Tras una jornada de repudios, protestas e incidentes frente al Congreso de la Nación, finalmente se aprobó el acuerdo con el FMI por amplia mayoría: 202 votos a favor, 37 en contra y 13 abstenciones. Con esa suma, la Cámara baja le otorgó al Gobierno la facultad para negociar la deuda de 44.000 millones de dólares.
Hasta el domingo, un sector del PRO encabezado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich alentaban la abstención del voto frente al acuerdo, mientras que Maximiliano Ferraro, referentes de la UCR y la Unión Cívica intentaron frenarlo mostrando la necesidad de votar a favor para “evitar caer en default”. Este desacuerdo habría derivado en una estrategia conjunta que destrabaría el trámite legislativo y permitiría preservar la unidad de la coalición.
Finalmente ese día terminaron descartando la abstención y acordaron que sólo votarían a favor de un proyecto que contenga la refinanciación, no así el programa económico. A partir de entonces, armaron un operativo entre Mario Negri, López y Luciano Laspina, para convencer a Sergio Massa de que la “única forma de sacar la ley” y salvar el acuerdo con el FMI era que el Gobierno cediera y cambiara el proyecto, por lo que presentaron una iniciativa alternativa que suprimió el artículo 2°.
Durante los últimos días, fijaron debatir un programa económico, impedir una cesación de pagos y rechazar el plan diseñado por Guzmán. Y en el último retoque del texto se reemplazó ”reservas internacionales” por “apoyo presupuestario”, lo que Negri y López vieron con malos ojos. A su vez, referentes de la UCR y la CC se quejaban de que figuras de JxC, como Lousteau o Larreta, se arrojaban méritos por el acuerdo.
De esta manera, si bien celebraron haber logrado el acuerdo bajo las condiciones debatidas en conjunto, el contexto dio lugar a una discusión incómoda con pases de facturas y tensiones en el espacio. Desde el PRO, cuestionaron a Morales, quien desafió al macrismo.
En tanto, Laspina ofició de interlocutor con Macri, quien jugó para marcar la postura del Pro y estuvo atento a las discusiones en el Congreso. El economista le detalló al expresidente la estrategia acordada con la UCR, la CC y Evolución Radical: apoyar un solo artículo para autorizar la refinanciación, tomar distancia del programa de Guzmán y suprimir los fundamentos, que incluían “agravios” a la gestión de Macri.
Por su parte, el expresidente dio el visto bueno y pidió “romper el discurso” del kirchnerismo, ligado a que el macrismo dejó una “deuda impagable” y motorizó una “fuga de capitales”. En este marco, Hernán Lombardi, fue el encargado de tender “puentes” para convencer a los “halcones” que dudaban de acompañar la salida intermedia pactada con la CC, los radicales y Massa. Larreta, Bullrich y María Eugenia Vidal también dieron su consentimiento a la jugada. Mientras que Fernando Iglesias faltó a la sesión.
Durante una cumbre virtual del Pro realizada en la noche de este jueves, Macri, Larreta y Bullrich hicieron saber su malestar con Morales, sobre todo por el contenido de su exposición en el debate en comisión, que había abogado por “sacar la ley” para evitar el default con dardos al Pro: “Esta deuda la tomamos nosotros y me hago cargo. Algunos halcones me pegan por esto, pero es la realidad”, enfatizó.
En el macrismo aún intentaban digerir esos dichos cuando el jefe de la UCR lanzó otro misil a través de Twitter, felicitando a los bloques que integran JxC con un sola omisión: no mencionó al Pro.|
