La diferencia salarial de género muestra que el trabajo de las mujeres es menos reconocido que el de sus pares varones. La tendencia se ratificó en la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec con datos del cuarto trimestre de 2020, de donde se deprendió que las mujeres obtuvieron por sus empleos un 24% menos de ingresos que los hombres.
Estudios locales indican que las mujeres fueron la “variable de ajuste” en el contexto de crisis económica por el Covid-19, y aseguran que sobre la dinámica del mercado laboral cristalizan la profundización de una desigualdad histórica que marca un retroceso de 10 años.
En Latinoamérica la participación laboral de las mujeres es del 52% y de los hombres 76.6 % pero en los índices de desempleo, es más alto para ellas con un 10,7% ante un 7,6% para ellos, de acuerdo con datos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Según el Indec, en el año de la pandemia, pese a las medidas que implementó el Gobierno para asistir a los sectores más vulnerables, unos 3 millones de habitantes pasaron a ser pobres debido al impacto del coronavirus y las medidas sanitarias.
Los datos indican que el ingreso promedio de los asalariados se ubicó en $36.246 a fines de 2020, con un aumento interanual del 32,4%, inferior a la inflación de ese año.
Entre los factores de desigualdad social que surgen del informe, se desprende que los varones tuvieron un ingreso promedio de $37.910, mientras las mujeres $28.937.
En alerta, desde la ONU alarman sobre la perdida de trabajo de las mujeres y explican que la crisis sanitaria junto a las medidas para prevenir la propagación del Covid-19 “están provocando un aumento desproporcionado de la tasa de desempleo de las mujeres (en comparación con los hombres), así como reduciendo su cantidad total de horas de trabajo”.
En la misma línea, desde el organismo global describen que innumerables mujeres en países con economías de todos los tamaños, además de perder los ingresos, aumentó de manera desmedida la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Un informe publicado en septiembre de 2020 sobre “el futuro de la brecha de género en relación con la pobreza”, explica que todas las personas están enfrentando dificultades sin precedentes, por los efectos del Covid-19, pero las mujeres están “soportando” el peso socioeconómico.
Según ONU, las mujeres pobres y marginadas están más expuestas. A nivel mundial, el 70 % del equipo de respuesta inicial y profesionales de la salud está integrado por mujeres, y, aun así, no están en pie de igualdad con sus colegas masculinos. En el 28 % de los casos, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector de la salud es mayor que la diferencia salarial general por razón de género (16 %).
Desde la agencia Grow, género y trabajo, realizaron una encuesta a 1.100 personas de distintas provincias acerca de cómo se desarrollaron las tareas domésticas y de cuidados durante la cuarentena, entre mayo y julio de 2020.
El estudio que se difundió días antes al #8M, mostró que el tiempo de cuidado es ocupado por el 78 por ciento de los varones y el 84 por ciento de las mujeres con hijos o hijas, mientras que el cuidado de adultos mayores recae en mayor medida sobre mujeres sin hijos.
Al mismo tiempo las analistas encontraron que las mujeres les dedican a las tareas de cuidado y domésticas no remuneradas, en promedio, 10 horas con 24 minutos por día, mientras que los varones les destinan seis horas y 48 minutos.
Otros datos relevantes
En el informe, el Indec precisó que el 10% más pobre de la población se quedó con tan sólo el 1,5% de los ingresos entre octubre y diciembre de 2020, mientras que el 10% más rico acaparó el 30,8% del total.
Además, encontró que la pobreza alcanzó en 2020 al 42% de la población, equivalente a alrededor de 19 millones de personas, de los cuales 3 millones son indigentes, mientras que el ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $44.613 (con un alza interanual del 30,3%), y, en el caso de aquellas sin aporte previsional, equivalió a $18.676 (27,9% interanual).
Según el denominado "coeficiente de Gini" del ingreso per cápita familiar, según el Indec, fue de 0,435 para el cuarto trimestre de 2020, mientras que, en el mismo período de 2019, había sido de 0,439 y en el primer trimestre de este año, 0,444, lo que reflejó una "disminución de la desigualdad".
Se trata de un indicador utilizado en todo el mundo para determinar cómo se distribuye la riqueza de un país y surge a partir de una relación matemática que tiene al 0 como el de mayor igualdad y al 1 como el peor.
Además, marcó que un 58,6% de la población total percibió algún ingreso, cuyo promedio es igual a $33.306.
Por último, al analizar los datos según escala de ingreso individual, el promedio del estrato bajo (deciles del 1 al 4) equivale a $12.150; el del estrato medio (deciles del 5 al 8), a $31.766; y el del estrato alto (deciles 9 y 10), a $78.723. |