“Iberoamérica atraviesa un momento histórico particularmente grave, debido al poder político que ha alcanzado en las últimas décadas el autoritarismo de extrema izquierda en varios países, y a la influencia creciente y extraordinariamente perniciosa que ejerce sobre los demás”.
Así arranca la Declaración de Caracas, una lista de principios y objetivos que firmaron este año los representantes del libertarismo de Latinoamérica, y hasta de España, bajo el compromiso de extender y fortalecer la red de relaciones que los vinculan a lo largo y ancho del continente.
El documento es el resultado de la creación de la Alianza Libertaria Iberoamericana, que nació a fines de septiembre pasado cuando, de manera virtual, movimientos, organizaciones y partidos políticos se reunieron para dar vida a un proyecto regional que promueve el encuentro y la integración de las tendencias liberales, así como la expansión hacia países donde no existe representación alguna.
La nueva “internacional libertaria”, que de alguna manera emula la red de relaciones que supieron establecer los movimientos comunistas y socialistas a principios del siglo XX, está formada incluso por miembros de países con tradición izquierdista, como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Una veintena de activistas participó del evento vía web, que duró unas once horas de transmisión corridas, en las que, con ponencias de una hora, cada uno explicó las acciones que llevan adelante en sus países para dar la batalla cultural contra “los liberticidas que han tomado posesión de las Américas”.
Los firmantes del Manifiesto final del primer congreso de la Alianza Libertaria Iberoamericana, entre los que se encuentra la encargada de relaciones internacionales del Partido Libertario de Argentina, Ana Montes de Oca, acordaron como objetivo final “luchar contra cualquier intento de intervención del Estado”, a lo que suman la idea de “frenar el totalitarismo en todas sus formas y fortalecer al individuo en todas las facetas”.
Los declarantes de Caracas, además, bregan por el purismo libertario, puesto que consideran que algunos sectores de la derecha “cometen el grave error de articular alternativas igualmente autocráticas”, atemorizados por el avance de la izquierda, por lo cual estiman que es necesaria “la articulación de organizaciones libertarias fuertes, claras y valientes, profundamente enraizadas en los valores y principios del libertarismo y libres de toda hibridación con terceros”.
El Norte presente
El evento, realizado el 23 de septiembre, se dio en medio de la algarabía liberal tras el resultado alcanzado por el economista argentino Javier Milei, que se posicionó como tercera fuerza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en las últimas primarias de cara a los comicios generales de noviembre.
“La justicia social es la peor mentira que el marxismo cultural logró implementar en todos los ámbitos”, sostuvo Montes de Oca en su participación, al destacar que Milei “demostró que con poco dinero y con un mensaje claro dejó mal parada a la casta política”.
Pero la mendocina no fue la única en ponderar la “proeza” del dirigente de cabellos despeinados, ya que también fue el caso de Jacek Spendel, libertario polaco que explicó la relevancia que tiene Iberoamérica para el liberalismo.
Además, el dirigente detalló la estrecha relación que existe entre los diversos movimientos libertarios en la región y Liberty International, organización que preside, fundada en 1969 en los Estados Unidos, con el fin de promover el colapso de los regímenes comunistas con el apoyo de las Embajadas de Washington.
Por ello, precisamente, la asociación libertaria más antigua del mundo, que ahora tiende puentes con la Alianza Iberoamericana, se jacta de haber penetrado en lo que consideran “entornos de riesgo”, es decir, aquellos Estados en los que el socialismo tiene preponderancia política.
Entre ellos, se destacan Cuba, Venezuela y México, que tuvieron a sus emisarios en el encuentro de septiembre.
El tema excluyente de la isla caribeña fue el estallido social registrado este año contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel, desde donde denunciaron la injerencia de la Casa Blanca, misma situación que hace años declama el presidente Nicolás Maduro desde la República Bolivariana y que, ahora, encuentra un nuevo rival con la creación de la internacional libertaria.
