Un informe de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos, que se complementa con otro de la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica (NASA), constató que en 2022 la superficie terrestre y oceánica fue 0,86 grados Celsius (1,55 Fahrenheit) superior a la media de 13,9 grados Celsius (57,0 Fahrenheit), es decir el sexto más caliente desde el año 1880.
No solo eso, 2022 fue el 46º año consecutivo (desde 1977) con temperaturas globales por encima del promedio del siglo XX, y con los últimos nueve años (2014-2022) entre los 10 años más cálidos.
«Es bastante alarmante y es una tendencia que crece en magnitud», alertó el administrador de la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica (NASA), Bill Nelson, durante una teleconferencia ofrecida en conjunto con funcionarios de la NOAA.
El exsenador demócrata por Florida se refirió a la cada vez mayor intensidad de incendios forestales, de huracanes y los récords de sequía que se registran como reflejos de «un patrón de eventos climáticos extremos que amenazan el bienestar en todo el planeta».
En esa línea, Sarah Kapnick, científica jefe de la NOAA, señaló que Estados Unidos tuvo en este 2022 su tercer año más costoso en asuntos relacionados a desastres climáticos, «excediendo los 165.000 millones de dólares en daños».
Kapnick agregó que, a menos que se tomen medidas audaces, las poblaciones y Gobiernos deben estar preparados para eventos climáticos extremos en mayor número y frecuencia, con los consecuentes efectos humanos y económicos como los producidos el año pasado, en el que 474 personas murieron por los desastres climáticos en EEUU.
Abandonar los combustibles fósiles
Russell Vose, de los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) de la NOAA, desgranó en la presentación algunos de los puntos destacados del reporte, como es el caso de la temperatura de la superficie del hemisferio norte, que en 2022 también fue la sexta más alta desde que hay registros, con 1,10 grados Celsius (1,98 F) por encima del promedio.
La temperatura del hemisferio sur fue la séptima más alta de los 143 años analizados, con 0,61 grados Celsius (1,10 F) por encima del promedio.
Como señaló Vose, el camino para reducir esta tendencia es «alejarse de los combustibles fósiles», el causante principal de un problema acrecentado desde el año 2010.
«La razón de la tendencia al calentamiento es que las actividades humanas continúan emitiendo enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera; y los impactos planetarios a largo plazo también continuarán», dijo Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA.
Tras un descenso en 2020 tras el parón de la actividad humana propiciada por la pandemia de la covid-19, las emisiones de gases de efecto invernadero «de procedencia humana se han recuperado» y de hecho, como se puso de relieve en la teleconferencia, los científicos han determinado hace poco que las emisiones de dióxido de carbono en 2022 han sido las más altas registradas.
No sorprende por tanto que el contenido de calor del océano global (OHC, por sus siglas en inglés), un indicador del calor almacenado en los 2.000 metros superiores del océano, alcanzó un récord en 2022, superando el establecido en 2021.
De hecho, según el informe, los cuatro OHC más altos desde que hay registros corresponden a los últimos cuatro años (2019-2022).
A su vez, la cobertura (extensión) anual del hielo marino antártico en 2022 se situó en 4,09 millones de millas cuadradas (10,5 millones de kilómetros cuadrados), un mínimo sólo alcanzado el año 1987.
«Nos gustaría contar una historia diferente, pero lo cierto es que cada año es lo mismo», reconoció Vose.
Una acción transformadora
Conocido el reporte de la NOAA y la NASA, la Unión de Científicos Preocupados de EE.UU. (UCS) pidió a los legisladores estadounidenses y mundiales que eleven «significativamente» los objetivos de las políticas climáticas existentes», porque en caso contrario «se superarán los puntos de inflexión irreversibles».
«La ciencia es clara: la acción transformadora a gran escala es el único camino a seguir», dijo Rachel Licker, científica climática principal de la UCS, en una declaración.
Un análisis separado de la NASA concluye que 2022 empata con el año 2015 como los quintos más calientes del planeta desde que se tienen registros, una posición que coincide con un reporte del Servicio de Cambio Climático Copernicus, de la Comisión Europea.
En base a los recientes estudios, Kapnick puso de relieve que las investigaciones científicas son más relevantes que nunca para construir políticas de prevención que se puedan escalar a nivel internacional.
«Este es un llamado a la acción», enfatizó Nelson.