El acuerdo nuclear con China y la renegociación de una deuda anterior – Negocios & Política
 

La semana internacional |El acuerdo nuclear con China y la renegociación de una deuda anterior

El gigante asiático es el segundo socio comercial de Argentina con un pasado reciente de asociación estratégica. Sin embargo, Buenos Aires tiene un pasado de acuerdos que han sido de difícil implementación y cumplimiento. Washington, en reiteradas ocasiones, ha mostrado su desacuerdo con los proyectos firmados con Beijing.
Bruno Sgarzini
Análisis
Bruno Sgarzini
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Nurcleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) firmaron este martes un contrato para construcción de la cuarta central nuclear argentina, Atucha III, un reactor con capacidad de generar 1.200 megavatios eléctricos.

Según el contrato, CNNC proveerá la ingeniería y construcción de una central de tipo HIR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante. En la actualidad, las tres centrales nucleares generan un 7,5% de la energía que produce Argentina.

La firma se dio en vísperas a la visita del presidente Alberto Fernández a Beijing, en el marco de los Juegos Olímpicos de Inviernos, un evento deportivo boicoteado por Estados Unidos. Se espera que el presidente firme, junto con su homologo chino, Xi Jiping, la adhesión de Argentina a las Nuevas Rutas de las Sedas, un ambicioso proyecto de infraestructura y conectividad que plantea unir al resto del mundo con el marcado chino.

Unos días antes de la reunión, Fernández declaró, luego de una reunión con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que Argentina “debe dejar atrás su dependencia del Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos”.

¿Por qué es importante?

China es el segundo socio comercial de Argentina con un pasado reciente de asociación estratégica. Buenos Aires recibió un swaps, un intercambio de monedas, que permitió aumentar las reservas del Banco Central en 2009. En su visita a Beijing, el presidente argentino propondrá que China amplié el intercambio a 20.000 millones de yuanes, unos tres mil millones de dólares, para que el país aumente, de nuevo, sus reservas.

La ayuda en gran medida depende de la confianza de Argentina como socio. El país tiene un antecedente cercano; las hidroeléctricas Néstor Carlos Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic, cuya construcción fue adjudicada a empresa China Gezhouba Group Corporation (CGGC), en asociación con las argentinas Electroingeniería e Hidrocuyo.

Por la construcción, Argentina suscribió una línea de crédito de $ 4.714 millones con

China Development Bank (CDB) (US$D 2.498 millones), Industrial and Commercial Bank of China o ICBC (US$ 1.414 millones) y Bank of China (US$ 801 millones).  El proyecto fue discontinuado por el gobierno de Mauricio Macri.

Argentina, en consecuencia, no canceló el primer pago de 1.500 millones de dólares del préstamo por lo que se suspendió el financiamiento a las represas. En la actualidad, el país renegocia nuevos plazos de pago de la deuda. Según el investigador Lorenzo Aguilera del Instituto Observatorio Sino-Argentino, un eventual impago derivaría que se caigan todas las líneas de financiamientos a otros proyectos acordados con capitales chinos.

Argentina se juega su prestigio como socio de China

Buenos Aires tiene un pasado de acuerdos con China que han sido de difícil implementación. El ejemplo de las fallidas represas es uno de ellos, pero también está el cuestionado acuerdo porcino, que permitiría a Argentina convertirse en un exportador neto de carne porcina al gigante asiático.  

Argentina, en los últimos años, también ha acordado la instalación de una base espacial en Neuquén, manejada por el Ejército Popular de China, la construcción de un observatorio lunar en San Juan, el desarrollo de un polo logístico en Tierra del Fuego para trasladar mercancías y exportar recursos de ultra mar.  

De la concreción de estos acuerdos depende la confianza de China en Argentina como socio en América Latina.   

El problema es el interés de Estados Unidos de contener la influencia de China en la región y el mundo. Washington, en reiteradas ocasiones, ha mostrado su desacuerdo con los proyectos firmados con Beijing. Por esto, se pueden convertir en una moneda de cambio en las revisiones trimestrales del programa económico firmado con el Fondo Monetario Internacional.

De forma paradójica, Estados Unidos es el principal prestamista del país, a través del organismo, y China uno de sus principales inversores. |

* Bruno Sgarziniperiodista y analista internacional.

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