La población de Miami-Dade no sale de su asombro tras el repentino derrumbe de un edificio de 12 pisos el jueves por la madrugada. Mientras los rescatistas continúan en la búsqueda de sobrevivientes, las imágenes del desplome de la construcción del complejo Champlain Towers de la ciudad de Surfside se replican en las redes sociales y en los portales de todo el mundo. A la espera de que se realice un peritaje y se establezcan las causas y responsabilidades en el hecho, las primeras hipótesis de lo que podría haberlo desencadenado empiezan a circular.
Su caída, conmueve al mercado inmobiliario local y a los desarrolladores que construyen en esa ciudad. Eduardo Costantini, creador de Nordelta y CEO de Consultatio es el empresario argentino que construyó Oceana Bal Harbour, el emprendimiento de US$600 millones de inversión y US$1200 millones generados en la venta de departamentos. Lo inauguró hace cuatro años y con 240 departamentos es el proyecto más grande de Florida. Está ubicado a 10 cuadras del edificio que colapsó y a pocas cuadras del emblemático centro comercial de lujo.
Temiendo un incremento de la mala reputación sobre los condominios y sorprendido por la tragedia, el hombre de la buena fortuna, adelantó cuáles podrían haber sido las causas del desmoronamiento: “Champlain era un edificio de otra generación, con casi 40 años de antigüedad en el que erosionaron los cimientos. Por lo que pude averiguar tenía una reparación pendiente que costaba US$8 millones, que el consorcio no realizó. Las bases del edificio trabajaron y mi hipótesis es que no se dieron cuenta de la urgencia. De todas formas, seguramente cuando se terminen las tareas de rescate, los equipos de estructuralistas de Surfside realizarán los estudios técnicos”.
Descartando que en el resto de los edificios de Miami suceda lo mismo, justificó que los cimientos de hace 40 años se construían de forma diferente y que los proyectos actuales se construyen “en terrenos en los que cuando uno excava a los dos o tres metros se encuentra con agua y arena que generan una fuerte presión”.
“Hay que tener en cuenta que uno tiene que levantar edificios de más de 20 pisos sobre la arena como si fuese una isla, lo que exige excavar más de 15 metros profundidad porque, en Miami, el suelo tiene una napa que a los dos o tres metros de profundidad ya te encontrás con el agua y si no se utilizan bombas, las excavaciones se llenan como si fuese una pileta. Entonces lo que se hace es usar unos perforadores que ingresan en la tierra pero sin mover la tierra. Y se van realizando agujeros en los que se instalan unas mallas y luego se inyecta el cemento; una vez que seca, se quita la mecha (el perforador) y queda la columna. Así, con diferentes perforaciones se logra formar una especie de caja de zapatos gigante que protege a los cimientos de la presión del mar”, dijo el economista.
“En el caso de Oceana Bal Harbour, por ejemplo, construimos dos “cajas de zapatos”. Estuvimos más de un año trabajando en este proceso y la gente pasaba por la obra y creía que no estábamos avanzando. A eso hay que sumarle que los edificios en Miami también se construyen con estructuras preparadas para los huracanes”, añadió.
Ni lento ni perezoso, el empresario adelantó que Surfside tiene un increíble potencial inmobiliario pero que no hay “tierra disponible” para edificar: “Es un área en la que los edificios de antigüedad de 40 años, como el que se derrumbó parcialmente, se vende a US$4000 el metro cuadrado pero los proyectos nuevos alcanzan los US$18.000”.
“Bal Harbour, es un proyecto que construí en un terreno que compré en plena crisis de 2012. Hoy el valor del metro cuadrado oscila entre los US$18.000 y las US$20.000 con departamentos de US$2 millones y penthouses de US$18 millones”, explicó el empresario.
La contrateoría:
El edificio residencial de 12 plantas ubicado en la Avenida Collins 8777, una calle principal de Miami Beach, tiene 130 departamentos, de los cuales colapsaron 55, aunque por ahora se desconoce cuántos estaban ocupados y cuántas personas estaban al momento del colapso de la estructura. En Estados Unidos, cada 40 años, todos los edificios están obligados a realizar un proceso de recertificación. Para ello, deben presentar ante el Estado de la ciudad una serie de documentos que acrediten que el lugar está apto para funcionar.
