El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, consideró que la Argentina es "un país clave" para relanzar las relaciones entre el bloque europeo y América Latina, recordó que "dentro del Mercosur nada es posible sin Argentina" y explicó cuáles serían, "los cuatro ejes" en base a los cuales se podría profundizar la asociación entre Europa y América Latina.
En una entrevista durante su paso por la Buenos Aires, y en el marco de la III Cumbre de Cancilleres de la Comunidad de Estado Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con sus pares de la Unión Europea (UE), Borrell se pronunció en favor de una salida negociada para el conflicto en entre Ucrania y Rusia.
"Todas las guerras se acaban con un acuerdo, con un alto el fuego y una negociación. Cuanto antes mejor. De momento, está claro que Rusia no ha querido, sigue manteniendo un ataque, ahora a la defensiva, pero ataque a fin de cuentas. No le veo a corto plazo una salida. Lo cual no quiere decir que no la estemos deseando y buscando", fue su análisis.
El funcionario de origen catalán, que es además vicepresidente de la Comisión Europea, ha sido siempre un impulsor de que Europa mire más hacia América Latina y en este viaje insistió con esa idea.
"Hace cinco años que no había un encuentro de los ministros de relaciones exteriores de Europa y América Latina, son demasiados años y el mundo ha cambiado mucho", reflexionó.
Por eso consideró como "muy importante, primero, que se celebre", la cumbre que lo trajo a este continente, "y que después se arranque una dinámica de mayor toma en consideración entre las dos regiones".
Antes de su llegada a Argentina (pasó primero por Uruguay), Borrell habló sobre la necesidad de "relanzar la asociación entre la UE y América Latina y el Caribe", y consideró que hay "muchas maneras" de concretar esa iniciativa.
"Primero, hay que trabajar el nivel político de la relación. En Europa tenemos muchas cumbres de jefes de Estado y de Gobierno con nuestros vecinos. Hay que hacer una cumbre entre los jefes de Estados de América Latina y Europa", fundamentó.
Y como segundo paso en el camino hacia el relanzamiento propuso "desbloquear acuerdos comerciales que llevan demasiado tiempo en negociación, o modernizarlos".
"Por ejemplo con Argentina tenemos un acuerdo bilateral de 1990, casi un tercio de siglo. Hay que renovarlo porque ya nadie se acuerda de que existe. Debemos ponerlo al día", señaló.
Como tercer punto, pidió "identificar prioridades de trabajo conjunto, donde la transición digital y la transición energética son piezas fundamentales". Y por último, instó "a trabajar más por la paz en el mundo, porque tanto Europa como América Latina son continentes pacíficos".
Sobre el lugar de la Argentina en todo esto, fue taxativo: "Es un país clave, por su tamaño, por las relaciones privilegiadas que tiene con algunos países extranjeros, y por su potencial productivo, alimentario, energético y tecnológico".
En ese sentido advirtió que el país "no es sólo soja y vacunos, es mucho más", y como ejemplo puso "el gran centro tecnológico argentino que trabaja en energía nuclear y satélites", que visitará esta semana en Bariloche.
Por otro lado, dejó claro que le gustaría llevar a buen puerto el acuerdo de libre comercio firmado por el Mercosur y la UE en 2019, tras 20 años de negociaciones. "Y dentro del Mercosur nada es posible sin Argentina", subrayó.
Ayer, durante una disertación académica con alumnos de diferentes universidades en el auditorio de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), en Paraguay al 1500, el español consideró que era necesario "elevar el nivel y la intensidad de los contactos políticos" entre ambos continentes.
Y recordó que mientras el Mercosur es "uno de los bloques menos integrados del mundo" (por las altas restricciones que todavía rigen entre los socios), la UE "es uno de los bloques más integrados y más abiertos al mundo", como lo muestran sus estadísticas. "Si nos pusieran en contacto, habría un win-win (del inglés ganar-ganar)", fue su opinión.
El funcionario europeo habló también de la invasión rusa a Ucrania y lo que le significó como jefe de la diplomacia de la UE, e hizo una encendida defensa del sistema democrático como "uno de los mayores logros de la humanidad" de los últimos siglos, en momentos en que avanzan las potencias gobernadas por regímenes autoritarios.
Sobre Argentina, marcó su impronta europea de la Ciudad de Buenos Aires, al señalar que "ustedes son los europeos del otro lado del Atlántico", dijo al describir la arquitectura porteña.
"Somos las dos partes del mundo que más se parecen (apuntó sobre ambos continentes), somos primos hermanos, pero no trabajamos como si lo fuéramos", concluyó el segundo de la Comisión Europea.
Borrell es ciudadano argentino desde mediados de 2019, cuando explicó en un discurso público que tomaba esa ciudadanía como un homenaje a su padre, nacido en Mendoza, hijo de un inmigrante catalán llegado en una de las olas migratorias y luego retornado a su patria.
Josep Borrell nació cuando la familia ya había vuelto a su pueblo, La Pobla de Segur, en la provincia de Lérida, Cataluña, España.