La pizza es un lenguaje universal, como la música, sin embargo, tiene cambios culturales que la hacen diferente más allá de su esencia irreducible. Y así como las escalas arábicas de las melodías orientales completan un paisaje distinto al de las composiciones de Vivaldi, al hablar de pizzas podemos imaginar experiencias muy alejadas entre sí. Este plato de culto siempre estuvo ligado a la noche y la amistad.
Y así como sucede con las smashed burgers que encontraron su hábitat natural entre los comensales porteños, la pizza napolitana irrumpió con fuerza y mucha gracia en la escena gastronómica. El factor común entre ambas modas es la novedad de la preparación, que a la vez genera competencia por su grado de perfeccionamiento. Cada chef intenta, otra vez, superar los límites de la preparación a través de ingredientes premium y diferenciales en ciertos detalles que acompañan a la experiencia del sabor.
Nuestra primera recomendación se encuentra en una esquina de Julián Álvarez y Cabrera en el barrio de Villa Crespo. La bohemia de Brooklyn en los 70’ impregna de estilo a Eléctrica Pizza, un local que aparenta ser un taller electromecánico pero que contiene en su interior una cocina con todo el estilo del street food italiano. Es que los dueños no quisieron modificar el rústico encanto de la fachada una vez que tuvieron las llaves del local. El binomio fantástico funcionó y comer pizzas en un taller devenido en resto bar cosmopolita nunca fue tan divertido.
Otro particular ecosistema es el de La Épica, que usó las restricciones de la pandemia a su favor y copó el Parque Saavedra. En ese mismo barrio, sus dueños -muy jóvenes los dos- adoptaron una modalidad muy curiosa: con la compra de alguna opción en el menú, te ofrecen una silleta para disfrutar del plato sentado al aire libre, en el mismo parque. Según cuentan ellos, la idea surgió en tiempos donde el distanciamiento era sumamente estricto y las actividades de esparcimiento estaban limitadas a los espacios abiertos. La propuesta funcionó desde el primer día de su inauguración y hoy transita su camino a ser un clásico.
Para nuestra última recomendación nos movemos al tradicional barrio de Palermo, donde Atte. Pizzería brinda un servicio único, con una atención exclusiva para un máximo de 40 personas. El emprendimiento está liderado por mujeres que ocupan los lugares más importantes del resto y el local abunda en detalles bellos y armónicos que completan una salida única, una noche de las que uno quiere guardar todas las fotos. La carta recorre lo más tradicional de la margarita (con el protagonismo rotundo de la albahaca) y explora a través de la fusión con nuevos ingredientes. |
