Las medidas de distanciamiento social, preventivo y obligatorio que regían hasta fines de este mes se extenderán hasta el próximo 28 de febrero. Así lo anunció el Gobierno, que acelera los pasos para que lleguen más vacunas contra el Covid-19 y planifica un año electoral bajo la nueva normalidad, sabiendo que no habrá pospandemia.

El retorno de las clases presenciales será parte de la estrategia de Alberto Fernández. En el Gobierno creen que “lo más real” es aprender a convivir con la pandemia hasta que la ciencia se encargue de ella.

“Digamos que este nuevo coronavirus ya es un pandémico como el HIV, como el H1N1, o como otras tantas enfermedades epidémicas. Tiene un alto grado de contagiosidad y un índice de mortalidad que no es menor. Esto tampoco es magia, va a llevar muchos años erradicarlo, así que no queda más que cuidarse”, explicó a Negocios & Política un médico ultra kirchnerista que integra el equipo del ministro de Salud, Ginés González García. 

Esa lógica de pensamiento comenzó a prender en lo más alto del Poder Ejecutivo. Por un lado, se seguirá fortificando el sistema de salud: “hay algunas ideas dando vueltas”, reconocen sin llegar a mencionar la posibilidad de unificar lo público y privado bajo un mismo “paraguas de criterios”. Por el otro, creen que la única manera de bajar los índices de contagios es a través de campañas de concientización: “no podemos volver a frenar la economía, no tiene sentido”.

En el Gobierno confían en que no habrá una saturación del sistema de salud y que las vacunas ayudarán “como amortiguador”, pero no para una erradicación. El presidente respira cada vez que observa que los números bajan, hace un par de semanas los contagios superaron los 13.000 casos diarios, ahora la tendencia es inferior a los 10.000.

Una decisión de Estado

Ese clima de nueva normalidad arrancará con el regreso a las aulas y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue el primero en dar ese paso. Otros distritos arrancan ciclo lectivo después de las vacaciones de verano.

El ministro de Educación, Nicolás Trotta fue más que claro sobre el asunto. "Se podrán reanudar" las clases presenciales y cada jurisdicción será la que evalúe su hipotética suspensión "de acuerdo con la situación epidemiológica". Bajo esos parámetros, en estos días, se publicará un decreto presidencial para la reactivación del año escolar "de acuerdo a los parámetros del Consejo Federal de Educación".

En Olivos incomoda la forma de comunicar de Trotta: “Es muy acartonado, parece que está continuamente enojado. Tiene que salir de ese rol académico”.

Fernández pidió a cada gobernador que el inicio de clases no signifique un desmadre. “Hay que disminuir la circulación del virus y si hace falta disminuir la circulación de personas, pero tenemos que volver a clases”, le dijo el presidente a un gobernador.

La provincia de Buenos Aires tiene previsto comenzar las clases el 1 de marzo. El resto de los gobernadores también están poniendo fecha para el regreso de los alumnos, en algunos casos con sistemas mixtos de presencialidad en determinados días y clases virtuales en otros.

De todos modos, el inicio de clases también dependerá de las paritarias a las que se arribe en cada distrito escolar. Fernández ya dio la orden de que se arregle con los docentes a como dé lugar. La nueva normalidad también traerá consigo nuevos reclamos. |