El titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal N°4, Ariel Lijo, parece decidido a avanzar en una pulseada judicial para llevar a Comodoro Py la causa de la “Gestapo”. Se trata de la investigación que lleva a cabo el juez Ernesto Kreplak, a cargo del Juzgado Federal N°3 de La Plata, quien instruye los hechos derivados de la reunión en la que se vieron las caras tres jerárquicos de la AFI, un grupo de empresarios de la construcción de La Plata, el intendente Julio Garro, el ex ministro de Trabajo Marcelo Villegas y otros funcionarios de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal. 

Por esa reunión del 15 de junio de 2017, que fue secretamente grabada por la propia AFI y cuyo registro se conoció en diciembre último, se desató un terremoto político y judicial. 

El avance de la investigación comenzó a extenderse como una mancha de aceite hacia la estructura manejada de Vidal, pero además vuelve a poner de relieve el papel que la AFI jugó en las políticas implementadas por el gobierno de Cambiemos.

En concreto, la participación de importantes integrantes de la AFI como Sebastián Destéfano, Darío Biorci y Diego Dalmau Pereyra, no hicieron más que volver a poner en ridículo aquella teoría del “cuentapropismo” con la cual se desligó de responsabilidad al poder político por el accionar de los espías. 

Causa tironeada

Por eso no debería sorprender el hecho de que esta causa tan complicada, instruyéndose en un juzgado alejado de las componendas de los juzgados Retiro, comience a ser tironeada. Y eso es lo que está sucediendo.

Al menos eso se desprende del pedido de inhibitoria que cursó Lijo, para que la causa de Kreplak pase a su juzgado. ¿Argumentos? Que se trata del accionar de personal jerárquico de la AFI, independientemente de dónde éstos hubieran operado, en este caso La Plata.

Como contexto es importante recordar que Lijo acudió al mismo argumento para entender en la causa en la que Destéfano fue denunciado por haberse apersonado junto a Fernando Di Pasquale en el despacho del juez Luis Carzoglio, a quien le llevaron ya redactada e impresa la resolución que debía firmar para disponer la inmediata detención de Pablo Moyano, para quien el SPB ya se tenía preparada una celda (con micrófonos y todo) en Melchor Paz.

Pese a la contundencia de las pruebas y del testimonio, el juez Lijo declaró la inexistencia del delito, al señalar que había sido una “visita a título informativo” ante la preocupación del entonces presidente Macri por los desmanes que pudiera haber generado una detención del gremialista. Y ahí cerró la causa.

Llamadas incómodas

El problema es que, en el marco de la investigación de la causa “Gestapo”, de los celulares que fueron peritados se pudo verificar que el propio Lijo mantuvo un total de 10 comunicaciones telefónicas con el propio Juan Sebastián Destéfano, sobre quien luego decidió que correspondía el sobreseimiento en la causa por la denuncia de Carzoglio.

En el celular utilizado por Destéfano se verificaron diez llamadas entre el espía y el juez, todas entre el 3 de agosto de 2017 y el 17 de agosto de ese mismo año.

Y luego otras tres llamadas entre el director de Contrainteligencia, Diego Dalmau Pereyra (presente en la reunión de la Gestapo) y el secretario de Ariel Lijo, Diego Arce.

De ese modo, se verificaba una cercanía sin explicación fundada, entre un ariete de la AFI y un juez federal, absolutamente análoga y paralela a las comunicaciones que también se verificaron entre el propio Destéfano y el juez Luis Armella, el magistrado que hizo avanzar los planes de la “Gestapo” para la persecución de sindicalistas en La Plata.

Los vínculos de Lijo

La figura de Ariel Lijo, el juez de la retroexcavadora en la Patagonia, viene siendo cuestionada también por el rol de su hermano, Alfredo “Freddy” Lijo, como operador judicial, y su cercanía con Marcelo Rocchetti, quien fue jefe de gabinete de Cristian Ritondo, cuando éste era ministro de Seguridad de Vidal. Rocchetti y Freddy eran socios propietarios en la aseguradora Caledonia Seguros.

Aparentemente, las serias complicaciones judiciales que promete la causa Gestapo parecen haber puesto en alerta al juez Lijo, quien desde Comodoro Py reclama que la causa pase a su despacho.

La decisión quedará en manos de la Cámara Federal de La Plata. Y da la sensación de que de eso dependerá el avance o el estancamiento de la causa.  |