En el barrio porteño de Monserrat fueron detectados dos casos sin antecedentes de viaje, por lo que aislaron a 41 contactos estrechos. También montaron operativos para determinar cómo se produjeron los contagios. En la provincia mediterránea ya hay 800 aislados y 5 detenidos. Ante la peligrosidad de esta cepa que se ubica en un 120% por encima del Covid original, apuntan a acelerar la obtención y aplicación de vacunas.
Este viernes se encendieron las alarmas por la variante delta en la Ciudad de Buenos Aires, luego de que el laboratorio de virología del Hospital de Niños la confirmara en una menor de edad, que comenzó a experimentar síntomas el 20 de julio.
El segundo caso, corresponde a una persona de 32 años que fue diagnosticada el 4 de julio y ayer el mismo laboratorio notificó que su muestra fue positiva para la variante delta. Lo que coincide en estas dos personas es que ninguna de ellas realizó viajes al exterior y tampoco tuvieron contacto estrecho con positivos, según sus versiones.
Por su parte, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, dijo que existen 22 casos de la variante india en el distrito, de los cuales 20 son viajeros internacionales (13 detectados en punto de entrada, 7 detectados en seguimiento en hoteles), mientras que otros 2 casos son por contacto estrecho, y aseguró que aún no existe circulación comunitaria en el territorio.
A raíz de estos casos, el gobierno porteño inició un operativo en el barrio Monserrat por temor a la transmisión comunitaria y buscan determinar de qué manera se produjeron los contagios.
La búsqueda se realiza en vecinos, empleados de locales comerciales a los que pudo ir la persona contagiada y “cualquiera que haya podido tener algún contacto”, explicaron desde el Ministerio de Salud. De 200 personas testeadas, 41 fueron aisladas.
En esa ciudad, fueron confirmados 20 casos positivos de la variante delta. El contagio se desencadenó por un viajero que llegó de Lima y habría violado la cuarentena, por lo que alrededor de 800 personas fueron aisladas en las últimas horas, según confirmó la secretaria de Salud de esa provincia Gabriela Barbás. El aislamiento preventivo también incluyó el cierre de instituciones educativas: dos escuelas estatales, una privada y una municipal.
El hombre de 62 años que ingresó al país desde Perú, está siendo investigado por una fiscalía provincial de oficio que intenta determinar si "actuó con negligencia porque sabía que era positivo y podría propagar la enfermedad o si sólo violó el aislamiento porque no sabía que era positivo", según confirmaron fuentes judiciales a Noticias Argentinas.
El fiscal federal, Maximiliano Hairabedián, señaló: "el simple hecho de no cumplir con las medidas de la autoridad tiene una pena de 6 meses a dos años pero la figura de contagiar y propagar la enfermedad peligrosa tiene una pena de 3 a 15 años de prisión".
Los imputados son el hombre mencionado anteriormente, además de otro de ciudadanía peruana y tres argentinos acusados por violar las medidas de restricción y propagar la enfermedad.