Tras varios meses de incertidumbre finalmente el Gobierno nacional rompió el silencio y la primera dama, Fabiola Yáñez confirmó que está embarazada de casi 3 meses. A punto estimativo, su hijo/a podría nacer en febrero de 2022 y sería el primer bebé con un padre en pleno mandato presidencial. También sería el primero en habitar la Quinta de Olivos.
Luego del varios golpes a la imagen presidencial, desde el Gobierno aseguraron que continuarán informando los avances del embarazo oficial a modo de transparencia de gestión, evitando incrementar los “malos entendidos”. En agosto, tras el escándalo por la fiesta VIP en Olivos, había circulado el rumor de que la primera dama estaba esperando un bebé. Fue por una publicación en su Instagram donde se la veía tocando su panza. Cinco semanas después, el Ejecutivo informó que Alberto Fernández será padre por segunda vez. El Presidente ya es papá de Tani Fernández, fruto de su matrimonio con Marcela Luchetti.
Esta vez, la Unidad médica Presidencial difundió un comunicado para confirmar el embarazo de la primera dama: “se informa que la primera dama Fabiola Yañez se encuentra cursando la décima semana de su embarazo. Su estado de salud es bueno y bajo estricto control médico. Desde la Unidad Médica Presidencial se brindará ante la opinión pública la información sobre la evolución del embarazo con el fin de comunicar con precisión”.
Sus orígenes
Convencida de que “hay que saber un poco de todo”, se encauza en los vaivenes políticos de su pareja Alberto Fernández con la misma osadía y aggiornamiento que transitó todo su camino profesional. Desde el 10 de diciembre de 2019, Fabiola acompaña en una nueva aventura a su compañero que define como “simple y sensible” y reformula su camino para ser leal a la República.
Poco se sabe de su vida anterior a Alberto, incluso se rumorea que el presidente mandó a eliminar todos los antecedentes “virtuales” de la primera dama para formalizar una nueva imagen respetable en su gestión. Entre idas y venidas, el paso del tiempos filtró fotos de sus épocas de modelaje y “ex vashaina” amparada por la tutela de la mediática Moria Casan que han dejado una pizca de su pasado en las redes.
Lejos está igual de conocerse la historia oficial. Nació en 1981 en Villa Regina, una ciudad del alto valle de Río Negro que lleva ese nombre en homenaje a otra primera dama: Regina Pacini, esposa del presidente Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928).
Su madre Miriam Yañez Verdugo vivía en un barrio humilde llamado Villa Antártida, donde se habían instalado sus padres, quienes habían migrado desde Chile. A muy temprana edad, alrededor de sus 14 años, Miriam entró a trabajar a la fábrica de un ingeniero mendocino llamado Julio Salvarredi que industrializaba fruta: hacía dulces. Miriam conoció allí a Julio Salvarredi Jr., el menor de los hijos del ingeniero que tenía 16 años. El flechazo fue inmediato y comenzó un romance adolescente que derivó en un embarazo temprano.
Fabiola nació cuando su madre tenía 15 años y fue un cimbronazo en la vida de los Yáñez y los Salvarredi. Julito no se hizo cargo y Miriam la crió sola, ayudada por su madre, Violeta Verdugo. Fabiola hizo parte de la primaria en el Instituto María Auxiliadora de la ciudad de General Roca. Cuando cumplió los 12 años, su madre, con apenas 27, se mudó a Misiones. Vivió en diferentes ciudades y, según contó la propia primera dama, pasó por 13 escuelas hasta que en 1999 egresó del Normal Mixta Estados Unidos del Brasil de Posadas.
Miriam, su madre, con Fabiola de muy pequeña, conoció a Jorge Miranda, quien se convirtió en su esposo y a quien Fabiola llama papá. Del matrimonio Yañez-Miranda nacieron Tamara y Mía, las hermanas menores de Fabiola. Pero en Villa Regina la vida también continuó. Julio Salvarredi hijo tuvo una hija llamada Guadalupe, que es la otra hermana de la primera dama. Cuando Fabiola entró en la adultez decidió viajar a Regina y conocer a su padre, quien nunca le había contado a su esposa que tenía una hija no reconocida. La visita de Fabiola removió la memoria de la familia Salvarredi. Hoy Fabiola tiene relación con su padre, algo distante, pero relación al fin.
Uno de los tíos paternos de Fabiola participa en política en Villa Regina y la hija de este también. Pero no militan en el peronismo, sino todo lo contrario. Jaime Salvarredi fue primer candidato suplente a concejal por Juntos por el Cambio y la hija de este, Antonella Salvarredi fue quinta candidata titular. No entraron.
El único miembro de la familia de Fabiola que habló hasta el momento fue su abuela. Violeta Verdugo de Yáñez tiene 76 años y vive en Roca, una localidad cercana a Villa Regina. Señaló que no estaba del todo contenta con que Fabiola sea periodista. "Son muy insistentes. Está bien porque entiendo que se tienen que ganar su trabajo, pero a veces se exceden".
