Con los nuevos legisladores en sus bancas, este lunes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, asistirá a la Cámara de Diputados para brindar detalles sobre el proyecto de ley de Presupuesto 2022 que contempla un crecimiento del 4% y busca derivar la mayoría de sus recursos a la obra pública y el crecimiento económico.
Frente a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gabinete económico en particular, con la presión del Gobierno en general, apunta a lograr una aprobación rápida para que la iniciativa pase al Senado y se convierta en ley antes de fin de año.
Para eso, los datos de cierre del ejercicio actual se vuelven cruciales para lograr convencer al auditorio que las metas podrán cumplirse.
Punto de partida. Con un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente 450 mil millones de dólares y un territorio de 2,8 millones de kilómetros cuadrados con abundantes recursos naturales en energía y agricultura, industrias de gran escala, así como manufacturas y nuevos negocios en servicios innovadores, Argentina se posiciona entre las economías más grandes de la región según el Banco Mundial.
Sin embargo, las condiciones estructurales de volatilidad económica interfieren en el desarrollo económico y encontraron al país en una débil situación para enfrentar la pandemia del Covid-19, con niveles de pobreza que superan el 40% de la población.
En ese contexto, en 2020, el déficit primario del Sector Público Nacional No Financiero (SPNF) alcanzó 6,4% del PBI, el nivel más elevado de los últimos 37 años. “Lógicamente –explica un informe de Ecolatina–, esto obedeció en buena medida a factores puntuales derivados del impacto de la pandemia: considerando la masiva respuesta del Estado para compensar los ingresos de los hogares, mantener el capital de trabajo de las empresas y fortalecer el sistema sanitario, era esperable un deterioro pronunciado de las cuentas fiscales”.
De hecho, esta situación no afectó únicamente a la Argentina, sino que se dio en la mayoría de los países del mundo y, como consecuencia naciones como Estados Unidos debieron recurrir a la emisión monetaria y, hoy, están aplicando planes para controlar la inflación que ya superó los 6 puntos en lo que va del año.
En este sentido, desde el monitor económico de Ecolatina explican que, así como el empeoramiento del resultado fiscal era esperable, también lo es la recuperación posterior dada la reversión de estos factores puntuales a medida que se normaliza la economía. “Sin embargo, en el caso del Sector Público Nacional No Financiero (SPNF) la mejora en el resultado primario de 2021 estará también impulsada por algunos elementos adicionales”, aclaran.
Para este año, los técnicos de la consultora estiman que el resultado primario oficial del SPNF se ubicará en torno de 2,3% del PBI, mejorando en 4,1 puntos porcentuales (p.p.) respecto de 2020. No obstante, señalan que este resultado contabiliza el ingreso extraordinario de DEG por 0,9% del PBI. Si bien efectivamente este ingreso constituye una fuente que nutre el programa financiero, dado que esta transferencia se depositó en las reservas del BCRA y que se destinará en su totalidad a cancelar obligaciones con el FMI, para analizar la real dinámica de las cuentas fiscales, los analistas la excluyen del resultado oficial y, en consecuencia, apuntan que el resultado primario en 2021 sería de 3,3% del PBI, siendo la mejora respecto de 2020 de 3,1 p.p.
¿Cómo se logró mejorar?
Existen algunos factores concretos que resultaron determinantes para lograr que los números del 2021 contrasten con los del 2020, cuando el Estados se concentró en asistir a los sectores más vulnerables de la economía. “El fin de los dos principales programas desplegados durante la pandemia -IFE y ATP- y la reducción en las transferencias a las Provincias -también fuertemente asistidas en el mismo contexto. implicó una mejora de 2,1 p.p.”, explica el informe privado.
Respecto a los ingresos tributarios, se excluyen los provenientes del comercio exterior, q destaca que no el aporte no resulta tan significativo a la dinámica del resultado fiscal del 2021. “Si bien la recaudación de impuestos ligados al mercado interno y al mercado laboral tuvo un esperable comportamiento cíclico –cayendo en 5% en términos reales en 2020 y aumentando 7% en 2021– en términos del producto no mostrarían una gran variación este año”, agrega el texto.
