Gustavo Roca, vocero de la entidad que nuclea a las empresas dedicadas a ofrecer servicios marítimos entre Argentina y Brasil (Semarbra), cuestiona la caducidad de uno de los acuerdos que dio origen al Mercosur, al señala que se gesta “cuando en el mercado mundial se verifica que el transporte marítimo y su correspondiente logística son los factores que determinan finalmente si una mercadería es competitiva o no, es decir exportable o no”.
Roca, con décadas de experiencia en el transporte por agua con Brasil, explica que “las principales economías del mundo, en Europa y Estados Unidos, observan con atención el ritmo al que avanzan los monopolios marítimos que están manejando el comercio exterior y, con esta decisión, vamos a abrirle las puertas para que naveguen por nuestras aguas”, plantea.
La lógica indica que estas empresas que operan a nivel global, al manejar la mayoría de las operaciones del comercio marítimo internacional fijan precios, pero, además, según advierte Roca “luego se meten en la logística de cada país y deciden que puertos son operativos, qué tramos y en qué condiciones lo que puede generar condiciones muy negativas para el país”.
“Además – agrega- son grupos económico poderosos que una vez que llegan al puerto, están en condiciones de hacer inversiones para competir en mejores condiciones con las empresas de logística y distribución”.
Roca confirma que en el corto o mediano plazo esta decisión afectará los servicios de cabotaje –dentro del país- y que “se pone en riesgo todo el sistema logístico como está sucediendo en otros países donde se integran en la logística horizontal y vertical y definen todos los precios”.
Los armadores no piden subsidios ni prestamos, sino tiempo, que el Acuerdo de Transporte Marítimo que establece que todas las cargas entre Argentina y Brasil, y viceversa, deben ser transportadas por armadores de ambos países, se mantenga por un período más para que puedan desarrollarse y competir de forma leal frente a las grandes navieras que llegarán a los puertos del atlántico una vez que el marco de exclusividad caiga.
Mientras Alberto Fernández, recordaba un día histórico, el 26 de marzo, cuando se reunió la cumbre por el 30º Aniversario de la creación del Mercosur, los armadores argentinos reunidos en Semarbra- Sede Buenos Aires, la Federación de Empresas Navieras de la Argentina (Fena), y Cámara Naviera Argentina, mantuvieron una reunión con Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Argentina y Rossana Surballe, subsecretaria del Mercosur y Negociaciones Económicas Internacionales.
Neme, que preside además el Consejo Público Privado para la Promoción de Exportaciones que funciona en la Cancillería escuchó, se interesó y prometió “trabajar fuertemente” con los empresarios, “para posicionar al servicio de transporte marítimo como un sector estratégico en la oferta exportable de nuestro país”, cuenta Roca.
El sector empresario se mostró conforme con la iniciativa y espera ser convocado de forma inmediata para dar inicio a los trabajos que requiere el sector para cumplir el objetivo acordado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, que conduce Felipe Sola, y para las entidades significa “contribuir de manera significativa a la balanza de pagos argentina”.
Aunque la Cancillería considera que la decisión de Brasil es “irreversible” y no encuentra resquicios legales para revertir la caída del acuerdo los armadadores, que ven en riesgo su actividad aseguran que no se darán por vencidos. “Lo único que nos mueve es que Brasil no dictó el decreto aún”, dice Roca, aunque sabe que años atrás cuando cayó el acuerdo con Chile, la norma oficial llegó sobre la hora.
“Entendemos que a nivel Mercosur, el panorama es un poco distinto, por cuanto la prestación del servicio de transporte marítimo regional -que los armadores argentinos consideran fundamental para el proceso de integración del Mercosur- seguramente y lamentablemente será excluido de la mesa de negociación regional”, señalan desde Semarbra.
Además explica que “el Protocolo del Comercio de Servicios del Mercosur -que integra el Tratado de Asunción- es una norma muy clara que facilita ese tipo de integración” y, al mismo tiempo lamentan que “el Mercosur se autolimite a un mercado ampliado solamente de mercaderías, en lo referente al transporte marítimo, cuando en el mercado mundial se verifica que el transporte marítimo y su correspondiente logística son los factores que determinan finalmente si una mercadería es competitiva o no, es decir exportable o no”.
Mientras aguardan respuesta del ministro de Transporte Mario Meoni para abordar la problemática en el marco de una cuestión que afecta el desarrollo de la logística en general los empresarios, a través de Fena, trabajan en una presentación que analiza las necesidades del sector para volverse competitivo en el corto y mediano plazo. “Tenemos que trabajar en conjunto para poder competir en condiciones razonables y aprovechar el potencial que tiene el transporte y las vías navegables en toda la región”, refuerza Roca.
Las operaciones entre Brasil y Argentina rondan los 5 millones de toneladas al año, lo que se traduce en 600 millones de dólares al año en concepto de fletes marítimos, a lo que se agregan los importes correspondientes a servicios vinculados como la operación de los buques en ambos países, provisiones, combustible, reparaciones navales, y agenciamiento.
Desde la Argentina se despacha principalmente productos a granel, de la industria siderúrgica, alúmina, fertilizantes y del agro (malta, cebada, arroz y maíz); líquidos, como combustibles, químicos, aceite vegetal y de soja, y contenedores con variedad de productos industriales, pero principalmente automóviles.|