¿Qué pasará tras “interrumpirse” el matrimonio de la infanta española Cristina? – Negocios & Política
 

Escándalo real |¿Qué pasará tras “interrumpirse” el matrimonio de la infanta española Cristina?

A días de que se publicasen las fotos de Iñaki Urdangarin de la mano de su nueva pareja, la hija de los reyes de España Juan Carlos I y Sofía, planea cómo será su divorcio. Los bienes, la custodia de sus hijos y los aportes.
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El esposo de la Infanta de España, fue captado por las lentes de la revista Lecturas de la mano con una nueva pareja: la abogada Ainhoa Armentia. Humillada públicamente, su esposa, Cristina de Borbón, anunció la “interrupción de su relación matrimonial”, un eufemismo similar al que utilizó la infanta Elena y Jaime Marichalar cuando cesaron su matrimonio en 2007.

 “Deberían aceptar que esa palabra está al alcance de todos los españoles a través de una ley, por lo que el divorcio no es algo negativo. No entiendo que anden con estos eufemismos, entre otras cosas, porque en la Casa Real ya hay tres mujeres divorciadas: Elena, Cristina y Letizia. Es normal, no pasa nada”, señaló un periodista, que no prevé demasiados problemas en la tramitación de la separación entre Cristina e Iñaki, ya que contrajeron matrimonio en régimen de separación de bienes “como todos los matrimonios reales”.

Un experto en Derecho de familia Luis Zarraluqui apuntó al régimen económico de los contrayentes: “pueden acordarse más cosas. Por ejemplo, qué hacer en caso de ruptura, si habrá pensiones para alguno de los dos, cómo se van a pagar dichas pensiones o qué hacer con los bienes que adquieran. Se pueden acordar muchas cosas, aunque con un límite: lo que afecta a los menores. Ahí, el juez debe determinar si lo acordado es lo mejor para ellos”.

Del matrimonio entre ambos nacieron cuatro hijos: Juan Valentín de Todos los Santos, nacido el 29 de septiembre de 1999; Pablo Nicolás Sebastián de Todos los Santos, nacido el 6 de diciembre de 2000; Miguel de Todos los Santos, nacido el 30 de abril de 2002 e Irene de Todos los Santos, nacida el 5 de junio de 2005.

De los cuatro, tan solo Irene es menor de edad. Por tanto, mientras que sus hermanos ya pueden decidir libremente si desean vivir con uno de los progenitores o con los dos, el acuerdo de divorcio deberá determinar expresamente la custodia de Irene, que podrá ser monoparental o compartida.

“En caso de que el divorcio no sea amistoso, los menores a partir de los 12 años deben ser escuchados, lo que no quiere decir que se le vaya a hacer caso. Aquí, si una niña de 16 o 17 años tiene una voluntad firme de vivir con uno de los progenitores o con ambos, el juez lo va a tener en cuenta. No quiere decir que lo vaya a seguir al pie de la letra, porque el juez es independiente y no hay nada que lo vincule, pero sí que lo va a tener presente”, explicó Luis Zarraluqui.

El siguiente aspecto a determinar, son las cuestiones económicas y, más concretamente, las pensiones de alimentos. Esta decisión se aplica, tanto en el caso de la menor de edad, como en el de los demás hijos que, aunque hayan cumplido la mayoría de edad, continúen siendo económicamente dependientes de los padres.

“Hay que distinguir entre los gastos necesarios y ordinarios —que son acordados por los progenitores o el juez en caso de que no haya acuerdo–, y los gastos extraordinarios, que requieren la expresa y escrita autorización de ambos progenitores, salvo que sean necesarios extraordinarios, como una operación médica urgente, que hay que pagarla aunque sea extraordinario”, comenta.

Una vez determinados los gastos que hay que sufragar, hay que ver cuál va a ser la aportación de cada uno de los progenitores. Para ello hay que atender a la custodia que se haya establecido previamente porque, apunta Zarraluqui, “no es lo mismo una custodia compartida, en la que la mitad del tiempo lo pasan con cada uno y los gastos de casa y alimentación, ropa y ocio se pagan a medias, que una custodia monoparental donde en la casa de uno se duchan veinte veces y en la casa del otro diez o en la casa de uno comen veinte filetes y en la de otro diez. Todo eso debe ser equilibrado tras analizar la situación económica de cada uno de los padres”.

Sin dotación por parte de la Casa Real, los ingresos de la infanta Cristina se limitan al sueldo como empleada de La Caixa que, rondan los 238.000 euros en 2021. Ese mismo año, Iñaki Urdangarin ingresó 800 euros mensuales por su trabajo en el centro Don Orione de Vitoria. Aunque se supone que esa cantidad habrá aumentado después de su incorporación al despacho Imáz&Asociados de la capital alavesa, no es de descartar que no alcance las cantidades de las remuneraciones de su todavía esposa, lo que abriría la puerta a poder pedir una pensión compensatoria.

“Ni de broma. Podría intentarlo, pero me extrañaría mucho que un juez fuera a establecer eso. Aunque en derecho, y más cuando te metes en el mundo judicial, es una locura decir algo seguro al 100%, me extrañaría mucho que le concedieran esa pensión porque, independientemente de su situación económica, tiene una edad, una formación y una preparación para poder perfectamente mantenerse por sí mismo. Además, habría que ver qué patrimonio posee porque, si no tiene ingresos fijos pero tiene patrimonio, debería liquidarlo o hacerlo efectivo para hacer frente a los gastos de alimentación de sus hijos”, dijo el abogado.

Aunque la reforma de la ley del divorcio realizada en 2005 establece que no es necesario instar la separación como paso previo a la disolución del matrimonio, la fórmula “interrupción de su relación matrimonial” invita a pensar que, al igual que sucedió con Elena de Borbón y Jaime Marichalar, que tardaron nueve años en divorciarse, esa resolución no va a ser inmediata.

“Las situaciones de impasse no suelen ser buenas. No regular nada y dejarlo en el limbo, generalmente no produce nada bueno, sino todo lo contrario: problemas, inseguridades e incertidumbres. Otra cosa es que, en lugar de un divorcio de mutuo acuerdo, vayan a tener un contencioso a cara de perro. Ahí sí que tendrían que ir al juzgado para pedir unas medidas provisionales”, comenta. “No sería normal que fueran a un divorcio contencioso pero tampoco sería lo más raro que he visto. Según mi experiencia, puede pasar de todo. De hecho, vista la deriva de la familia Real en los últimos tiempos, lo prudente es no descartar nada”.|

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