Luego del escándalo que protagonizó Novak Djokovic en la última edición del Australian Open, cuando el tenista no pudo ingresar al país por no contar con el esquema de vacunación requerido, se puso en duda la forma en que continuaría su carrera.

En ese momento, empujado por la ola de críticas a favor y en contra, Nole declaró a la BBC: "No estoy en contra de la vacunación, pero mi cuerpo es más importante que cualquier título". Al ser expulsado de Australia, se abrieron ciertas incógnitas no solamente sobre el tenis sino también en otros ámbitos deportivos.

De hecho, se conoció que el propietario del Steaua de Bucarest, un equipo de fútbol en Rumania, consideraba no admitir a jugadores vacunados contra el covid-19. Gigi Becali, el dueño del club, dijo en una consulta telefónica de la prensa que “todas las personas vacunadas pierden fuerza” y por lo tanto no la quería para los profesionales de su plantilla. Esto fue de todas maneras rechazado por el gobierno del país rumano.

No obstante, la buena evolución de la pandemia en Europa está llevando a numerosos países a relajar las restricciones, entre ellas Francia, cuyo Primer Ministro francés, Jean Castex, confirmó que se eliminará el pasaporte COVID en todo el territorio galo a mediados de marzo. Por lo tanto, Djokovic podrá defender el título de Roland Garros y jugar en Montecarlo, además de los torneos de Belgrado, Madrid y Roma, es decir, la gira europea de tierra en su totalidad.

Con los actuales protocolos, también podría participar en Wimbledon, donde es el defensor de la corona, y sólo se perdería el US Open, de los cuatro grandes, por la exigencia en Estados Unidos de entrar con la dosis completa de la vacuna contra el coronavirus. Es por ello que el campeón de 20 grandes se perderá los dos primeros Masters 1.000 del calendario en Indian Wells y Miami.|