Las proyecciones son buenas pero una encuesta realizada por la firma D ´Alessio /Irol indica que el 65% de los hombres de negocios más importantes del país creen que la situación económica empeorará. Paradójicamente, el 40% considera que sus ventas aumentarán. ¿Qué esperan para 2022?
La consultora D ´Alessio /Irol realizó una radiografía de lo que espera el empresariado argentino para los próximos mess. Pero para entender realmente lo que ocurre en la comunidad que motoriza la economía del país habría que realizar una tomografía computada y escarbar en los antecedentes de ese herrumbrado motor.
Por un lado, los empresarios observan un futuro oscuro; por el otro creen que sus ventas aumentarán. Esa contradicción se refleja en una encuesta realizada en noviembre sobre las “Expectativas de Ejecutivos de IDEA”, lo que equivale a los empresarios más importantes del país.
Los datos de la muestra, publicados por la agencia NA, indican que en la cúpula de los ejecutivos de las principales compañías del país persiste la desconfianza en el gobierno de Alberto Fernández. En cuanto a la economía en general, “tres de cada cuatro empresarios participantes remarcaron al déficit fiscal como el principal problema de la economía argentina”.
Para el próximo año, esperan por “estabilidad institucional” y que el Gobierno revise el “marco laboral e impositivo como principales aspectos para promover la inversión”.
“A pesar de un escenario tan adverso como el que nos tocó, Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación”, dijo días atrás Fernández en un encuentro con empresarios. El mandatario no mintió. Hay sectores que ya retornaron a los niveles de actividad previos a la pandemia y, según las consultoras privadas relevadas mensualmente por el Banco Central, el PIB cerrará el año con una recuperación del 9,7 %.
Sin embargo, lo números no cierran y hay serios desequilibrios irresolutos que condicionan el impulso de la recuperación. La elevada inflación es uno de los principales.
De acuerdo con proyecciones privadas, los precios al consumidor cerrarían el año con un alza acumulada del 51,1 %, superando ampliamente la tasa del 36,1 % de 2020, año en que la inflación se moderó por la parálisis económica.
La escasez de dólares es la otra gran limitación para la economía criolla. Esa situación es responsable de las recurrentes tensiones financieras, las restricciones cambiarias, las múltiples cotizaciones y la preocupante sangría de reservas del Banco Central.
Otro punto no resuelto es la refinanciación de la deuda con el FMI por unos 43.300 millones de dólares que Argentina debería pagar —sin los recursos para hacerlo— entre 2022 y 2024 y que se derivan de un acuerdo de auxilio financiero firmado en 2018 por Mauricio Macri. Todos los analistas consultados coinciden en que, si Fernández no logra llegar a un acuerdo con la entidad financiera, la cancelación se estira aumenta la deuda y se corre el riesgo de entrar en default.
La recesión lleva tres años acelerando la crisis, los desequilibrios macroeconómicos producidos por la pandemia de Covid y la pesada deuda con el FMI, suman incertidumbre. Un cuarto factor se sumó tras el largo año electoral: la debilidad política de un Gobierno sin el control del Congreso y con una imagen negativa galopante. |