Alberto Fernández está preocupado. El Gobierno nacional entiende que la situación sanitaria empeora y no encuentra el camino que lleve a la tranquilidad. “No es para estar tranquilos lo que estamos viendo”, sentenció hoy el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan. Ese análisis también lo comparten en el despacho de su par nacional, Ginés González García y lo que viene es tierra conocida: más restricciones.
Durante varios meses, desde el Ejecutivo nacional, el discurso fue simple. La idea de poder saber con anticipación lo que pasaba, “el diario del lunes”, colocaba a nuestro país en un lugar de ventaja. “Somos muy inútiles si sabiendo lo que pasa con la segunda ola cometemos los mismos errores que en la primera etapa de la pandemia”, le explicó a Negocios & Política una importante fuente de la Casa Rosada.
Mientras tanto, en La Plata, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof ya les avisó a los intendentes que las restricciones aumentarán. “Mucho peor es lo que sucede en el interior de la provincia, donde teníamos 540 casos y ahora ya estamos en 1529, es decir, se triplicó”, describió Gollan. La posición de Kicillof fue distinta. Levantó el precio de la golpeada campaña de vacunación y defendió a los jóvenes. “Es mentira que el problema son los jóvenes. Los jóvenes cumplen, aun cuando no son los que más se contagian”, afirmó el gobernador bonaerense.
Según pudo confirmar P&N, el presidente ya tiene sobre su escritorio un paquete de medidas que se tomarán en cuanto el comité de expertos epidemiológicos lo crean conveniente. Eso puede ocurrir en cualquier momento. Lo central que se está discutiendo es saber si las decisiones que decida Nación seguirán en la idea de un “marco” o serán para su cumplimiento obligatorio. ¿Quién paga el costo político? sigue siendo la pregunta que da vueltas por la Quinta de Olivos.
Los paquetes de medidas incluyen ir de menor a mayor. No implicaría un cierre absoluto y el objetivo sería ir “apretando los márgenes”, siguiendo de cerca las estadísticas. Casi todas las alternativas que estudia Fernández, incluyen una restricción en el uso del transporte público, pero eso trae aparejado otro problema: ¿Qué hacer con aquellos trabajadores que no puedan llegar a sus lugares de trabajo? Por lo pronto todo está en estudio y la primera medida será otra vez impedir que salgan colectivos y trenes con pasajeros parados.
El escenario bonaerense ya empieza a ser complejo. El Gobierno de la provincia de Buenos Aires informó una serie de cambios en los municipios que se encuentran en Fase 3 y 4 en el marco de la lucha contra la pandemia del coronavirus. En esa línea, se detalló que las localidades de Carmen de Areco, General Pinto, Maipú y Tres Lomas aplicarán nuevas restricciones y se suman a los distritos de Arrecifes, Balcarce, Bolívar, Lincoln, Lobería, Puán, Rauch, Salliqueló y Suipacha, que ya estaban en Fase 3. En tanto, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco informó que han pasado de Fase 5 a Fase 4 seis nuevos distritos que son Adolfo González Chávez, General Belgrano, Leandro Alem, San Cayetano, Tapalqué y Tordillo.
“En fase 3 hay una decena de actividades que se restringen que tienen que ver con actividades que se desempeñan en espacios cerrados que implican mayor probabilidad de contagio”, sostuvo Bianco. Sus palabras coinciden con lo que maneja la Rosada, las restricciones vienen por ese lado.