La preocupación del equipo económico es que la reactivación no alcanza para recomponer los empleos que se perdieron durante la pandemia y que el clima político podría empeorar. Esto preocupa —y mucho— al ala política del Gobierno desde hace unos diez días, cuando la Cámara Nacional Electoral publicó todas las instancias del cronograma de comicios del año en curso, por lo que las PASO serán el 8 de agosto y las generales el 24 de octubre.

En el Gobierno creen que una campaña de vacunación medianamente exitosa les aseguraría un triunfo en la elección de medio termino, pero las nuevas mediciones que llegaron a la Casa Rosada encendieron todas las alertas, ya que el oficialismo se encuentra por abajo del "numero mágico" del 45% para ganar las elecciones legislativas.

"El cuadro laboral no mejora por dos cuestiones: por un lado, el ritmo de recuperación es lenta y se ha ralentizado en los últimos meses del 2020, pasando de tasas del orden del 8 y 9% mensual en mayo y junio a una tasa menor al 1% en diciembre. Y, por otro lado, la velocidad del crecimiento de la actividad económica es insuficiente para resolver de manera significativa la crisis del mercado laboral", afirma el economista y director del Banco Nación, Claudio Lozano.

Lozano explica con claridad en su reciente informe "Reactivación económica con deterioro sociolaboral". Allí indica que "habiendo casi recuperado los niveles de actividad económica de la pre-pandemia aunque todavía se encuentran un - 3% por debajo del mes de febrero 2020, el nivel de empleo se halla aún más demorado (un –5%) situación que se ve agravada si se observa el estancamiento en el segmento formal del empleo que se sostiene insensible ante la recuperación económica de la segunda mitad del año 2020".

El deterioro del mercado laboral y la precarización es uno de los temas políticos que más preocupa al Gobierno. El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, dice que el empleo se esta recuperando gracias al dinamismo de las opciones laborales informales y precarias. Pero en la jefatura de Gabinete saben que eso no alcanza.

"Así como en el peor momento de la pandemia (2do trimestre 2020) el empleo había caída de manera significativa porque se destruyeron las inserciones laborales más endebles (2 millones de asalariados informales y -1,1 millones de cuentapropias), en la segunda parte del 2020 son las que explican la módica recuperación del empleo. Durante el tercer trimestre, el mayor aumento vino de la mano de la recomposición del autoempleo (la conocida changa) que había recuperado los niveles de la pre-pandemia. Ahora, en este 4to trimestre 2020, la recuperación más importante se dio por un mayor número de puesto de trabajo asalariados informales, categoría que ya había restaurado 1/3 durante el trimestre anterior y en el actual, recuperó otro tercio", se lee en el informe de Lozano.

"El problema es que no hay creación de empleo en blanco y que lo único que crecen son las changas", dijo a N&P un economista que trabaja en el Palacio de Hacienda.

Los datos oficiales parecen darle la razón: la tasa de desocupación bajo casi nada en el último trimestre de 2020, del 11,7% a 11%. "De todos modos, la población que continúa sin trabajo rebasa los límites de la desocupación y se encuentra hoy también en lo que estadísticamente se considera población inactiva. Más aún, si consideráramos la actividad prepandémica, la tasa de desocupación en este trimestre sería del 14,9% y esos 2 millones se convierten en casi tres millones de personas. En suma, si agregamos todas las situaciones linderas al desempleo, incluyendo la desocupación oculta dentro de las fronteras del empleo, la tasa de presión efectiva sería del orden del 33,3% afectando a nada menos que 6,6 millones de personas", escribe Lozano, dándole cifras a una verdad que los argentinos conocen: no hay trabajo.

Billetera mata Covid-19

Dos relevamientos que recorren los escritorios de la Casa Rosada son los que preocupan al Gobierno, que necesita retener de mínima 45% del 48% de los votos que Alberto Fernández consiguió en 2019 para tener quorum propio en diputados y consolidar la mayoría en el Senado.

Y es que, de acuerdo a uno de los sondeos, en el conurbano bonaerense —madre de todas las batallas electorales— el 40% de las personas dicen que lo que más le preocupa es la inflación, el 31% es la falta de trabajo. El mal humor de muchos votantes del FDT con la situación económica es evidente: el 62% de los encuestados entiende que los salarios perderán este año en la carrera contra la inflación.

El otro sondeo es igual de lapidario: señala que entre los principales problemas de los encuestados esta la inflación (21,3%), luego la situación laboral (21,1%) y por ultimo la inseguridad (20,9%). El coronavirus y su campaña es poco considerado por los sectores populares, donde el 65% califican la situación económica de forma negativa. En tanto, el 51% considera que la dirección de la economía es incorrecta.

Pero no todas son malas noticias en las encuestas, ya que uno de los sondeos afirma que el 43,7% considera responsable de la situación económica al gobierno de Mauricio Macri, seguido por el 42,7% a los políticos en general, un 37,2% responsabiliza a la pandemia de Covid-19. En tanto el gobierno de Alberto Fernández es responsabilizado por el 32,8%.

Datos  que si bien prende alertas en la "mesa chica" del presidente, también muestran el amplio rechazo que los sectores populares tienen por Macri y que ilusiona a los analistas del Frente de Todos de conseguir el número mágico del 45%.   |