Paolo Rocca, el hombre de acero que tiñó el legado de Techint con corrupción – Negocios & Política
 

Futuro en duda |Paolo Rocca, el hombre de acero que tiñó el legado de Techint con corrupción

Trabajador respetable y de una fortuna imparable, el empresario de la multinacional ítalo-argentina se enfrenta hoy, a 4 años y medio de prisión por sobornos internacionales a un ex gerente de Petrobras. El legado de su padre y de su abuelo que peligra tras las pistas que lo dejaron al descubierto.
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De talante trabajador igual que su padre y su abuelo, el empresario supo elevar el nivel de la empresa líder en la fabricación de acero de América Latina pero también, hoy enfrenta junto a los otros accionistas y directivos de la multinacional ítalo-argentina, cargos por pagar sobornos por más de 6,5 millones de euros a un ex gerente de Petrobras para obtener contratos con la petrolera brasileña.

El CEO de la organización Techint, supo continuar y expandir el legado de su padre y abuelo. Ser “el hijo de” no fue más que una motivación para Paolo Rocca, nieto de Agostino Rocca, fundador de Techint en 1945 e hijo de Roberto Rocca, quien también supo ser presidente de la empresa líder en la fabricación de acero de América Latina, con sedes en Buenos Aires y Milán, Italia y más 3.500 proyectos concretados a lo largo de 45 países en la actualidad.

Licenciado en Ciencia Política en la Universidad de Milán, Paolo es dueño de una fortuna que oscila entre los US$ 5.000 y US$ 7.000 millones según Forbes. Es así como dedicó su vida al negocio familiar, que lo tiene actualmente, a sus 65 años, como CEO. También al frente de Tenaris y Tenium, dos de las empresas del grupo especializadas en la producción de tubos de acero sin costura y en siderurgia, respectivamente.

“La curiosidad y la determinación” fueron factores que lo llevaron a tomar el lugar de su abuelo y de su padre. Bien pudo haber disfrutado de la gruesa herencia y dedicarse con ese colchón económico a la política o a hobbies personales, pero encontró en el ámbito siderúrgico un espacio tan inesperado como ideal para hacer su propia política.

Liderar una empresa que cuenta con miles de empleados en todo el mundo, fue siempre el gran desafío de Paolo. A los 33 años y luego de su paso como asistente del Director Ejecutivo del Banco Mundial, se calzó el pesado traje que usaron su abuelo y su padre para llevar adelante el gran legado.

Allá por 2014, le preguntaron cómo hacía o qué había hecho para mantener motivados a los trabajadores. Rocca respondió: “Todos los meses mando cartas a los trabajadores, lo primero que hay que hacer es demostrarles que son parte del proyecto; que de hecho lo son, pero a veces puede pasar que no lo sientan”. De esta manera, explicó que, si no sienten esa sensación, la responsabilidad puede bajar y si eso pasa, baja el compromiso y la calidad.

Él cree en que la mejor manera de complementar los conocimientos de su personal es aportando el factor humano, creando una responsabilidad a modo de presión sana que saque lo mejor de cada uno de los miles de profesionales que trabajan para su compañía. Hoy vive en Buenos Aires y participa en programas de capacitación y conferencias como invitado y es una constante fuente de consulta para las universidades. No tiene problemas en ponerse el casco y visitar las obras, y tampoco el saco y la corbata para dar conferencias, él disfruta de su legado pregonando los valores con los que creció y supo imponer con éxito en una de las multinacionales más prestigiosas e influyentes del mundo.

Pero todo el legado quedaría teñido de una mala imagen, tras la presentación de la fiscal italiana Donata Costa que solicitó a los jueces del tribunal de la séptima sección penal de Milán que condenen a los accionistas y directivos de Techint Paolo Rocca, Gianfelice Rocca y Roberto Bonatti a la pena de 4 años y 6 meses de prisión por el delito de corrupción internacional.

Los hermanos Rocca y su primo Bonatti integran la tercera familia más rica de Argentina y están acusados en Italia de haber ordenado el pago de sobornos al entonces gerente de Servicio de Petrobras, Renato Duque, quien admitió durante el juicio oral y público haber recibido las coimas.

La fiscal Costa solicitó también a los jueces del tribunal milanés que multen a San Faustin, la sociedad holding del grupo Techint manejada por los Rocca y Bonatti, con 1.239.200 euros y que ordenen el decomiso de 6.592.891 euros, “suma correspondiente al dinero entregado al funcionario público”, es decir, a Duque.

El juicio se acerca a su final. La defensa de los empresarios y de San Faustin, solicitó presentar su alegato el martes 19 de abril. Se espera un veredicto del tribunal para el 26 de abril. Si bien los empresarios podrían enfrentar penas de prisión de seis a diez años, la fiscal Costa afirmó que en Italia, las personas condenadas a penas mayores a cuatro años deben cumplirlas en la cárcel pero por sus edades avanzadas, los Rocca y Bonatti seguramente serán favorecidos en caso de recibir una condena. Paolo Rocca es el más joven de los tres y cumplirá 70 en octubre.

Ante el tribunal, la fiscal habló de los supuestos cómplices de los tres empresarios acusados y los definió como miembros de “grupos criminales que operan en varios Estados”: Italia, Suiza, Argentina y Brasil. Identificó en el “grupo 1 brasilero” a Duque y quienes lo ayudaron a montar una estructura offshore para canalizar los pagos de Techint y blanquear el dinero.

En el “grupo 2 argentino/uruguayo”, señaló la participación central de Héctor Alberto Zabaleta, ex director de Administración de Techint en Buenos Aires y uno de los hombres de mayor confianza de la familia Rocca; además de otros dos hombres públicos de la multinacional ítalo-argentina, el uruguayo Enrico Fabián Repetto Mariño y el abogado de Techint en Argentina, Fernando Mantilla.|

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