La cuenta del banco Merril Lynch de Nueva York perteneciente al fiscal Alberto Nisman, con depósitos por más de 600.000 dólares cuya procedencia nunca fue aclarada, vuelve a estar bajo la mirada de la Justicia.
El juez federal Julián Ercolini, que también tiene a cargo la causa por la muerte del titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la Amia (UFI-Amia), pidió a la Afip las declaraciones juradas del impuesto a las Ganancias, Bienes Personales e IVA de todas las personas que tenían acceso a la caja de depósitos neoyorkina, que figura a nombre del técnico informático Diego Lagormarsino y que fue revelada al principio de la investigación por la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Ercolini tomó la decisión teniendo en cuenta un peritaje contable sobre los movimientos bancarios y la evolución patrimonial del difunto letrado entre el 13 de julio de 1995, cuando fue nombrado Fiscal Federal ante los Tribunales Orales de San Martín, y la fecha de su muerte, que estableció en el 19 de enero de 2015.
En esa cuenta, la número 5v3-50653 de la entidad financiera norteamericana, aparecen bajo la lupa el propio Lagomarsino, el empresario Claudio Picón y la madre y la hermana del fiscal, Sara Garfunkel y Sandra Nisman, de lo que se desprenden que serán el objetivo de la pericia ordenada por el juez federal.
Además, Ercolini aceptó la designación de un perito contador por parte de Diego Lagomarsino -imputado por colaboración necesaria en el expediente por la muerte de Nisman-, “a fin de no vulnerar su derecho de defensa en juicio” y autorizó a intervenir en el peritaje al contador público Juan Pablo Futten.
No obstante, el magistrado federal limitó los alcances del peritaje sobre la cuenta del Merril Lynch a la documentación que obtuvo la Fiscalía Criminal de Instrucción 45, a cargo de Viviana Fein, y supeditó la profundización de esa parte de la pesquisa a la resolución de un planteo que la madre de Nisman, Sara Garfunkel realizó en la Corte Suprema a través de su abogado, Pablo Lanusse.
Sobre el material a analizar, el escrito define que se trata de un “reporte del Merril Lynch Bank en 160 fojas, en formato digital, resultante de la compulsa del pendrive aportado por el Embajador Eugenio Curia, Coordinador de Asuntos Internacionales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Nación”.
El juez determinó que “teniendo en cuenta los planteos efectuados y aún vigentes ante la Corte Suprema por parte de algunas de las defensas, el objeto de análisis de los peritos versará sobre estos obrados en sí, y la documental que fue secuestrada” al inicio de la investigación por la muerte de Nisman.
Cuenta y causa, con pocos movimientos
La investigación que tiene por objeto la “cuenta secreta” del fiscal Alberto Nisman en los Estados Unidos no tiene movimientos significativos desde fines de 2015. La caja en el banco norteamericano pasó a mediados de 2019 al Departamento de Bienes Abandonados de la entidad bancaria, ya que desde la muerte del fiscal de Amia a esa fecha, nadie había tocado el dinero.
La cuenta unía a Nisman con Lagomarsino, el técnico informático procesado como partícipe necesario de la muerte del abogado penalista, ya que le entregó el arma que terminó con su vida.
Tras la muerte, Fincen, el organismo antilavado de los Estados Unidos, notificó a la Unidad de Información Financiera (UIF) sobre “evidencia de actividad sospechosa” en una cuenta del ex Merrill Lynch en Nueva York -ahora BofA Securities- en la que Nisman figuraba como apoderado.
La caja del fiscal recibió “transferencias sobre las que no pudo establecer el propósito comercial por un total de 666.690 dólares, entre el 13 de septiembre de 2012 y el 19 de agosto de 2014”, de acuerdo a las autoridades.
A mediados de 2019, Lagormarsino declaró a la prensa que una ejecutiva del Departamento de Bienes Abandonados del ex Merrill Lynch se comunicó con él para informarle que la cuenta bancaria no tenía movimientos desde 2015: “Le dije que la cuenta no era mía y me contestó que habían intentado comunicarse con las otras titulares de la cuenta, pero que no las habían podido ubicar”, dijo en su momento el perito informático.
La Afip informó en la causa que la cuenta no estaba declarada, según el expediente. Por el caso, Sara Garfunkel, Sandra Nisman y Lagomarsino están imputados por presunto lavado de activos. |