Desde el Gobierno nacional comenzaron a ver con preocupación el aumento de protestas que, aunque llevan varios meses, en las últimas semanas se recrudecieron en Buenos Aires y en otros puntos del país. Si bien las consignas apuntan al rechazo del pago de la deuda externa, salarios dignos, el aumento de precios, la precarización laboral en sectores públicos y la falta de vacunas, ante el panorama electoral, desde algunos sectores intentan adjudicar intenciones electorales a la situación.
La última manifestación masiva se produjo el viernes 18 de junio sobre el Puente Pueyrredón, encabezada por trabajadores agrupados en Esenciales Autoconvocados de la Salud en Lucha de AMBA, entre otros movimientos sociales críticos del oficialismo y organizaciones de izquierda, quienes denunciaron forcejeos y uso de gas pimienta. En este contexto, profesionales de la salud de distintos hospitales públicos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) repudiaron la “precarización” de contratados y pidieron la vigencia del régimen de insalubridad. Además, exigieron el reconocimiento de la carrera profesional y un aumento salarial que revierta los 36 mil pesos que cobran, pese a ser trabajadores esenciales.
“Muertos por la precarización laboral y la desidia del Estado”, decía uno de los carteles desplegados en medio de la marcha. “Somos esenciales, no descartables”, decía otro que además denunció la “precarización en el sistema de salud”, en la ciudad y en la provincia.
En Desarrollo Social
Al Puente Pueyrredón también llegaron columnas de integrantes de distintas organizaciones sociales, como el Polo Obrero, el Movimiento Teresa Rodríguez, Barrios de Pie-Libres del Sur, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y el Movimiento Territorial de Liberación, entre otras, para movilizarse hacia el Ministerio de Desarrollo Social, ubicado en la esquina de la Avenida 9 de Julio y Moreno, para expresarse “contra el ajuste y en reclamo de aguinaldos para trabajadores precarizados del Potenciar Trabajo”.
Allí, la multitud reclamó la profundización de medidas que contengan la situación económica de los sectores excluidos. “La situación es insostenible. El aumento de la desocupación nos lleva a un enorme estado de pobreza, la inflación le gana a los pobres salarios populares y los comedores cada vez están más llenos. Frente a esta situación crítica, el Gobierno elimina el IFE, restringe los presupuestos de áreas claves como Educación, Salud, Obra Pública y el gasto social. El bono anunciado por el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo es insuficiente para el nivel de pobreza y necesidades que tienen los bolsillos populares”, señaló la referente del MST, Mónica Sulle.
A nivel nacional
El panorama se replicó en Córdoba donde el polo obrero realizó un “piquetazo” en reclamo de la duplicación del salario del Potenciar Trabajo, la universalización de asistencia a desocupados, aumento de los alimentos, trabajo genuino, vacunas para trabajadores esenciales y rechazo al pacto con el FMI y el pago de la deuda externa.
Lo que se está diciendo
“Nos están complicando los grupos chicos, con los que hay poco diálogo porque no están organizados. También la izquierda, y sobre todo, Libres del Sur, que sí son grandes y acaban de pactar con Florencio Randazzo”, afirmó a medios locales un hombre cercano a Alberto Fernández.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, aseguró: “Tenemos diálogo permanente con todos, y consideramos que algunos reclamos tienen sentido, pero hay que cuidarnos y ser cuidadosos en este contexto de pandemia”
Pan para hoy, hambre para mañana
Desde el Ministerio de Desarrollo Social anunciaron un bono de 6000 pesos para los beneficiarios del Plan Potenciar Trabajo; hace un mes aumentaron los montos de la Tarjeta Alimentar y aseguran que la cantidad de personas que asisten a comedores comunitarios se mantiene estable en 10 millones de personas.|