La palabra distopía, una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas que causan la alienación humana, está saliendo del ámbito de la ficción científica y trasladándose a nuestras conversaciones y desvelos y, para algunos, incluso ya está impregnando nuestra realidad.
Puede debatirse si ya entramos o nos encaminamos hacia ese mundo distópico -opuesto al mundo ideal o utópico considerado deseable- o si esa posibilidad es un pronóstico exagerado, pero mientras tanto algunos expertos aventuran algunos posibles escenarios de ciberamenazas.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) evolucionan hacia un mayor uso de la Inteligencia Artificial (IA), la computación cuántica, las conexiones cerebro-máquina, Internet de la cosas, el ‘Big Data’, los sistemas ‘blockchain’, las realidades virtual y aumentada, la computación en la Nube, la conectividad total, la automatización y la robotización.
Pero, ¿hacia dónde nos conducirá esa omnipresente digitalización y tecnificación en lo que respecta a la seguridad de nuestros datos, que estarán cada vez más presentes (y expuestos) en la Red?
Los gigantes de la ‘vida digital’
“El mundo será dividido entre tres o cuatro empresas gigantes que gestionarán la vida de las personas. Les darán un ambiente completo de comunicaciones, entretenimiento, trabajo, finanzas y de seguridad”, pronostica Dmitry Bestuzhev, director del Equipo de Investigación y Análisis para América Latina en la firma de soluciones y servicios de ciberseguridad Kaspersky.
“Esto implicará entregar toda la información personal a una de esas empresas. Sin duda, esto incluirá la información médica de salud física y mental (emocional)”, señala Bestuzhev a Efe.
Prevé que “la mayoría de las personas aceptará vivir una realidad así, mientras que quedarán pocos que resistan y utilicen sistemas alternativos, que no tendrán la misma conveniencia en cuanto a comodidad, pero que les dará una libertad digital”.
“Las criptodivisas, la realidad virtual, el Internet de las cosas y otros entornos, formarán parte de esa nueva realidad y no existirán aparte, sino que funcionarán dentro de ese megaconcepto vulnerable a los ciberataques”, según este experto.
Haciendo un ejercicio de anticipación y basándose en las tendencias de ciberamenazas actuales y emergentes y en la previsible evolución de las TIC, el experto de Kaspersky (https://latam.kaspersky.com) vaticina el modo en que podrían actuar los ciberdelincuentes en una realidad de estas características.
Pronostica que “los atacantes no se enfocarán en los activos de las personas, sino en sus perfiles que, para ese entonces, serán conocidos como sus ‘vidas digitales’, tomando ventaja de sus víctimas en cualquiera de los aspectos: comunicaciones, entretenimiento, trabajo, finanzas, seguridad o salud”.
Ningún ámbito a salvo, incluido el espacio
Por su parte, FortiGuard Labs, el equipo de inteligencia de amenazas de la firma Fortinet, predice que en el futuro próximo los ciberataques se dirigirán a todo tipo de entornos, desde carteras de criptomonedas hasta Internet por satélite.
Los expertos de esta compañía (www.fortinet.com) de software y soluciones de ciberseguridad integradas y automatizadas, también adelantan que las técnicas avanzadas de ciberdelincuencia persistente posibilitarán ataques más destructivos.
El panorama de ciberamenazas previsto para 2022 adelanta que los ciberadversarios dirigirán sus ofensivas a nuevas áreas, aprovechando especialmente el teletrabajo, el perímetro habilitado para el 5G, la red central, el hogar e incluso el internet satelital en el espacio.
Los expertos de esta firma señalan que los ciberdelincuentes ya utilizan la IA para dominar las ‘deepfakes’, es decir los archivos de vídeo, imagen o voz manipulados para que parezcan auténticos y reales, y también la aprovechan para frustrar los complicados algoritmos utilizados para detectar su actividad anormal y delictiva.
Esta tendencia evolucionará a medida que las ‘deepfakes’ se vuelvan una preocupación creciente, al imitar las actividades humanas y ser utilizadas para mejorar los ataques de ingeniería social, señalan.
“Esta evolución podría acabar dando lugar a suplantaciones en tiempo real a través de aplicaciones de voz y vídeo que podrían pasar las medidas de seguridad mediante análisis biométrico (autenticación de identidad de una persona por sus características biológicas)”, apuntan.
En el futuro, otro reto será especialmente difícil para los ciberdefensores, será proteger los nuevos perímetros de red impulsados por el ‘trabajo desde cualquier lugar’ (WFA, por sus siglas en inglés), el aprendizaje remoto y los nuevos servicios en la Nube, según Fortiguards Labs.
Del mismo modo, el aprendizaje a distancia y los juegos `online´ son actividades habituales y cada vez más populares en el hogar.
“Este aumento de la conectividad rápida, en todo lugar y momento, presenta una enorme oportunidad de acometida para los ciberdelincuentes, que destinarán importantes recursos a atacar y explotar los entornos emergentes de los perímetros en cualquier lugar de la red extendida, sin tener que dirigirse únicamente a la red principal”, adelantan.
FortiGuard Labs también prevé comenzar a analizar las amenazas dirigidas a las redes satelitales a partir de 2022, ya que el acceso a Internet basado en satélites sigue creciendo.
“En el futuro, los mayores objetivos serán las organizaciones que dependen de la conectividad basada en satélites, como los juegos ‘online’ o la entrega de servicios críticos a lugares remotos, así como las delegaciones que trabajan en remoto, los oleoductos o los cruceros y las aerolíneas”, señalan.
“Por otra parte, a medida que se generalice el uso de ‘monederos digitales’ (dispositivos para guardar y utilizar dinero de una cuenta bancaria o criptomonedas) para efectuar transacciones en línea, es probable que se diseñen más programas maliciosos para apoderarse de las credenciales que almacenan y vaciarlos”, según Fortiguards Labs.
“Los eSports, competiciones de videojuegos multijugador e interactivas, en las que suelen participar jugadores y equipos profesionales, están en rápido crecimiento, siendo otro objetivo atractivo para los ciberdelincuentes, ya que requieren una conectividad constante y suelen jugarse en redes domésticas poco seguras o con gran cantidad de acceso Wifi abierto”, señalan.
“Estas competiciones, así como los juegos ‘online’ en general, serán atacadas mediante ataques DDoS (que impiden el acceso de los usuarios legítimos al sistema), ‘ransomware’ (secuestro de datos y pedido de rescate), robos financieros y de transacciones, o ataques mediante señuelos o de ingeniería social”, predice FortiGuard Labs. |
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