La compañía de bienestar Kyäni Inc. está por cumplir quince años y ya se encuentra posicionada como una de las mejores del rubro. Ahora va por más y se lanza hacia nuevos mercados. Más allá de sus probados productos de salud, todos naturales y de venta libre, una de las claves de su desarrollo se encuentra en su moderno sistema de venta.
Con esa experiencia y caja de herramientas, la firma que supo sacarle jugo al arándano silvestre que crece en el inhóspito paisaje de Alaska, se prepara para desembarcar en Argentina con extenso catálogo de productos para el bienestar como, por ejemplo, antioxidantes y proteínas, además de una veintena de superalimentos.
Quien se encuentra frente a esa misión es Miguel A. Beas, vicepresidente de la compañía que tiene base en la ciudad estadounidense de Idaho Falls. El ejecutivo es español, conoce el modelo del negocio por haber liderado proyectos similares en otras firmas del rubro, y tiene la ventaja de conocer el mercado argentino por haber vivido en Buenos Aires durante una temporada.
—Tienen la idea de desembarcar en Argentina, ¿cuál es el plan?
—Sí, ese es el plan. Tengo la experiencia de haberlo hecho antes con compañías de la competencia. Ahora lo que tenemos entre las misiones es afianzar los mercados en los que ya estamos abiertos, cuyo mercado principal en América Latina es México, Colombia, Perú, República Dominicana. Las nuevas aperturas van al cono sur, es decir que en 2022 estamos entrando en Argentina y Brasil, quizás algún país más.
—¿Porqué consideran que se trata de un mercado atractivo?
—Nosotros estamos dentro del sector de suplemento nutricional, lo que viene a ser cuidados de la salud, pero no medicinal sino en base a productos de venta libre. Y dentro de la industria de venta directa en la que nos movemos, Argentina, por ejemplo, es el único mercado que sigue creciendo con éxito año tras año. Es un mercado muy interesante en el que la gente está a la búsqueda no solamente del producto que nosotros tenemos, sino que además de oportunidades de negocios, de cómo complementar sus ingresos con un sistema que le permita ganar dinero distribuyendo este tipo de productos. Yo diría que el interés más alto de la región es el de Argentina.
—¿A qué atribuye ese comportamiento?
—Yo pienso que en Argentina se dan dos factores. Las empresas que nos movemos en el rubro de la salud, durante la pandemia, hemos crecido todas. Tenemos todo, de algún modo éramos los únicos que estábamos preparados para esta situación tan extraña. Por un lado, teníamos los productos de cuidados a la salud, de refuerzos del sistema inmunitario, todo de venta libre. Y, por otro lado, porque nuestro modelo no requiere establecimiento, es decir que no hay que ir a un lugar establecido para comprar el producto, sino que cada uno lo recibe donde quiera. Dio la casualidad de que nosotros estábamos preparados y durante la pandemia hemos crecido mucho. Ahora bien, Argentina tiene algo adicional y es que hay un hambre por oportunidad de negocios, hay un mercado más maduro que en otras partes donde el crecimiento viene representado en un 2% anual dentro de la industria de venta directa, pero en Argentina es de un 34% y eso no es solamente por el producto, sino por la necesidad que tienen las personas de buscar un ingreso adicional.
—¿Dijo un crecimiento del 34%?
—Sí. Según los datos de 2020 de la industria de la venta directa, Argentina es el único país de la región que creció en dos dígitos, pero creció un 34%. Es un crecimiento muy impresionante. Está dentro de los grandes mercados de la venta directa en América Latina. El más grande es Brasil y luego México, pero Argentina se coloca entre los pocos países de área que supera ventas de mil millones de dólares anuales de ese sector.
—¿La venta es exclusivamente por internet?
—Claro, el modelo de la venta directa ha evolucionado y Argentina tiene empresas locales con experiencia. Hoy hay pocas empresas que siguen el modelo de la venta directa a través de un muestrario de productos en papel. Las empresas que veníamos transitando lo digital antes de la pandemia, la hemos tenido más fácil y nuestra adaptación fue más rápida. El distribuidor se da de alta a través de una tienda virtual, y como distribuidor tiene acceso a todos los productos de la compañía. Hace ventas a través de su plataforma, que nosotros se la proveemos, el cliente compra su producto como si lo estuviese vendiendo a través de Amazon, luego el distribuidor independiente recibe una comisión por esa venta. La empresa es la que se encarga de enviar el producto, de hacer el cobro, de la plataforma de pago, se encarga de todo. |