En estos tiempos de pandemia el vínculo con las pantallas se está estrechando y los especialistas recomiendan un uso responsable de esta app, prohibida para menores. “No es deseable ni saludable pero no podemos más que regular, acompañar y cuidar”, dicen los especialistas.
El psicólogo Alejandro Schujman advierte por el uso de adolescentes de esta plataforma prohibida para menores: “En estos tiempos de pandemia el vínculo de los adolescentes con las pantallas se ha estrechado, un poco por necesidad y otro tanto por la imposibilidad de interactuar en lo presencial. Es inevitable, no es deseable ni saludable pero no podemos más que regular, acompañar y cuidar (que no es poco)”.
Pero atención porque en este vínculo idílico de monitores y jóvenes hay nuevos peligros que surgen a espaldas del control parental. En el 2016, surgió el sitio OnlyFans. Si bien no es nueva, cobró empuje en los últimos tiempos, alentada por la pandemia y la explosión de la virtualidad.
Es una plataforma y red social que contaba a fines del 2020 con más de 100.000 de usuarios. A diferencia de Instagram, Twitter, Facebook y TikTok no tiene regulado el contenido de desnudez y material erótico y pornográfico. No solo que no lo detiene sino que lo alienta, y es el motor principal del sitio.
Está prohibida para menores de 18 años, pero hecha la ley, hecha la trampa, no hay ningún control de documentación fehaciente que impida la entrada de los menores, y muchos adolescentes han incursionado en esta plataforma.
La propuesta de Only Fans es que cualquiera puede ser generador de contenido y tener sus propios “followers” que pagarán por acceder al mismo. Básicamente, el sueño de todo adolescente en la era de la inmediatez y la ilusión del éxito vertiginoso, seguro y fácil. Son “socios” de los app manager y los contenidos son directamente redituables.
Si bien hay canales gratuitos, en la mayoría de los casos para poder acceder a los contenidos los usuarios tienen que convertirse en fans de la persona que los publica. Para ello, tienen que suscribirse al perfil y abonar una cuota mensual, cuyo importe es fijado por el creador dentro de unos márgenes mínimos y máximos que establece la plataforma.
Una aclaración válida: no solamente hay contenido erótico, pero muchos de los usuarios entran por esa vertiente y sabemos que los adolescentes son amantes de los desafíos. Riesgoso, muy riesgoso, sobre todo si estamos los adultos distraídos.
“En estos tiempos de padres amorosamente tibios quiero explicar algo y acordar una cuestión esencial: el trabajo de los adultos es poner límites, y el trabajo de los adolescentes es intentar quebrarlos”, señalóSchujman.
Lo prohibido genera el deseo, esto sucede acá, en Singapur y en Alaska, y en la adolescencia mucho más porque se trata de desafiar los patrones del mundo adulto para afirmar la propia identidad.
Esto no debiera ser grave en la medida que exista un vínculo sólido y sustentable de confianza y diálogo y las transgresiones no vayan por carriles peligrosos. En muchos casos, y por esta falta de consistencia que tiene esta generación de padres y madres esto se dificulta, y mucho.
A esto se suma un fenómeno creciente en las últimas décadas que es la hipererotización precoz de los jóvenes. “Explicó una vez más; crecer da miedo y como crecer asusta, y en contrapeso a esto los chicos se apoyan en muletas para soportar el temor y como anestesia a lo difícil del vivir”, dijo Schujman.
Una de ellas es una sexualidad temprana que los ubica en una adultez ficticia de la que poco entienden pero mucho disfrutan sin medir las consecuencias ni en lo orgánico ni en lo físico. Los juegos sexuales precoces y peligrosos que hacen los chicos y chicas cada vez desde más temprana edad son la triste evidencia.
Por otra parte tenemos los retos que se proponen a través de las redes sociales, y el que los chicos por efecto de la presión de pares y la necesidad de pertenecer, dicen que sí sin medir consecuencias.
Una vez más el desafío de estar cerca de nuestros hijos para cuidarlos, lejos para no asfixiarlos, sin olvidar que aún son muchachitos y muchachitas a los cuales la ropa de adulto les queda grande y la ropa de niños les queda pequeña.
Hay situaciones de las que no se vuelven y un video con contenido sexual en un adolescente puede ser trágico por la viralización y la capacidad de multiplicación geométrica que hoy tienen las redes sociales, y el impacto en el psiquismo de los jóvenes puede ser devastador.|