“La mujer de las mil anécdotas” que supo conquistar la escena argentina – Negocios & Política
 

Inigualable |“La mujer de las mil anécdotas” que supo conquistar la escena argentina

La legendaria actriz uruguaya, 'China' Zorrilla cumpliría cien años y aún es recordada como generosa, campeona de canasta, novelera, futbolera y divertida. Un legado que nunca murió y secretos que aún dan que hablar.
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Concepción 'China' Zorrilla (1922-2014) tuvo una vida "de película", donde las escenas son tan cómicas como muchos de sus personajes. Aunque declaró que casi deja la actuación por un amor, la segunda de las cinco hermanas Zorrilla nunca se casó ni tuvo hijos; sí 23 sobrinos muy cercanos.

Es que los adjetivos se amontonan cuando se trata de definir a la actriz uruguaya más recordada dentro y fuera de fronteras. Cecilia Herrera define a su tía como una mujer "muy divertida", que era graciosa aun sin quererlo "cuando se enojaba", y resalta que "tenía una cosa muy infantil" que la hacía ser "novelera": amaba las chucherías.

"Tuvo durante años arriba del piano un perrito horroroso de peluche que cuando le apretabas un botón sonaba 'Celebrate', de los Earth, Wind & Fire o alguno de esos grupos, y el muñeco se sacudía (...); lo hacía bailar a todo el que iba, lo mismo daba que fuéramos nosotros o (el escritor Ernesto) Sábato", cuenta.

Herrera, quien fue su asistente y convivió con ella seis años en Buenos Aires, donde Zorrilla residió desde 1971, recuerda que tenía cierto temor a la oscuridad y dejaba luces encendidas para, al llegar de noche, subir la llave general. Así activaba al instante el tocadiscos de la sala con canciones de Carole King o Frank Sinatra; sin embargo, cuando los sobrinos veían que la comida del frigorífico solía pudrirse, el elegante despiste salió a la luz.

"Todos los días del año estaba apagada hasta que llegaba de noche y prendía todo feliz... Y lo siguió haciendo", relata entre risas. Una de las pasiones de la protagonista de filmes como "Darse cuenta" o "Besos en la frente" era jugar a la canasta uruguaya, una variante del rummy, en la que, según su amigo Mario Morgan, adversario frecuente en sus juegos, era una "campeona" debido a su "poder de memoria impresionante".

Mientras la actriz Soledad Silveyra, que compartió juegos de "chinchón" o "escoba del 15", también recuerda que ganaba, uno de sus sobrinos mayores, Hugo Estrázulas, dice que hacía diariamente el crucigrama del periódico argentino Clarín, pasión que le contagió.

"No era raro que nos habláramos por teléfono. Me llamaba desde Buenos Aires y decía 'Hugo, el 7F ¿cómo lo viste?' (...) Era su doctrina matinal", apunta quien cuenta que, además, era futbolera, fanática del Nacional uruguayo y del Boca Juniors argentino. También, como consigna el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti en un libro de memorias, acompañaba al estadio a colegas del adversario Peñarol y "los veía a medio ojo, mientras que con el otro... tejía".

Si en algo coinciden sobrinos y amigos es en recordar con humor las siestas inesperadas de Zorrilla, quien, dicen, se dormía en momentos insólitos. Silveyra cuenta que solía acompañarla al teatro en Nueva York para traducirle alguna obra y, como "cada dos segundos" se dormía, le daba cuidadosos "codazos" para despertarla; algo que no podía suceder en escena, donde también, increíblemente, le pasaba.

"Se solía dormir, es cierto, pero tenía un poder maravilloso: se despertaba a tiempo. Jamás la ibas a encontrar dormida en el momento de la réplica", apunta Morgan sobre las siestas que, según Herrera, a veces agendaba de siete minutos, lapso en que increíblemente descansaba. Sin embargo, Estrázulas y Herrera recuerdan lo más curioso: también podía dormirse al volante de su Falcon, como ocurrió con dos futbolistas uruguayos a los que trasladó una vez.

"Ellos vienen atrás y China se quedó dormida completamente y chocó; quedó justo donde estaba el terraplén en la ruta. Se bajaron desesperados llorando y miraron: dormida. La abrazaban: '¡Chinita!', como si fuera la madre, y China ni siquiera se había enterado", cuenta la sobrina.

La palabra "generosa" se repite, pues Zorrilla solía atender con esmero a quien le pedía ayuda o dinero y Herrera explica su filosofía. "Decía que lo que le importaba (...) no era una ayuda, sino algo para mantenerlos dignos. Había una señora a la que, además de la comida, le compraba la tinta de pelo y a otra persona le compraba una colonia y una crema de manos que le gustaba", expresa.

Morgan habla de "la corte de los milagros" y dice que era "una generosidad extrema", al punto de que él retenía su pago para que no lo regalara a la salida del teatro o, como añade Silveyra, Zorrilla pasaba la navidad con algún indigente.

"Es triste la vida sin China", reflexiona su sobrina, quien extraña "sus reacciones a las cosas" y dice que era "un gusto" vivir con quien, para Silveyra, era "un ser mágico". La actriz también la extraña y participará este lunes en una reunión con allegados en la embajada de Uruguay en Buenos Aires para debatir ideas que puedan homenajearla allá, quizá una calle.

La ciudad que la vio nacer en una antigua mansión ya desaparecida y morir, a causa de neumonía, en 2014, la recordará con una exposición en el Museo Zorrilla y un ciclo de cine y teatro, además de una escena de su obra "Fin de semana" recreada por la Comedia Nacional.

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    Ant Sig