Reacia a hablar de su familia prioriza siempre relatar su pasión. A los 17 tuvo su primer trabajo frente a cámaras, como co-conductora de un programa para chicos en Canal 3 de Rosario. "Haber debutado en televisión tan joven fue una experiencia muy gratificante. Creo que por eso elegí estudiar periodismo, para crecer y formarme en este medio que tanto me había gustado", contó.
Se graduó como licenciada en Periodismo en la Universidad de Palermo y enseguida comenzó una vertiginosa carrera en medios locales y extranjeros. En la pantalla chica, trabajó como cronista de CNN, fue panelista de Me gusta la tarde (Canal 26) y, en 2018 se lució como una «vayaina» en Incorrectas, el programa de Moria Casán en América. También se desempeñó como columnista del ciclo Común y Corriente de Radio 10, de la mano de Nora Briozzo y Néstor Dib.
Cuando llegó a Buenos Aires, Fabiola tuvo un breve paso como modelo televisiva, donde desfiló en el programa de Susana Roccasalvo, en 2009, y también hizo notas para un programa sobre autos en el canal Metro. Con el tiempo fue ganando espacio hasta que llegó al programa de Moria Casán en América TV.
Fabiola fue protagonista de las obras ¡Otra vez papá! Después de los 50, junto con Manuel Wirtz y bajo dirección de Manuel González Gil, y la comedia Entretelones, que encabezó con Ana Acosta, Fabián Gianola, Darío Lopilato, Esteban Prol y Chiqui Abecasis.
Durante el 2018, Yañez tomó relevancia en los medios tras denunciar a Fabián Gianola, su excompañero de elenco en Entretelones, de tener conductas inapropiadas con ella. En una entrevista con Intrusos, la actriz contó que vivió situaciones repudiables por parte de su colega. «Me hacía sentir incómoda en muchos momentos. Cuando me saludaba me daba abrazos y te das cuenta cuando traspasa la línea de compañero. Por suerte, pude poner un freno», detalló.
Tan cautivada quedo la morocha de Moria Casán con su presencia, que la llamó para que sea una de sus “vashainas”, panelista de su programa Incorrectas, su programa que conduce por América. Allí Fabiola se mostró como una mujer común y corriente que admiraba a Fernández y que quería ser madre. Vivía en un departamento en Puerto Madero junto a Alberto y Dyllan, el famoso Collie con Instagram que tiene cautivado a los jóvenes.
Un amor clasificado:
Desde que todos los argentinos conocieron su relación con el entonces candidato a presidente, Alberto Fernández, Fabiola Yáñez se transformó en una figura diferente. Hasta ese momento era conocida por sus seguidores, por quienes la escuchaban en la radio o habían visto sus obras, pero no era una figura pública relacionada con la política. Sin embargo, desde que comenzó a acompañar al ex jefe de Gabinete a los actos de campaña su figura comenzó a generar reacciones en los hombres y mujeres de todo el país. ¿Pero cómo conoció al primer mandatario?
Lo cierto que el amor intelectual entre ambos nació mientras Fabiola estaba becada en la Universidad de Palermo. Estudiaba periodismo y trabajaba en el área de comunicación institucional. Parte de su trabajo era organizar charlas y debates. En una oportunidad contactó a Fernández pero fue un acercamiento a medias que le permitió contactarlo más adelante.
Definiendo su tesis en la etapa final de su carrera de grado, opto por analizar la relación interdiscursiva entre Clarín y el Gobierno de Néstor Kirchner. Una vez más, el contacto del pasado le daría una mano para aportar datos en tan vericueta cruzada. Con un 10 en el “trabajo plagiado”, dicen las malas lenguas que de las 80 páginas que tenía solo 20 eran suyas y las otras de Wikipedia, Fabiola estaba feliz: “rendí la tesis, me saqué un diez y me llamó para invitarme a salir. Ahí empezó todo”.
Tomaron un café. Así fue su primera cita, en 2013 y ya no se separarían nunca más. El 14 de mayo de 2016, desde Francia, en sintonía con los tiempos que corren, Fabiola anunció su compromiso vía Instagram: publicó una foto que mostraba dos copas de vino blanco, sostenidas por las manos izquierdas de cada uno y, en el dedo anular de ella, un anillo de oro. Para ser más explícita, la acompañó con un texto escrito en francés: "Engagé dans París, immensement hereux" (‘Comprometida en París, inmensamente feliz’, en castellano). Sin embargo, nunca fijaron fecha para su boda.
Lo cierto es que Fabiola, lejos de preocuparle la diferencia de edad, se enamoró de su sencillez y brillantez, que la cautivó al punto de cambiar su vida para acompañarlo al rail político que se encauzaría años después.
Caminos unidos
A principios de enero de 2019, estrenó "¡Otra vez papá! Después de los 50…", en el Multiteatro. La obra, protagonizada por Manuel Wirzt, marcó su regreso a las tablas, primera pasión que había quedado relegada detrás de una ascendente carrera como periodista.
