La exposición de Cristina Fernández de Kirchner ante el Tribunal a cargo del juicio por el memorándum con Irán por el atentado a la AMIA, no sorprendió a nadie. La vicepresidenta apuntó contra Mauricio Macri, las acciones de la mesa judicial que se armó para perseguir a los funcionarios del kirchnerismo y los jueces que investigaban.

Al inicio de su declaración explicó “desde la más simple lógica el disparate judicial, institucional y político que es esta acusación”.

Sostuvo esta tarde que Macri “desde los primeros días de su gestión” utilizó al Poder Judicial como “elemento de persecución a opositores políticos”. Durante la audiencia por las nulidades, sostuvo que desde diciembre de 2015 “comienzan a producirse hechos de una gravedad institucional inusitada” en el país.

La causa, reabierta en 2016 por la Cámara Federal de Casación Penal, tiene su origen en la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman. En este expediente, la expresidenta está acusada de haber buscado el encubrimiento de los iraníes acusados por la voladura de la AMIA al promover la firma del memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán durante su presidencia.

“Estamos acusados de ser encubridores del más terrible atentado terrorista que sufrió nuestro país. Es un disparate judicial, institucional y político esta acusación”, argumentó CFK.

Los jueces amigos

Los jueces Julian Ercolini y el fallecido Claudio Bonadio estuvieron presentes en boca de la expresidenta. Sucede que en sus despachos se tramitaron las principales causas contra ella, durante el gobierno de Cambiemos. “Eran como jueces de atracción”, “siempre eran esos dos jueces”, apuntó. 

"Si a Bonadio y Ercolini se les escapaba algo, me estaban esperando en Casación (Gustavo) Hornos y (Mariano) Borinsky para darme lo que, según ellos, me merecía", subrayó.

Lo de Hornos y Borinsky no fue una casualidad. El juez federal Daniel Rafecas había archivado la denuncia que había hecho Nisman por inexistencia de delito, pero los dos magistrados de la Cámara Federal de Casación Penal reabrieron el expediente 29 de diciembre de 2016, cuando Macri ya estaba en el poder.

Durante su exposición, la exmandataria no olvidó relacionar las visitas que ambos jueces de Casación le hicieron a Macri cuando era presidente, tanto en la Quinta de Olivos como en la Casa Rosada.

“Esto es como el rey desnudo. Acá hubo alguien que encontró en un informe de ingreso de (los jueces) Hornos y Borinsky, siempre en coincidencia con las causas, tanto a la Casa de Gobierno como en Olivos. También se descubrió que Borinsky fue a la Quinta de Olivos en 15 oportunidades. Iba un poco más seguido que Hornos a la Casa Rosada. Estas visitas habían sido negadas y los informes adulterados”, sostuvo.

“Un juez que jugaba al tenis con Mauricio Macri no puede ser imparcial ante una causa que me involucra. ¿En serio que quieren hacernos creer que estas causas son legítimas? Nunca vi algo así de ilegal, los mismos jueces involucrados. Es un escándalo monumental y los medios concentrados no dicen nada”, afirmó la vicepresidenta.

La denuncia y los fondos buitres

Al desandar los caminos de la denuncia y buscar los motivos que pudieron haber forzado su tramitación, la exmandataria vinculó el caso con la tensión que hubo entre su gobierno con los fondos buitre y enmarcó la denuncia de Nisman en un supuesto intento de aquellos de ejercer presión sobre su presidencia para reclamar el pago de la deuda externa privada.

“El memorándum con Irán no es solo una persecución. Era esto: pagarles lo que querían a los buitres porque después de pagarles a los buitres decían que venía la bonanza. ¡Y pagaron! Lograron sacar el candado para que se pagara. Yo no lo hice. Yo me banqué lo que me banqué y no me doblaron el brazo”, sostuvo.

En ese tramo de su exposición, la expresidenta mostró –desde su despacho en la Cámara de Senadores– una solicitada financiada por la Américan Task Force Argentina (ATFA) y publicada en diarios de Europa en la que aparecía su imagen junto a la del entonces presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, junto a la pregunta, escrita en inglés: “¿Un pacto con el diablo?”.

"No íbamos a tener jueces naturales. Esto afortunadamente fue abortado por la Corte, en una acordada frente a lo que iba a constituir uno de los mayores escándalos judiciales de los que se tenga memoria", había dicho antes la titular del Senado.

“Se hicieron maniobras persecutorias para perjudicarnos a mí y a mi familia desde la UIF (Unidad de Información Financiera), la Oficina Anticorrupción, la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), la AFIP y el Banco Central”, denunció CFK.

Entre las maniobras, explicó que “además se ponían a dedo jueces y se intentó poner un tribunal oral a dedo, el número 9”.

La exposición pública fue convocada por el Tribunal Oral Federal 8 a cargo del juicio por el polémico memorándum con Irán, de manera previa a resolver una serie de planteos de nulidad de la causa, como piden las defensas de la vicepresidenta y otros imputados.   |