Malvinas: Bajo el fuego cruzado en el Monte dos Hermanas – Negocios & Política
 

Relato de una batalla |Malvinas: Bajo el fuego cruzado en el Monte dos Hermanas

A 40 años de la Guerra de Malvinas, GENTE revive la historia de dos jóvenes oficiales durante uno de los combates más cruentos. De la cálida Corrientes a las trincheras de la fría turba de las islas del Atlántico Sur.  
Fernando Oz
Sociedad
Fernando Oz
Sociedad

El repliegue de las dos compañías del regimiento de Infantería 4 se dio de manera desordenada. El fuego de la artillería británica sobre el Monte Dos Hermanas se había acentuado y era cuestión de minutos para que las tropas invasoras rodeen la posición de los infantes argentinos que habían llegado a esa altura del relieve malvinense el primer día de junio.

La única manera de salir con vida era aprovechar la arteria que aún continuaba abierta, cuesta abajo, por un terreno abierto y con pocos obstáculos. El subteniente Juan Nazer se encontraba entre aquellos hombres.

Infantería. El subteniente Juan Nazer (segundo a la izquierda) antes de llegar a Malvinas.

El joven oficial de 23 años tenía a su cargo una sección de tiradores reforzados, integrada por cuarenta soldados con fusiles y un mortero que era utilizado por cuatro hombres, dos para sostener la placa base, uno para calibrar y otro para colocar la munición en la boca del tubo. Cuando se ordenó el repliegue el sol ya se había escondido, era 11 de junio, hacía frío.

Pero la orden para abandonar el lugar no llegó a la línea de trincheras en la que se encontraba la Sección Apoyo de la Compañía C, a cargo del teniente Luis Carlos Martella, un infante de 24 años de rostro angular, cejas arqueadas, y buen porte que había egresado del Colegio Militar hacía poco más de tres años y medio.

Aunque la posición se encontraba casi servida, los argentinos no estaban dispuestos a entregarla sin que los ingleses paguen un alto costo y solicitaron apoyo de la artillería y de la aviación para bombardear la zona. Antes de que todo se transforme en un infierno, Nazer ordenó a sus hombres evacuar y fue por Martella para comunicar la novedad. No lo iba a dejar sólo.

“Mientras bajábamos con Martella y su sección comenzamos a enfrentarnos con las fracciones inglesas y encima comenzó a tirar la artillería nuestra porque ya se había dado la orden de repliegue sobre esa posición. O sea, empezamos a recibir fuego argentino y fuego ingles”, recuerda Nazer a 40 años del inicio de la guerra por la reconquista de las Islas Malvinas. 

Nazer corría delante marcando la vía de escape, Martella y sus hombres lo seguían con la misma ligereza. El silbido de las balas, que se sentían cada vez más cerca, había dejado de oírse a causa de los estruendos de la propia artillería y el impacto de los morteros.

En medio de la corrida y las explosiones, el subteniente Nazer se tira cuerpo a tierra frente a una piedra para protegerse de las municiones calibre 7,62 milímetros de los fusiles FAL y de las ametralladoras Sterling, las encargadas de darle fondo sonoro a la guerra que estalló el 2 de abril de 1982.

La cubierta que tomó el joven oficial no era lo suficientemente grande y Martella se arrojó sobre él. “Se tuvo que tirar arriba mío para protegerse. Para salir de ahí y seguir avanzado, él tenía que salir primero”, cuenta Nazer antes de subrayar sobre “el destino y la circunstancia del momento”, que en las guerras no son más que fracciones de segundos.

Los dos pertenecían al arma de Infantería y durante tres años compartieron el patio de las aulas de estudio y el casino de cadetes del Colegio Militar. El destino los volvió a cruzar en el mismo regimiento, en la ciudad correntina de Monte Caseros, de allí a Malvinas y luego sobre los mismos metros cuadrados, pegados a una piedra, uno arriba del otro.

Martella se levanta, Nazer acompaña la acción, y chocan de frente con una fracción de combatientes ingleses que abren fuego a discreción. Una ráfaga de balas impacta sobre el pecho del primero, el segundo en ponerse de pie siente que su cuello ardía y siguió combatiendo junto a los otros soldados.

Alguien lanza granadas y frena por unos instantes el avance de los ingleses de borceguíes térmicos. En ese preciso momento, el subteniente atiende a su superior que se encontraba ensangrentado sobre la tierra. “Estoy mal, sigan ustedes”, dice Martella antes de morir.

Un proyectil rozó la espalda de Nazer y se le incrustaron algunas esquirlas. Horas después cae sobre una granada, que de milagro no le destruyó la pierna derecha. Fue el 12 de junio, a la madrugada, el asedio al Monte Dos Hermanas ya llevaba casi diez horas.

“Me quede sin poder caminar, tome fuerzas para tocarme la pierna para ver si la tenía, porque no la sentía. Me desperté cerca del mediodía escuchando voces inglesas y ahí fue cuando me tomaron prisionero”, cuenta el veterano que sobrevivió a una de las batallas más cruentas de Malvinas. “Tuve la suerte de caer sobre la granada, eso me salvó la vida, fue el destino”.

Un conflicto de 189 años

Desde 1520, las Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España, y tras la declaración en 1816 de la independencia argentina, la bandera argentina se izó por primera vez en el archipiélago en 1820.

El 3 de enero de 1833 el Reino Unido ocupó las islas y desalojó a sus habitantes y a las autoridades argentinas, que desde entonces han reclamado por su soberanía. En 1965 las Naciones Unidas decidió que ambos países debían sentarse en una mesa de negociación para buscar una solución pacífica.

Luego de 16 años de discusiones, los dos países se enfrentaron en una guerra que se inició el 2 de abril de 1982, con el desembarco de tropas argentinas en el archipiélago, y terminó el 14 de junio de ese año con su rendición ante las fuerzas británicas. En el conflicto bélico murieron 255 británicos, 3 isleños y 649 argentinos.

Héroe de Malvinas. Juan Nazer muestra su sable de oficial del Ejército Argentino.

Juan Nazer fue trasladado en helicóptero a un buque hospital inglés y luego trasladado al buque argentino Bahía Paraíso y el 21 de junio llegó a Buenos Aires, pero recién fue dado de alta en septiembre. En 1992 se retiró del Ejército, tiene tres hijos y es empresario. 

Héroe de guerra. Luis Carlos Martella, teniente primero post mortem, tenía 24 años y dos hijos.

Pasaron cuarenta años, pero Luis Carlos Martella sigue con sus veinticuatro en la misma isla del Atlántico Sur. Fue ascendido post mortem al grado de teniente primero. En la plaza de armas del Regimiento de Infantería Mecanizado 4 de Monte Caseros hay un busto en su honor y un monolito en la Escuela de Infantería. Sus hijos Santiago y María Constanza no lo volvieron a ver.  |

    Vínculo copiado al portapapeles.

    3/9

    Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

    Ant Sig