tema social. Están quienes lo hacen por una cuestión de conciencia, otros por miedo o por moda. Lo importante es que desde los movimientos feministas hicimos mucho laburo en señalar lo que no va. Tiene que ver más con una perspectiva de género que se está haciendo notoria en muchos lugares, en el cine sobre todo, al tener el tiempo que no tiene la televisión. Vi varias películas de Hollywood en cuarentena y hay que tener cuidado de que el feminismo no quede limitado, reducido simplemente a que el hombre le practique sexo oral a la mujer. Pero sí hay un abismo en cómo se pensaba un guion antes a cómo se piensa ahora y a cómo se cuenta una historia.
T: ¿Sentís que se cuestiona quién es más o menos feminista?
TF: Eso es una obsesión para mí. Cuando a nosotras nos corren con el feminismo me parece que tenemos que tener cuidado de no caer en la trampa. Me preocupa bastante el nivel de aplanamiento en el debate, me parece que se está llevando todo a un lugar de achatamiento y es una pena, cuando muchas estamos bregando para poder elevar un poco la conciencia y, además, porque todavía tenemos mucho que aprender.
T: Después de la denuncia que hiciste a fines de 2018 a Juan Darthés, y que sucedió al año del Me Too, ¿pensás que fue un antes y un después para muchas mujeres?
TF: Nunca imaginé un lugar tan fuerte dentro del movimiento de mujeres, dentro de los feminismos, y con el tiempo lo voy aceptando. Tenía la convicción de que era lo que necesitaba hacer primero por mí y después porque entendía que si del otro lado eso que era muy fuerte en lo personal servía para que al menos una persona se sintiera comprendida e identificada ya era más que suficiente. Se dio en el marco de un proceso histórico y social en el que yo quedo en un lugar protagónico totalmente sin quererlo y sin medirlo. La verdad es que todo el tiempo deseo poder estar a la altura, lo que sucedió es algo mucho más grande que yo y que me excede.
T: Todo este proceso te llevó a la militancia.
TF: Mi militancia me apasiona tanto como la actuación. Hay mucho aprendizaje en la dificultad que representa construir desde lo colectivo y bancarse seguir por ese camino, que es el que vale a largo plazo. Es una temática que me atraviesa y lo vivo con responsabilidad, pero también, con mucha pasión. Parte de la sanación tiene que ver con poder construir figuras en las que no solamente se ve la parte rota, sino que lo roto da lugar para construir algo que es muy poderoso y que no solamente empodera a una, sino a todas.
T: ¿Crees que va a haber justicia?
TF: Creo que ya hay una forma de justicia en la evolución social, en el salto que dimos. Cuando vas a las cifras, el 97 por ciento de los casos quedan impunes. Y está toda la cuestión técnica en la que te preguntás hasta dónde la revictimización a las víctimas, cuál es el recorrido, yo tengo que ir a litigar a Brasil cuando ya me tuve que tomar un avión a Nicaragua. Estaría bueno como sociedad si hacemos el ejercicio de preguntarnos qué es justicia.