El complejo Champlain Towers, construido en 1981, estaba precisamente iniciando ese proceso al cumplir 40 años de antigüedad. “Lo que suele ocurrir en la mayoría de los casos, es que el edificio se prepara y hace una serie de arreglos antes de que la ciudad realice una inspección del mantenimiento”, explicaron Yanina Mauro y Walter Rua, dueños de la compañía Red Octopus, que provee servicios integrales de arquitectura en Miami.
“Actualmente, se estaba trabajando en techos y terrazas. Los testigos dicen que había maquinaria pesada y, además, filtraciones en los techos”, revelaron. “Analizando el derrumbe, claramente viene de arriba hacia abajo. Alguien pudo haber tocado algo no debido o algún arreglo estructural en los techos y eso generó una sobrecarga”, remarcó Rua. A su vez, señaló que, en los últimos días, hubo tormentas en la zona y eso podría haber dificultado el panorama.
Según Mauro, el derrumbe podría haber sido consecuencia de “un conjunto de cosas”. “La reparación de la estructura pudo haber causado sobrepeso en la terraza. Había un proceso de arreglo y tal vez no se tomaron las medidas necesarias para que se haga de manera gradual y segura. La responsabilidad pasa por la empresa que trabaja en los arreglos, que generalmente es contratada por el consorcio”, planteó.
En el mismo sentido opinó la arquitecta y broker argentina en Miami, Tina Hyde: “Si estaban en obras por la recertificación del edificio y la estructura no estaba en condiciones, se tendría que haber evacuado el lugar porque se corría un riesgo”. Además, señaló que, al lado de la construcción se había hecho otra en el último tiempo, algo que, quizás “podría haber provocado un movimiento de tierra que contribuyó al hecho de este jueves”.
En declaraciones recientes, el canciller Felipe Solá, desde la sede neoyorquina de Naciones Unidas, se refirió a que el ingreso de agua de mar al edificio en forma subterránea pudo haber sido una posible causa de la tragedia. Fuentes de Cancillería detallaron que la potencial teoría fue informada por autoridades policiales de Miami al consulado de la ciudad. No obstante, hasta ahora no se ha confirmado con certeza cuáles han sido las causas del derrumbe.
Según explicaron los especialistas, el sistema de construcción que se utiliza en Estados Unidos es diferente al de la Argentina. Las estructuras se hacen con un sistema de postensado, que utiliza cables de acero que se colocan entre un ducto para evitar que se adhiera al concreto. “Genera una losa uniforme sin vigas y eso permite que las alturas entre los pisos sean menores, por lo que los edificios suelen tener mayor cantidad de plantas en menor altura”, precisó Rua. Al ser una construcción costera, a su vez, los cimientos son diferentes y el mantenimiento debe ser sostenido y “más dedicado, ya que el agua salada afecta”, según indicó.
Para Hyde, “la estructura avisa. Aparece una deformación, una filtración de agua visible o algo”, planteó. “Esto se pudo haber evitado porque estos accidentes se ven antes, no puede ser que nadie se dé cuenta. Considero que hubo negligencia en este caso”, aseveró.
Para los especialistas, el derrumbe de una parte del complejo Champlain Towers marcará “un antes y un después” en la construcción y planificación urbana del condado. “Estoy segura de que vendrán nuevas regulaciones e inspecciones y que la alcaldesa empezará a pedir más licencias y seguros, sobre todo porque estamos en una ciudad que está constantemente en obra”, planteó Hyde.
Otras teorías:
Un arquitecto de Guadalajara, se sumó en las redes con una interesante hipótesis sobre el derrumbe ocasionado en Miami. Según el usuario de Twitter, “la falla radica en que no existió un correcto diseño, cálculo, armado o construcción en la unión entre losas y columnas. Y es que, en EEUU, sobre todo en Miami y su clásica arquitectura Modernista de los 60's (aunque este edificio se construyó en los 80's) se acostumbra a diseñar, calcular y construir sin trabes peraltadas, como sí se acostumbra en México”.
“Esta falla desgraciadamente es muy vista en EEUU, y en ella vemos el clásico desplome vertical, limpio y con aspecto de que pudiera haber sido calculado y programado, aunque evidentemente no sea así. Es más o menos la misma falla que vimos en las Torres Gemelas”, señaló.