Apareció en la política de manera sorpresiva, impulsado por un contexto cargado de tensión y una "grieta" en expansión, tras las movilizaciones del campo por la fallida Resolución 125. Se transformó en otro emergente del universo empresarial que se metió al barro político sostenido en un carisma premoldeado y una campaña publicitaria que costó varios millones de dólares para instalarse. Supo aprovechar su pico de máxima popularidad cuando Marcelo Tinelli en su masivo programa de televisión lo caricaturizó y se ganó la simpatía del público. Hoy está de vuelta en los primeros planos, pero por ahora no a la política.
La cadena de hipermercados Walmart aceleró las negociaciones para desprenderse de su operación en la Argentina. Y Francisco De Narváez finalmente quedaría a cargo del monstruo comercial. El "Colorado" es el que está más interesado en la operación desde el inicio de la negociación. Además, es el que habría hecho la oferta junto con una fecha límite para concretar la compra de la cadena, según adelantó el portal DataClave.
La familia del empresario tiene experiencia en el sector: fue propietaria de Casa Tía en Argentina, la que luego fue vendida al Exxel Group. En la actualidad, el empresario es dueño del Grupo Ta-Ta -que concentra los supermercados que tienen el mismo nombre- en Uruguay, y de "Almacenes Tía", en Ecuador.
Los otros dos grupos que quedaron en la ronda final de negociaciones son el fondo Inverlat -a cargo de Havanna y Fenoglio- y otro cuya cabeza visible es el grupo logístico Andreani, junto a Cargill. Los tres consiguieron acceso directo a datos clave del vendedor, como facturación, rentabilidad y costos.
Walmart es la cuarta cadena del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto. Cuenta con 92 sucursales y 8.500 empleados en Argentina. Una vez que se acuerde la operación, la cadena estadounidense le pondrá fin a 25 años de permanencia en la Argentina.
Los planes y las reacciones
La cadena estadounidense Walmart tiene decidido desde hace meses irse del país. La decisión la tomó inclusive antes de la pandemia, aunque el devenir de la cuarentena aceleró los plazos. La iniciativa obedece a una reestructuración de su negocio a nivel global e incluye el desprendimiento de sus operaciones en países antes estratégicos como Brasil o el Reino Unido.
Desde el gobierno observan estos movimientos con cautela. Si bien no desconocen las gestiones, les resulta "extraño" que De Narváez vuelva a invertir en Argentina. A los funcionarios argentinos les preocupa que cualquier cambio de manos en este tipo de empresas incluyan procesos de reestructuración (léase achique) con los consecuentes despidos que habitualmente vienen de la mano de estas operaciones.
Otro de los temas que monitorean desde la cartera de Producción es que las ganancias que genere la empresa se queden en Argentina, por lo cual no ven con buenos ojos que compañías con sede y actividad en otros países se hagan cargo de las operaciones. Otro de los temas que monitorean desde la cartera de Producción es que las ganancias que genere la empresa se queden en Argentina, por lo cual no ven con buenos ojos que compañías con sede y actividad en otros países se hagan cargo de las operaciones. "Preferimos inversores arraigados en el país", dicen desde un despacho oficial.
Y, a la vez, no quieren fomentar lo que -desde el gobierno- interpretan como “El mito del éxodo de las empresas” , tal el nombre de un documento elaborado por la cartera que conduce Matías Kulfas en el que detalla los planes de inversión de diversas compañías en Argentina y explica que la decisión de salida de algunas multinacionales tiene que ver con decisiones de reestructuración a nivel global principalmente producto de la pandemia.