March 28, 2019. Por Bill Marriot
Esta semana cumplí 87 años y, tengo que decir, me siento genial
Celebrando mi cumpleaños número 86 con mi hija, Debbie Harrison.
Pasé el día, como siempre, con mi familia en Camel back Inn en Arizona. Hace más de 50 años que vamos allí. Tengo 21 bisnietos, de 2 a 12 años de edad. Dieciocho de ellos pudieron venir. Todos cantamos y bailamos y nos divertimos. Fue una emoción ser parte de eso. Realmente la familia es de lo que se trata la vida.
Por supuesto, mientras llego a este acontecimiento, no puedo evitar mirar hacia atrás a mis 60+ años de carrera. Estoy verdaderamente agradecido por el éxito de Marriot International. Hay más de 700.000 personas en el mundo que usan la identificación de Marriot hoy y si lo pienso, hemos contratado millones de personas en nuestra historia de 92 años, proveyendo oportunidades de progreso para ellos y para sus familias. Esa es una fuente real de placer para mí.
La gente me pregunta todo el tiempo qué consejo de liderazgo tengo para dar a la próxima generación. Yo diría que se rodeen de Buena gente. Hagan lo mejor que puedan. Y no se maten por estudiar las cosas. Muévanse hacia adelante y tomen decisiones. No destinen meses y años a desarrollar una solución perfecta.
También argumentaría que, si bien la tecnología se ha convertido en una parte importante para toda nuestra vida, nada le gana a una habitación limpia y fresca. Cuiden lo básico. Todo se reduce a cuidar al cliente. Yo continuamente me encuentro con huéspedes que han frecuentado el mismo hotel desde hace 10 o 20 años por la gente que trabaja allí.
Mis padres, J.W. y Alice Marriot, comenzaron nuestra cultura de “la gente primero” cuando abrieron sus puertas por primera vez como un stand de bebidas naturales efervescentes, allá en 1927. Mi padre mi decía casi a diario: Cuida a tus empleados y ellos cuidarán a nuestros huéspedes y nuestros huéspedes continuarán viniendo. Nueve décadas después, esa sigue siendo nuestra filosofía.
¿Cuál es el secreto de la longevidad? No me pregunten. Trato de caminar en la máquina cinco días a la semana. Pero como todas las cosas equivocadas, mucha carne y demasiados postres
No puedo evitarlo. Crecí en los Hot Shoppes, el restaurant de mis padres. Comí hamburguesas con queso y tomé batidos de chocolate prácticamente todos los días.
Es difícil renunciar a eso.
Pero como suelo decir, el éxito nunca es final.
Soy Bill Marriot y gracias por ayudarme a mantener Marriott on the Move.
Fuente: Marriot