Distinto es el caso de los recursos ligados al comercio exterior, especialmente las retenciones, que se vieron beneficiados no sólo por la recuperación de los volúmenes intercambiados, sino por el fuerte salto de precios internacionales. En ese sentido, desde Ecolatina señalan que, en materia de recursos, los ligados al comercio exterior explican una mejora de 0,8 p.p. del PBI en el resultado primario nacional.
Más allá de estos efectos “positivos” sobre las cuentas públicas que tuvo la salida de la pandemia –considerando que la suba de precios internacionales también forma parte de ese ciclo de salida– el resultado primario también mejorará por otros elementos.
En primer lugar, apuntan a la “sorpresa inflacionaria”. Este año el alza de precios domésticos rondará 50%, aumentando 14 p.p. respecto de 2020, mientras que “la fórmula de movilidad jubilatoria (indexa aproximadamente 40% del gasto primario), que incorpora la nominalidad de la economía con rezagos, quedara en promedio detrás del alza de precios”, agregan y aclaran que “si bien entre puntas (diciembre-diciembre) la fórmula de movilidad mostrará un aumento similar a la inflación (52,7%), en promedio, el alza se ubicará en torno de 38%, 10 p.p. por debajo de la inflación promedio y casi 25 p.p. por debajo del PIB nominal”.
De esta forma, el gasto ajustable por movilidad crecería alrededor de 40% interanual (i.a.), cayendo 1,5% del PBI este año, mientras que, en 2020 había ocurrido lo inverso: el gasto ajustable por movilidad había aumentado también en torno de 40%, pero en términos del producto mostró una suba de 1,1 p.p.
En segundo lugar, el Aporte solidario y extraordinario para morigerar los efectos de la pandemia, que incorporó este año, contribuiría con una mejora de otro 0,5% del PBI en el resultado primario.
Finalmente, el gasto en remuneraciones y en las transferencias a universidades, que si bien actualmente crece al 67% i.a., en el año crecería 15 p.p. por debajo del PBI nominal, mostraría una reducción de 0,3% del PBI.
En sentido inverso, el factor más importante es el asociado a la dinámica de los subsidios. “Con las tarifas operando como ancla nominal, el gasto en subsidios aumentaría en 0,6% del PBI respecto del 2020, alcanzando el mayor nivel de los últimos 5 años (3,1% del PBI)”, especifica el documento.
Además, refleja que el aumento registrado en otros programas, tales como el REPRO, Tarjeta Alimentar y el incremento extraordinario en asignaciones familiares implican un gasto extra de otro 0,6% del PBI, compensando parcialmente, con el fin del IFE y el ATP. A esto agregan el mayor gasto por compra de vacunas, que representa 0,3% del PBI.
Por último, el informe describe que el crecimiento del gasto de capital implica un deterioro del resultado primario de 0,3 p.p. del PBI respecto de 2020, mientras que la dinámica de otros recursos y gastos adicionan otro 0,4% del PBI. En este último punto destaca especialmente que a fines de 2020 se dejó de registrar en los recursos el uso del FGS para el financiamiento del Programa de Reparación Histórica.
De este modo, al computar la totalidad de efectos positivos y negativos se explica la transición desde el déficit de 6,4% del PBI en 2020 al 3,3% del PBI en 2021. Sin embargo, el punto de partida para 2022 es algo más desafiante si se consideran algunos efectos inerciales.
Escenario 2022
Al analizar las perspectivas para el próximo año, en primer lugar, ponen el foco en el Aporte Extraordinario, que, en principio, no se recaudaría en 2022, e implica un deterioro inercial adicional de 0,5% del PBI.
Luego, hacen referencia a la movilidad previsional, que en 2021 fue de menor a mayor: si bien en el promedio anual crecería casi 40% i.a., a diciembre el crecimiento “punta a punta” superará holgadamente el 50% i.a., dejando un importante efecto “arrastre” para 2022.
Según sus propias proyecciones macroeconómicas, desde Ecolatina, señalan que el gasto en movilidad aumentaría algunos puntos por encima del 50% en 2022, lo que podría implicar una leve suba en términos del PBI. La misma situación se daría en torno al comportamiento de los salarios: “pensando en una paritaria similar a la inflación proyectada, por el efecto “arrastre” las erogaciones también podrían aumentar levemente en términos del PBI”, explica el informe privado. |