Entonces nadie imaginaba, ni siquiera Fabiola, que ahí nomás, en su destino cercano, estaba la posibilidad concreta de convertirse en primera dama de los argentinos. Ella misma se sorprendió cuando, el 15 de mayo, Alberto, regresó a casa y le contó que había sido ungido candidato a presidente por el Frente de Todos. Tras semejante anuncio, no volvió a actuar. Sólo mantiene su espacio en el programa Común y corriente, los domingos por la tarde, en Radio10, junto a Nora Briozzo y Nestor Dib.
A medida que la carrera hacia la presidencia iba avanzando, Fabiola empezó a hacer diversos cambios, no solo de lo físico sino de los hechos: se alejó de los medios y empezó a involucrarse en acciones sociales, más que nada que involucraran a los niños. No solo acompañó a Fernández con la campaña sino que supo contener a Estanislao- el hijo de Alberto- en medio de toda la vorágine.
“Yo no me veo detrás de un cargo, soy una persona de acción. No me gusta que estigmaticen la solidaridad. En la Argentina que viene hay que involucrar a todo el mundo para que salgamos adelante como sociedad”, decía una futura primera dama. Sin militancia ni experiencia política se definió siempre como “peronista” por tener muy arraigado el valor de la “solidaridad”.
La Eva de los centennials:
Entre los muchos perfiles realizados sobre la primera dama, no hay quién haya evitado describirla o asemejarla con la líder de los “cabecitas negra”. Incontables similitudes hacen reflexionar que Fabiola nació para el lugar que hoy está solo por tener una especie de “ADN Evitista”: viene del interior y de un hogar humilde, tuvo su paso por el mundo del showbusiness, conoció a Alberto en una etapa madura de ambos e inclusive disfruta del trabajo social desde siempre.
Lo cierto es que todas las primeras damas peronistas siempre han buscado en cierta medida imitar a Evita. Quienes la tratan a diario minimizaron su estilo “evitista”. Aunque cambio su vestuario, ya no usa el cabello siempre suelto como antes y las biografías de ambas tienen coincidencias, “Fabiola solo quiere ser Fabiola”.
Dentro de Olivos, sembró el respeto por todos los rincones. Nadie “habla mal de la primera dama”. Si bien la tildan de sumisa, de perfil bajo, hay quienes piensan que tiene un “as” bajo la manga y un armado político por su propia cuenta” con el solo objetivo de no pasar desapercibida durante la gestión del presidente.
Es lo que en los últimos meses en cierta forma se dejó entrever. Para bien o para mal, Yañez logró estar en boca de todos desde el escándalo en la Quinta presidencial hasta la fotografía donde anunciaba el nacimiento del primer bebé presidencial de la República Argentina.
En forma media brusca, Alberto le echó la culpa del festejo: “el 14 de julio (de 2020, NdR) Fabiola convocó a una reunión con sus amigos y un brindis que no debió haberse hecho y que lamento que haya ocurrido. Debí haber tenido más cuidados. Evidentemente no los tuve”. Después del cataclismo político que ocasionó los 42 años de la primera dama, aparecieron radiantes en Misiones, donde no se sabe si asesorada por su equipo, la Yañez dejó entrever una panza de embarazada.
Los rumores se esparcieron a vuelo galopante y no era la primera vez que surgía esa línea de chimento. A fines de enero pasado circularon fuertes susurros a través de las redes sociales que indicaban que la primera dama estaría esperando un hijo. De las fotos oficiales que circularon en aquel momento de la visita de Estado de la pareja presidencial a Chile, quienes intuyeron que podría haber un bebé en camino se centraron en algunas imágenes en particular. Usando un vestido ajustado al cuerpo en tonos rosados y corales, Fabiola llamó la atención con el contorno a la altura del vientre, que desató las especulaciones.
Si bien por cuestiones de luz, de ángulos o incluso por la propia postura del cuerpo podría parecer que la primera dama estaba embarazada, lo cierto es que finalmente las suposiciones no eran ciertas. Entre risas dijo a su círculo íntimo: “es una pancita de cuarentena”.
Lo cierto es que esta vez, el #operativoBB, hizo estragos previo a las elecciones y se debate sobre dónde y qué tipo de parto tendrá la Primera Dama. ¿Será en una clínica privada de Capital, o elegirá ser asistida en la Quinta De Olivos? Seguramente optará por un parto respetado, ¿o preferirá cesárea? Quizás elija la opción del parto acuático, tan de moda entre las famosas, y con asistencia de doula.
También desde lo cotidiano y a medida que avance el embarazo, los joviales padres evaluarán si el bebé "presidencial", además de cambiar las rutinas de sus padres, obligará a hacer algunas reformas en la Quinta de Olivos para convertirlo en un espacio seguro (puertas, escaleras y otros peligros). Por otra parte habría que sumar una niñera al plantel de empleados fijos que se mueven en el lugar. Lo cierto es que sin nacer, ya empezó a hacer historia en la política argentina.|