El exministro de Economía que negoció el actual programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Martín Guzmán, criticó a la vicepresidenta, Cristina Fernández, porque “se corrió” y le quitó apoyo político cuando la alternativa era refinanciar la deuda de 45 mil millones de dólares o ir a la cesación de pagos.
Guzmán contó que "el punto de quiebre" fue "cuatro días antes" de acordar con el FMI cuando "se cortan las líneas de comunicación" con la también exmandataria (2007-2015), cuando ni ella ni su entorno le contestaban las llamadas y mensajes, y desde entonces "nunca más" habló con ella.
El funcionario que renunció el 2 de julio pasado calificó de "no aceptable" el "posicionamiento de decir ´yo me corro´" de la vicepresidenta y pese a la debilidad de poder que se le atribuye al presidente, Alberto Fernández, afirmó que "el sí condujo" y que "en ese momento Cristina (Fernández) se corrió".
Guzmán inició en 2020 las negociaciones con el FMI para refinanciar el préstamo obtenido en 2018, mediante un acuerdo firmado en marzo de 2022, del que hasta último momento el mercado evaluaba cuál era el riesgo de cesación de pagos dada las diferencias internas en el oficialismo.
"Cuando el pueblo te elige para gobernar, tenés una responsabilidad, no importa las características del problema que tengas que enfrentar. Argentina tenía 45 mil millones de dólares que teníamos que refinanciar", afirmó Guzmán.
Según explicó el exministro, para la parte del frente oficialista afín a la vicepresidenta, acordar con el FMI "generaba una tensión con lo que llaman el capital simbólico", lo que consideró "elitista" porque a la gente quiere darle "capital real, soluciones a los problemas de la Argentina, no proteger el capital simbólico si entra en tensión con hacer lo que hay que hacer".
"Es difícil aceptar posicionamientos especulativos cuando se contraponen a lo que la patria necesita", afirmó.
Martín Guzmán, de 40 años, asumió en 2019 y tras dos años y medio en el cargo renunció luego de haber logrado reestructurar la deuda soberana con los acreedores privados y el FMI y de recibir fuertes presiones del espacio kirchnerista para que dejara el Gobierno.
Máximo Kirchner
La falta de apoyo de las filas de la vicepresidenta al ministro y al acuerdo con el FMI se plasmó nítidamente en la renuncia de su hijo, el diputado Máximo Kirchner, a la jefatura del bloque de diputados en el Congreso y que luego los seguidores de la exmandataria votaran en contra del acuerdo cuando hubo que convalidarlo en el Parlamento.
Guzmán dijo que no le fueron anticipadas ambas decisiones y que "eso le generó un costo importante a la Argentina".
"Máximo Kirchner actúa de forma caprichosa y eso a la Argentina le sale caro", apuntó.
Renuncia y Massa
Guzmán contó que ese posicionamiento de la facción de la vicepresidenta "tuvo implicancias para toda la gestión a posteriori" porque luego "gestionar era una hazaña" ya que les daba instrucciones a los funcionarios y no las cumplían.
El exministro aclaró este viernes que le había dado "un ultimátum" al presidente antes de renunciar: "Lo que yo venía planteando con absoluta claridad es: ´si no arreglamos esto va a haber una corrida cambiaria´".
Tras la salida de Guzmán, Alberto Fernández y Cristina Fernández acordaron nombrar a Silvina Batakis, que duró menos de un mes en el cargo, para cambiarla por el actual ministro de Economía, Sergio Massa, la cabeza de la tercera fuerza de la coalición oficialista.
"Salir del Gobierno y hacer que los líderes de la coalición tengan que resolver el problema político fue un acto de responsabilidad", afirmó Guzmán. Y en contraste subrayó que "se da de forma pública un apoyo" a la gestión de Massa: "Así deben funcionar las cosas".
