El nivel de quiebras en el sector podría ser el peor desde la crisis inmobiliaria –y posteriormente sistémica- que atravesó el país en 2007 y 2008, según la agencia de noticias Bloomberg.
No obstante, la misma no tendrá el mismo nivel de impacto al no registrarse el mismo nivel de excesos en el otorgamiento de préstamos y porque los principales bancos –como Wells Fargo- se han retirado total o parcialmente del mercado de hipotecas desde ese entonces.
De todas formas, los analistas del mercado prevén que se producirá un repunte en los despidos en una industria que suele emplear a miles de trabajadores.
El estancamiento en el mercado inmobiliario de los Estados Unidos se refleja en diversos indicadores, y es una de las consecuencias del endurecimiento de la política monetaria de la FED al encarecer el crédito.
En julio, la construcción de nuevas viviendas cayó 8,1% anual según el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbanístico, mientras que, en el mismo mes, las ventas de hogares usados descendió por sexto mes consecutivo con 4,81 millones de contratos anualizados, el menor nivel desde mayo de 2020, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.
Otra muestra es que el nivel de tráfico a los sitios web de las empresas ha descendido al menor nivel para un mes de junio desde 2012.
"Estamos siendo testigos de una recesión inmobiliaria en términos de caída de ventas de hogares y de la construcción, aunque no se trata de una recesión en los precios porque siguen subiendo", dijo Lawrence Yun, economista jefe de la NAR.
Entre tanto, las empresas constructoras, en fuerte contraste con años recientes donde se veían obligadas a elaborar listas de espera, ahora se encuentran con una gran cantidad de casas sin vender.
Un ejemplo de ello es CBH Homes, la principal constructora del Estado de Idaho, que pasó de tener 75 hogares terminados sin vender al finalizar 2021, a 200 en la actualidad y con la posibilidad de superar las 350, el mismo número que en la crisis inmobiliaria de hace una década.
El riesgo de que esto acarre consecuencias en las firmas prestamistas de hipotecas es grande ya que la mayoría son independientes de los bancos en la actualidad y se encuentran "pobremente capitalizadas", según asegura Nancy Wallace, de la escuela empresarial de la Universidad de California, Berkeley.
Una de esas empresas es First Guaranty, de 600 empleados, que quebró recientemente ya que, con la suba de tasa de la FED, no ha podido encontrar suficientes solicitudes de préstamos o financiamiento para poder subsistir.
Al contrario de los bancos, estas firmas no pueden financiarse a partir de los depósitos y dependen de líneas de créditos que suelen ser a corto plazo, especialmente en el caso de las firmas que realizan préstamos de mayor riesgo y –por tanto- no pueden recibir asistencia gubernamental.