Cuando la crisis sanitaria golpea más fuerte, Brasil registró un nivel de importaciones que no se observaba desde octubre de 2013, al superar los US$ 23.000 millones en marzo de 2021, según un informe de la consultora Ecolatina.
El país que dirige Jair Bolsonaro, alcanzó el mayor flujo de comercio con Argentina desde agosto de 2018 (superior a los US$ 2.000 millones); el monto trepó 26% interanual producto de ventas brasileñas a nuestro país por casi US$ 1.100 millones (+42% i.a.) y compras al país por más de US$ 900 millones (+12% i.a.).
Paradójicamente, en un momento de crisis sanitaria que produjo lesiones económicas en ambos países y, en las últimas semanas se exasperó el rol del Mercosur, con los pedidos de “flexibilización” que impulsaron Bolsonaro y su par de Uruguay, Lacalle Pou, en la cumbre por el 30º Aniversario del bloque económico, Brasil registró el mayor flujo de comercio con Argentina desde agosto de 2018.
Pese a los buenos niveles de desempeño de las operaciones de comercio bilateral, el saldo comercial resultó deficitario en cerca de US$ 180 millones, luego de haber registrado superávit en los dos meses anteriores.
Desde la consultora destacaron el contraste de la actividad registrada en el último mes, frente a marzo del 2020, cuando la balanza fue favorable para Argentina en US$ 50 millones.
Los analistas se sorprenden porque a pesar de estar en el peor momento de la pandemia, Brasil registró en marzo un nivel de importaciones que no se observaba desde octubre de 2013 (más de US$ 23.000 millones).
Al contabilizar los datos del primer trimestre del año, el saldo comercial de la Argentina con su principal socio resultó deficitario sólo en cerca de US$ 30 millones.
Según las estimaciones provisorias de Ecolatina, las exportaciones argentinas superaron los US$ 2.500 millones mientras que las importaciones desde Brasil se ubicaron en torno a los US$ 2.600 millones. "Estas cifras reflejan la rápida recuperación de las economías de ambos países. A la vez, están influidas por la compra de soja que realizó el país vecino para cumplir con montos pactados en contratos de exportación, debido a la mala cosecha", analiza el informe.
Además, describe que "en un momento en que las relaciones comerciales del Mercosur se tensaron, fortalecer el vínculo con la demanda brasileña sería una buena noticia para que ambos países agranden sus escalas de producción".
Para los analistas, "este argumento se refuerza si tenemos en cuenta que el bloque (y, sobre todo, este país) es el principal demandante de nuestras Manufacturas de Origen Industrial, en particular las relacionadas con el complejo automotriz, que generan empleo privado formal y encadenamientos al interior de la industria local, beneficiadas por el libre comercio intra-zona".
Respecto a las proyecciones para 2021, desde la consultora, estiman que este año las ventas con destino a Brasil crecerán alrededor del 15%, teniendo en cuenta que la industria liderará la recuperación de la economía del país vecino, y aseguraron que "este crecimiento puede convertirse en un motor para la economía doméstica, traccionando no solo a la producción de transables, si no también aportando divisas para consolidar la calma cambiaria".|
