En el año 2006, un conjunto de países emergentes en desarrollo (Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y China) formaron el denominado grupo BRICS con el objetivo de promover la cooperación comercial y económica mutua, y contrapesar el poder de los países centrales asociados a instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o similares organismos europeos.
El acrónimo fue acuñado en 2001 por el economista de Goldman Sachs, Jim O’Neil, quien comenzó a agrupar a estos países por considerarlos los de mayor potencial de crecimiento del planeta y comenzó a funcionar formalmente en 2009 durante una cumbre en Ekaterimburgo.
En la última década cobró relevancia por representar el 30% del territorio del planeta, concentrando el 42% de la población mundial, el 18% del comercio internacional y superar el 25% del PBI mundial. A partir del 1 de enero de 2024 serán incorporados Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía y Argentina.
Estos países tienen en común poseer una gran población, extensos territorios y grandes cantidades de recursos naturales. “Es esperable que un país exitoso en el conjunto de los BRICS deba tener una capacidad productiva amplia que corresponda a su potencial económico, una economía relativamente estable y un perfil no muy bajo en el escenario internacional”, sostiene un documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Tras conocerse la incorporación de Argentina, el presidente Alberto Fernández, destacó: “Nos hemos incorporado a la alianza de los países más importantes de las economías emergentes. Se abre un nuevo escenario para la Argentina. El difícil contexto global confiere al bloque una relevancia singular y lo constituye en un referente geopolítico y financiero importante, aunque no el único, en este mundo en desarrollo. Nuestra intención surge de nuestros intereses nacionales: aumentar la capacidad de nuestra exportación a los países miembros y fortalecer nuestras oportunidades comerciales con países que mantienen relaciones de segundo orden con esos países miembros de los BRICS".
¿Qué representa para la Argentina?
- India es un mercado estratégico para las exportaciones nacionales, especialmente el aceite de soja, además de ser un comprador relevante del maíz argentino.
- China es un destino clave para las carnes argentinas, llevándose sostenidamente más de la mitad de este comercio exterior. El gigante asiático es también el principal mercado del poroto de soja argentino.
- El trigo y la cebada producidas en Argentina encuentran en Brasil a su principal comprador, quien, además, es un robusto demandante de maíz.
- En conjunto, la participación de los BRICS en el comercio exterior argentino osciló entre el 20% y el 30% del total exportado.
- Tres de los cinco primeros socios comerciales argentinos son mercados BRICS.
- Para ocho provincias (Jujuy, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Catamarca, Entre Ríos, San Luis y La Pampa) el principal destino exportador es China.
- Trigo, bienes de la industria automotriz y vinos destacan en la canasta exportadora de las cuatro provincias que tienen a Brasil como principal destino (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, La Rioja).
- La importancia de la industria aceitera hacen de India el principal socio comercial de Santa Fe y también de San Juan, el primer mercado del oro que se exporta desde la provincia cuyana.
Los motivos del rechazo
Aunque se trata de un avance importante en materia de integración sur-sur global, no habrá impacto inmediato en materia financiera del lado de los BRICS, ya que Argentina ingresaría recién en enero de 2024 y los recursos del bloque demorarían en poder ser cursados a las arcas del Banco Central. Por otro lado, la posibilidad de sacar partido inmediato de esta noticia no dependerá tanto del país y los BRICS, sino del comportamiento reactivo que puedan acusar los Estados Unidos -principal voto en el FMI- y el propio FMI.
Dentro de la arena política nacional, los referentes de la oposición -tanto Patricia Bullrich como Javier Milei- salieron a rechazar la idea de una “Argentina dentro de los BRICS”. Mientras que el liberal afirmó: "Nuestro alineamiento de geopolítica es Estados Unidos e Israel. Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas", la titular del PRO consideró: “Nosotros creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional. La Argentina bajo nuestro Gobierno no va a estar en BRICS”.
Al rechazo se sumó el ex presidente Mauricio Macri, quien a través de Twitter resaltó: "Concuerdo. El Presidente nos compromete en uno de sus momentos de mayor debilidad a ser parte de los BRICS mientras Rusia invade Ucrania y a ingresar nada menos que con Irán".
La crítica está fundada en que los opositores prefieren que la Argentina mantenga lazo con el FMI, antes que renegociar el acuerdo en términos mucho más áridos y con la posibilidad de tener un “aliado” financiero como los BRICS sentado en el banquito de los deudores del Fondo.
Desde hace tiempo, se habla de que los países del G7 (EEUU, Canadá, Japón, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido) cuentan por una tercera parte del PBI global. De la misma forma, los BRICS cuentan por otra tercera parte. Sin embargo, se omite algo fundamental: a medida que pasan los años, el G7 disminuye y los BRICS crecen en esta participación del PBI, ligada, también, al comercio internacional, aunque no excluyente.
Esto ocurre porque no sólo cuenta la industrialización y el manejo de la ciencia, la investigación y desarrollo tecnológico, sino también los recursos estratégicos, los minerales críticos -litio y cobre-, gas y petróleo, entre muchos otros que hoy influyen de forma consistente en el desarrollo y el crecimiento económico.