"Sin duda, concebimos y sentimos la Justicia de una forma distinta, motivo por el cual no tiene ningún sentido permanecer en esa institución".
Con esa categórica frase, el camarista federal Leopoldo Bruglia ponía fin a su membresía dentro de la Asociación de Magistrados y Funcionarios.
Aunque la lectura inmediata fue que semejante portazo respondía a las consideraciones que había expresado el día anterior el presidente Alberto Fernández, quien lo tildó de "ilegítimo", en poco tiempo terminó dejando a la vista de todos la fuerte diferencia que existe con las autoridades de esa entidad, pero más puntualmente con su vicepresidente, Mariano Llorens.
Lo dicen los jueces por lo bajo
"Que ustedes no adviertan la gravedad institucional de los dichos del Presidente de la Nación y de las expresiones del Ministro de Justicia... es motivo eficiente para que, sin dejar pasar más tiempo, renuncie a mi vocación asociativa con la dirigencia de esa Asociación", escribió un Bruglia bastante enojado por el silencio que habían exhibido sus pares, a quienes acusa de no haberlo defendido corporativamente.
Si bien la actitud de Bruglia pareció en primera instancia como un "grito solitario", con el transcurso de las horas no tardaría en cosechar expresiones de apoyo, aunque ninguna de ellas abiertamente.
El titular de uno de los juzgados correccionales y criminales de Comodoro Py no dudó en darle la derecha a Bruglia cuando fue consultado por este medio. "Lo que hizo fue poner al desnudo una situación que muchos jueces del fuero, no sólo acá en Comodoro Py sino en toda la Justicia Federal, decimos y pensamos de la Asociación", dijo en confianza y, por su puesto, pidiendo que no se revelara su nombre.
En contrapartida, el juez Marcelo Gallo Tagle, presidente de la entidad, salió en defensa de la Asociación de Magistrados. Gallo Tagle insistió en considerar que la actuación del presidente de la Nación y del ministro de Justicia "es una injerencia que siempre aparece cuando los fallos les resultan adversos".
Y sobre el malestar del camarista Bruglia, descartó que la Asociación que preside no lo haya respaldado. "Él está en su derecho de actuar de esa manera. Pero nosotros sabemos que lo hemos defendido en esa cuestión desde el primer momento", dijo, en relación a lo que desde el oficialismo consideran una designación ilegítima.
No obstante, un magistrado con asiento en un estratégico juzgado federal de la zona oeste que también pidió reserva de su nombre, consideró que a la Asociación de Magistrados " un club de algunos pocos, que se la pasan viajando a congresos, comisiones, dando charlas que no van en línea con lo que es la razón de ser de esa entidad".
Más allá de las apreciaciones de los jueces consultados, pareció quedar a la vista la falta de reflejos de parte de Llorens, quien pese a ocupar la segunda butaca en la Asociación, no articuló él mismo una defensa inmediata de un colega que integra la cámara que él preside.