El adiós a Nelly Prince, una pionera de la televisión argentina – Negocios & Política
 

El mundo de la TV de duelo |El adiós a Nelly Prince, una pionera de la televisión argentina

A través de un comunicado, la Asociación Argentina de Actores confirmó la muerte de la actriz de 95 años, referente de aquellos tiempos fundacionales de un medio que, a pesar de las inquietudes que despertaba, se arraigaría rápidamente en el deseo y el gusto popular.
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“Con gran dolor despedimos a la actriz, locutora y cantante Nelly Prince. Fue una prestigiosa referente de la cultura y de los medios de comunicación argentinos, con una ininterrumpida y amplia trayectoria artística. Nuestras condolencias a su hija, la actriz Cristina Banegas; su nieta, la actriz Valentina Fernández de Rosa, familiares y seres queridos”, rezaba el comunicado.

Nelly Prince “se inició en el arte como cantante, siendo una niña, tomando clases con Fanny Day y Andrea Berri. Estudió teatro con Milagros de la Vega y danzas con Pastora Vega, María Ruanova, Beatriz Pagano y Mecha Quintana. Egresó del Conservatorio de Arte Dramático”.

El primer trabajo de la cantante y actriz, fue a los 6 años, en Radio Belgrano, en el programa La Pandilla Marilyn. Dos años más tarde debutó en radioteatro y a los 10 años hizo su primer trabajo teatral en Cumbres borrascosas.

En 1940 obtuvo gran popularidad por su participación en Los Pérez García por Radio El Mundo. Formó parte de las compañías de radioteatro de Eva Duarte, Blanca del Prado, Nené Cascallar y Alberto Migré.

Pero ¡Pum! en 1951 todo cambiaria. Fue pionera de la televisión argentina, referente de un medio que, a pesar de las inquietudes que despertaba, se arraigaría rápidamente en el deseo y el gusto popular."La gente se reunía en las veredas para mirar televisión en los aparatos que estaban exhibidos en las vidrieras de los negocios de electrodomésticos. Era como ver todo lo que se escuchaba por radio, acceder a la imagen de los radioteatros, fue una revolución", comentaba.

"Ingresé a la televisión en 1952, un año después de su inicio. Lo primero que hice fue el primer programa que tuvo grandes decorados, era una especie de comedia brillante donde yo tenía el protagónico. Mi personaje llevaba a cabo la narración que ponderaba las virtudes del medio y lo mostraba como la vidriera del mundo. La consigna que me dieron era que lo hiciera como si se lo estuviese contando a una amiga", dijo.

Madre de la actriz Cristina Banegas, Prince desarrolló una carrera estelar con ciclos como ¿Y usted qué sabe hacer?, El niño de los Dariño, La familia Gesa se divierte y Ahí viene el circo, entre tantos otros. Con Guillermo Brizuela Méndez conformaba una dupla excepcional y muy querida por el público.

Tal era la repercusión que las grandes marcas querían contarlos como protagonistas de sus avisos. Cuando los contrató la mueblería Eugenio Diez, se vistieron de novios. Era una televisión más lúdica que la de hoy. "Estaba enloquecida. Había debutado en radio a los 6, en teatro a los 8, después llegó el cine. Me dije: ´Esto debe ser una mezcla de la radio, el teatro y el cine´", decía a sus allegados, la estrella de los directores Kurt Land y Leopoldo Torre Nilsson.

"Hasta cumplir el primer año, solo se emitían flashes con músicos, alguien que hablaba de letras o una ecónoma preparando una receta. No había decorados, sino tapones", recuerda Prince. 

El único estudio de Canal 7 estaba montado en lo que había sido el coqueto teatro del hotel y en pequeñas salas adyacentes se hacían las publicidades. Todo salía en vivo, la era del videotape aún no había nacido. "Los grandes actores de cine y teatro llegaron a la televisión con temor, tenían miedo de salir en vivo. Preferían el teatro porque contaban con apuntador, algo complejo en televisión dado que los micrófonos se ubican cerca de los intérpretes".

A aquella primera experiencia, pronto le llegó la posibilidad de interpretar fragmentos de los grandes musicales del mundo. Nelly Prince, ha compartido la vocación por la actuación con el canto. "La televisión creció de una manera desmesurada y muy rápido. Al poco tiempo, salía del canal y la gente me saludaba".

Previo a la pandemia actual, la hermosa dama se encontraba en plena actividad. El coronavirus frenó la filmación de una película de origen canadiense y trastocó su agenda con presentaciones junto a su hija Cristina Banegas donde desarrollaba su repertorio tanguero. “Leo más que antes, ordeno, desarmo placares y bibliotecas y me encanta bordar”, decía.

Pícara y llena de vida, la dama de la televisión no se quitó esos pocos años que no hacían ninguna diferencia y que eran todo, un orgullo cuando se llega como ella llegó, a su juvenil madurez.

La vida de una pionera…

“Mi padre tuvo un quebranto económico gravísimo y en unos años fuimos perdiendo todo. Por eso, el peso que yo ganaba era tan importante para mi casa. Siempre tuve buena cabeza, nunca tiré manteca al techo y fui lo suficientemente viva como para vestirme bien. Mi madre me hacía una ropa maravillosa por tres pesos. Era una princesita pobre disfrazada de rica. Fueron años de lucha, de pelear con el agua que te llega al cuello, pero también he tenido épocas maravillosas”, comentaba.

Tuvo dos maridos. El primero, Oscar Banegas, era bioquímico y es con quien tuvo a Cristina, su única hija. "Cuando le fue mal en su carrera lo metí en televisión y trabajó como productor. Era muy culto, inteligente, brillante, pero muy mujeriego, fue uno de mis errores".

“Me habían ofrecido un contrato multimillonario en Venezuela. Me daban casa, chofer, personal a mi disposición, pero no pude salir porque la Patria Potestad la tenía el hombre y él no quiso firmar la salida del país. Nunca la firmó”.

Su segundo marido fue Luis Valenti a quien define como "una especie de ángel". Nelly lo conocía desde su juventud, porque Luis era el mejor amigo de su hermano. "Me dijo que siempre estuvo enamorado de mí, pero no se había animado a decírmelo porque yo era la hermanita de su amigo. Un tipo bárbaro. Nos reencontramos después de años y a los seis meses nos casamos. Me cambió la vida, me trató con mucho amor, adoraba a mi familia. Me llevó a dar cinco vueltas al mundo, porque él no quería que trabajara. Pero yo le decía: ´Me conociste actriz, te la tenés que bancar´".

“Tenía una fábrica de autopiezas, fue el primer proveedor de Sevel. Estábamos en la cima de la montaña, pero nos fuimos a los caños en la época de Menem. Por poco no tuvimos que pedir limosna. La vida es un sube y baja. Siempre tuve la cabeza bien puesta, nunca derroché”.

“Primero pido salud para seguir viviendo. Segundo, me sostengo en el amor de mi hija, mi nieta, mis bisnietos y los amigos. Y tercero, sueño con seguir en mi profesión, pero por sobre todas las cosas, deseo que mi país se recupere, adoro a la Argentina”, anhelaba en el último tiempo.|

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