Un diseñador industrial surcoreano ideó una solución para los smombie, los zombies de los teléfonos celulares. Es decir, una persona incapaz de quitar los ojos del móvil, incluso caminando en la calle. El creador del llamado "tercer ojo" es Paeng Min-wook. Se trata de un dispositivo con dos sensores que se coloca en la frente y actúa como una guía mientras el usuario mantiene los ojos metidos en la pantalla. El invento consiste en un globo ocular robótico que se sujeta en la frente a través de una banda elástica.
La invención de Paeng utiliza un sensor giroscópico para medir el ángulo oblicuo del cuello del usuario y un sensor ultrasónico para calcular la distancia entre el ojo robótico y cualquier obstáculo. Ambos sensores están conectados a un microcontrolador de placa única de código abierto. Todo el sistema se abastece a través de un paquete de baterías.
El mecanismo del ojo robótico comienza su actividad cada vez que el usuario baja la cabeza, ya sea en la calle o en la oficina, para mirar el móvil. En ese instante se activa el sensor ultrasónico, que es capaz de detectar objetos a dos metros de distancia. Los ultrasonidos son una serie de ondas mecánicas, generalmente longitudinales, cuya frecuencia está por encima de la capacidad de audición del oído humano.
Los equipos de ultrasonido operan con frecuencias más elevadas de 20 kHz aunque la mayoría de los transductores actualmente empleados operan a frecuencias mucho más altas. El dispositivo utiliza un sensor giroscópico para medir el ángulo oblicuo del cuello del usuario y un sensor ultrasónico.
Si el sistema interpreta que el usuario está a punto de colapsar contra un obstáculo, se dispara una alarma que va subiendo de intensidad a medida que se aproxima al objeto. Los dos sensores están vinculados a tarjeta tipo Arduino programada para recibir estos datos y que controla todo el sistema.
Paeng hace referencia al Phono Sapiens, la nueva especie humana nacida de los teléfonos inteligentes, con los que hoy en día es muy difícil no encontrarse según ponemos un pie en la calle. Por este motivo, el diseñador asegura que el ojo robótico se trata de la "primera evolución" de nuestra especie.
"Como no podemos apartar la vista de los teléfonos inteligentes, será necesario un ojo adicional en el futuro", contó Paeng a South China Morning Post. Paeng dijo que El tercer ojo fue pensado como una advertencia, no como una solución real para los adictos a los teléfonos inteligentes que no prestan atención al lugar al que se dirigen.
Aunque por ahora el diseñador no tiene intención de comercializar su invento, la realidad es que el ojo robótico ha captado la atención de muchos curiosos. Eso sí, para los interesados en este tipo de proyectos, de momento, sólo planea desarrollar una aplicación vinculada a la cámara. Reconoce que es una "solución satírica” y"espero que sirva para concientizar sobre la gravedad de la adicción a los gadgets, y para mirarse a uno mismo y reconocer el problema".|