Madrid vs San Pablo
Las acciones de la derecha iberoamericana en el nuevo continente, sin embargo, comenzaron a principios de septiembre, unos 20 días antes del cónclave que dio origen a la internacional libertaria, cuando el líder del partido español VOX, Santiago Abascal, arribó a México para captar apoyos en su batalla transfronteriza contra las ideas de izquierda.
Invitado de honor en el Senado del país gobernado por Andrés Manuel López Obrador, Abascal se presentó ante el legislador Julen Rementería, coordinador del grupo parlamentario del Partido de Acción Nacional (PAN), que dentro de la alianza Va por México, junto al PRI, lograron arrebatar la mayoría al oficialista Morena.
Además de Rementería, quince de 25 senadores firmaron la Carta de Madrid y anunciaron su apoyo al grupo internacional lanzado por VOX para contrarrestar el denominado Foro de San Pablo.
El grupo nucleado en torno a la misiva española, lanzada hace un año en conjunto con la familia Bolsonaro, aspira a convertirse en una contraofensiva a la coalición de partidos fundada por Fidel Castro y Lula da Silva en 1990, que encuentra su correlato en el Grupo de Puebla y que, según asegura VOX, “ha sido determinante para el auge de la extrema izquierda en Iberoamérica”.
Las firmas de la Carta de Madrid ya son más de 8.000 e incluyen a conocidos dirigentes, como la presidente de Fratelli d’Italia, Georgia Meloni, la francesa Marion Meréchal -sobrina de la ultraderechista Marine Le Pen-, así como disidentes cubanos, como Zoé Valdés, y opositores de Venezuela, como Antonio Ledezma.
Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, también expresó su apoyo al Foro de Madrid, al cual adhirieron el ministro de Defensa, Fernando Donoso, y el ex vicepresidente, Otto Sonnenholzner.
En Perú, el día que nació la Alianza Libertaria Iberoamericana, Keiko Fujimori se reunió con el presidente de VOX, con quien “compartieron su preocupación por el avance del comunismo”. Sin embargo, la líder de Fuerza Popular no firmó el documento, como sí lo hicieron varios de los congresistas y dirigentes de su espacio.
En la misma línea que la Declaración de Caracas del 23 de septiembre de 2021, la Carta de Madrid dice: “Una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica”.
Amigos externos
La Carta de Madrid también recibió las rúbricas de referentes argentinos, como los futuros diputados nacionales Javier Milei, Victoria Villarruel, José Luis Espert y el ex candidato a vicepresidente, el periodista Luis Rosales, todos ellos de la coalición Avanza Libertad.
Además de los candidatos al Congreso Nacional, apoyaron los postulados de VOX algunos militantes de Juntos por el Cambio, con quienes los libertarios mantienen fuertes pujas y declaraciones mediáticas en la lucha por la representatividad de los votantes liberales de la Argentina.
Es el caso del diputado del PRO Francisco Sánchez, quien tramitó personalmente su inclusión en la lista del partido ultraderechista español. Cuando la noticia llegó al ceno del partido creado por Mauricio Macri, se sumaron los legisladores Alfredo Schiavoni, Carla Piccolomini, Hernán Berisso, Juan Aicega, Pablo Torello y Waldo Wolff.
A ese grupo se unieron Paola Michielotto, diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por Vamos Juntos, la coalición JxC a nivel porteño que depende de Horacio Rodríguez Larreta, y Alberto Assef, diputado nacional de UNIR, miembro de Juntos por el Cambio y soldado de Miguel Ángel Pichetto en la coalición.
También confirmaron su alineamiento a la carta el referente liberal Alejandro Fargosi, ex consejero de la Magistratura de la Nación y miembro del partido Valores Para Mi País, y Martín Pugliese, abogado y fundador de Unión Republicana, una agrupación interna del PRO que busca que el partido vuelva a sus raíces de derecha. |