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¿Qué sucedió con el consumo de sustancias durante el ASPO?

La Dirección de Investigación y Estadísticas dependiente de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación realizó un análisis al respecto. Utilizaron como objeto de estudio hombres y mujeres de entre 18 y 66 años que residen en zonas urbanas del país. Detalles en la nota. 

Publicado por
Pilar Lucena

Con el objetivo de describir los cambios en las experiencias de consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales durante el periodo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), la Dirección de Investigación y Estadísticas dependiente de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (Sedronar) emprendió un estudio.  

Según el informe, los cambios abruptos en el trabajo, en los espacios de sociabilidad, en los comportamientos y protocolos en los ámbitos públicos y privados, o el acceso a la conectividad, implicaron modificaciones en las prácticas relacionados a los consumos de sustancias. 

Alcohol

Las modificaciones relacionadas al consumo de bebidas alcohólicas variaron según el rango etario. 

  • Para las/os jóvenes de todos los niveles socioeconómicos el consumo de alcohol en grandes cantidades disminuyó debido a la imposibilidad de acudir a espacios sociales, que es donde usualmente desarrollaban las prácticas vinculadas a las bebidas de esa índole.
  • En cambio, para las/os adultos el consumo de alcohol se vinculó con reducir el estrés: se incorporó a momentos del día en los que antes no se consumía, aumentando así la cantidad ingerida y la frecuencia.

Tabaco

Las modificaciones en la vida cotidiana producto del ASPO implicaron cambios en la frecuencia, usos y espacios de consumo.  

La mayor permanencia en el espacio doméstico modificó los momentos y lugares, tanto entre: 

  • Quienes relataron un aumento en el consumo de tabaco, vinculado a situaciones de ansiedad y orientado a intentar mitigar el malestar ligado al contexto de pandemia.
  • Como entre quienes manifestaron su disminución producto del aislamiento y las modificaciones en las actividades propias de la cotidianidad.

La falta de abastecimiento de tabaco durante el comienzo del aislamiento, debido a una interrupción en el funcionamiento de la industria tabacalera, ocasionó, según lo observado por los/as entrevistados/as desde las agencias, escasez, encarecimiento, dificultad en el acceso y cambios en los modos de consumo de esta sustancia (“buscaron fumar armados, se fueron a otros tipos de productos, derivados del tabaco”).  

Este acceso coartado a las drogas consumidas -no sólo fue mencionado el tabaco sino también la marihuana y la cocaína- conllevó cambios en las prácticas de consumo, así como el agregado de una serie de riesgos de contagio y de seguridad de las personas.  

Cannabis

Con respecto al consumo de THC, hubo algunas variantes: 

  • Quienes lo redujeron notablemente debido a la imposibilidad de realizar encuentros sociales, en tanto dicho consumo aparecía mayormente asociado a la compañía de amistades. Para quienes a partir del aislamiento se vieron conviviendo con sus padres o su familia por más tiempo, el consumo en el interior del hogar se volvió en ocasiones incómodo, con lo cual conllevó una disminución del consumo.
  • Quienes no modificaron la frecuencia o la cantidad en el consumo de cannabis evidenciaron un pasaje del uso recreativo y social a un uso individual como recurso o “ayuda” para sobrellevar el malestar producto del ASPO.
  • Entre quienes destacaron un aumento en su consumo de cannabis, en general, lo vincularon a intentar sobrellevar situaciones de malestar vinculadas al ASPO, ubicando el consumo como forma de intentar relajarse.

Medicamentos autoadministrados

El consumo de medicamentos con o sin prescripción se presentó mayormente ligado a intentar aliviar dolores o malestares. Algunos factores fueron la “desorganización del tiempo” y la readecuación de las rutinas que les generaron cansancio y más responsabilidades, principalmente a las mujeres. Entre los principales motivos figuran: 

  • Situaciones de estrés asociadas a la sobrecarga de tareas, así como momentos de angustia ligados al contexto actual de pandemia, los cambios de la cotidianeidad, el aislamiento, la convivencia y la incertidumbre económica.
  • Sobrecarga de tareas de cuidado y dificultades propias del contexto para sostener la escolaridad virtual de los/as niños/as del hogar.
  • Problemas relativos a cambios experimentados en el sueño.

Por otro lado, la automedicación con relajantes musculares estuvo referida a dolores físicos diversos, relacionados con los cambios en las rutinas, las tareas de cuidados o las formas que se llevaron a cabo las tareas del trabajo en el hogar e hicieron referencia al uso automedicado de fármacos de venta libre como Ibuprofeno, Sertal o Migral para distintos malestares físicos. 

Acceso a las sustancias

Se ejercieron nuevos hábitos para la adquisición de diferentes sustancias, principalmente de bebidas alcohólicas, cigarrillos y medicamentos de venta libre. Pedidos de “delivery” mediante conocidas aplicaciones o por teléfono con entrega a domicilio. 

El “stockeo” o acopio de sustancias, que reduciría la posibilidad de quedarse sin reservas, se manifestó como estrategia ante la sensación de escasez, incluyendo el alcohol o los cigarrillos junto a las compras de otros productos.  

Esta estrategia estuvo relacionada con malestares y vivencias en las que el faltante, sobretodo de cigarrillo, provocaría mayor “ansiedad”. 

Estrategias de cuidado y formas de atención

• Autorregulación del consumo: en este sentido, hubo relatos que subrayaron intentos de moderación circunscribiéndolo a ciertos momentos, días y horarios, por ejemplo: sólo los fines de semana, y limitando las compras de bebidas alcohólicas.  

• En relación a los cuidados de y con otras/os, se mencionaron distintas formas de generar contención a distancia con familiares y amigas/os, como respuesta a la pérdida o debilitamiento de las redes de contención. Estos cuidados aparecieron vinculados a situaciones de consumo en “exceso” o consideradas un problema en personas cercanas. 

 • La puesta en práctica de nuevas modalidades de atención remotas o virtuales implicó un proceso de adaptación de los espacios terapéuticos, luego de una suspensión momentánea al inicio. Esto trajo dificultades diversas para comenzar o para sostener los tratamientos, debido a las diferencias con lo presencial, la falta de intimidad en la casa, desconocer al profesional personalmente, problemas de conectividad, entre otros motivos.|