La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), liderada por Carlos West Ocampo y Héctor Daer, y la Federación Argentina de Prestadores de la Salud (FAPS) llegaron a un acuerdo por la paritaria con un aumento del 45% en cuatro cuotas, con una revisión en febrero de 2022. El entendimiento implica una suba escalonada de:
- 15% en julio
- 15% en septiembre
- 10% en noviembre
- 5% en febrero. Para ese mes se acordó una cláusula de revisión, que prevé que las partes harán un monitoreo de la evolución de los precios y los salarios.
De esta manera, se destrabó un extenso conflicto con el gremio de enfermeras y camilleros, que requirió de dos conciliaciones obligatorias e incluyó paros y varias manifestaciones.
El Acuerdo
Se llevo a cabo en medio de una nueva conciliación obligatoria que había dictado la cartera laboral por cinco días hábiles y alcanzará a la totalidad del personal asistencial de clínicas y sanatorios privados.
Además, en la previa a la firma del acuerdo, el sindicato había decidido redoblar la presión y convocar a un paro nacional con movilización para el próximo miércoles 4 de agosto, justo cuando vencía la medida de la cartera laboral, huelga que ya quedó descartada con el flamante acuerdo.
Los empresarios durante ese tiempo insistieron en que no estaban en condiciones de dar un aumento salarial si antes no se actualizan los aranceles que definen los financiadores (obras sociales, prepagas y el PAMI). También pedían el incremento en las cuotas de la medicina privada, que debía avalar antes el Gobierno.
El conflicto
El reclamo salarial de enfermeras y camilleros se extendió por más de dos meses e incluyó asambleas, retenciones de tareas, movilizaciones y paros ante la negativa de otorgar un mayor incremento salarial que afectaron a clínicas, sanatorios, laboratorios, geriátricos y hospitales de comunidad privados, en demanda de un aumento del 45 por ciento, la nueva pauta salarial establecida por la fuerte inflación, y por la cual firmaron otros gremios. |