Si bien el Barcelona se ahorró cincuenta millones de euros con la salida de Lionel Messi, las pérdidas que sufrió el club tras la salida del rosarino triplica esa cifra. Una decisión imperdonable tanto en lo futbolístico como en lo económico para la institución catalana.
Las primeras pérdidas se dieron con algo que se caía de maduro: las ventas de camisetas. A no contar con una figura que eclipse a los hinchas, la indumentaria de Barcelona se vendió en muchísima menor cantidad por no contar con el nombre Messi debajo del dorsal 10.
En segundo término, y a raíz también de la imposibilidad de contratar refuerzos de renombre, la baja de abonos para decorar el Camp Nou fue notoria y las tribunas despobladas del gigantesco estadio así lo demostraron. Millones de euros dejó de recibir Barcelona tras haberles quitado a los hinchas la posibilidad de ver al mejor jugador del mundo cada fin de semana en su casa.
En medio del mal momento económico, desprenderse del mayor salario del equipo no hizo más que provocarle hasta ahora dolores de cabeza aún más onerosos: al descenso en venta de abonos y camisetas, ahora directamente perdió a su sponsor principal.
La empresa en cuestión de trata de Rakuten, una japonesa dedicada al comercio electrónico que ya anunció su intención de desvincularse del equipo al notar las altas pérdidas de la institución desde el inicio de la crisis del coronavirus. Aunque claro, lo de Messi fue una estocada final: el contrato con el patrocinador había sido renovado hace unos meses, por lo que claramente hubo un cambio de opinión.
Hasta ahora y desde 2017, Barcelona obtuvo de Rakuten alrededor de 250 millones de euros. Pero últimamente la cifra anual había pasado de 55 a 30 millones. Como comparación, Real Madrid cobra de Fly Emirates 70 millones y Manchester United 55 de Team Viewer.
Este no fue el único golpe que recibió el Barcelona desde lo comercial, ya que en las últimas semanas su sponsor Baku decidió finalizar su vínculo con los “Culés”. La marca turca, que se dedica a la fabricación de electrodomésticos, decía presente no solo en las mangas de la camiseta “Blaugrana”, sino que también ocupaba lugares estratégicos en el Camp Nou, pero ya no más.
Finalmente, parece que el contrato de Messi no le salía tan caro al Barcelona. Al menos si se tienen en cuenta los €43 millones que perdió tan solo por no vender su camiseta, sumados a los €30 millones que dejará de recibir por parte de Rakuten (habrá que ver cuánto paga el próximo sponsor) y a la salida de Baku que decidió alejarse tras la partida del crack. Una salida mucho más cara del dinero que pretendió ahorrar.|