Aunque en sus últimas declaraciones el ministro de Economía, Martín Guzmán, descartó la posibilidad de que el dólar pegue un “salto brusco” luego de las elecciones, los últimos datos del Indec mostraron que, en lo que va del año, la inflación alcanzó 52,5%, mientras que el peso se devaluó sólo un 26%. Con este resultado, todo indica que el retraso cambiario se corregirá luego de las elecciones, la gran incógnita es a qué ritmo y con qué estrategias.
En ese sentido, un estudio de la consultora Focus Market echó luz sobre esta cuestión a partir de comparar el comportamiento de la inflación y el tipo de cambio en las últimas 5 elecciones en Argentina.
Para analizar el camino que marca la inflación se tomó en consideración el acumulado de la evolución de precios de los 6 meses previos a las elecciones y se lo comparó con el acumulado en los 6 meses posteriores a cada una de las elecciones.
La inflación acumulada en el semestre previo a las elecciones de 2011 fue de 10,5 % y en los 6 meses posteriores subió a 12,4 %. En 2013, varió de 15,5 % a 25,5 %; en 2015, de 12,6 % a 26,4%; en el 2017 de 9,4 % a 15,5 %; en 2019 de 23,7 % a 14,8 %, mientras que, sólo el cierre de la economía y la cuarentena estricta, en pandemia, lograron que la inflación acumulada en los 6 meses posteriores a las elecciones generales de 2019, por primera vez, sea inferior a los 6 meses anteriores.
“Durante estos últimos 10 años para los diferentes actos eleccionarios tanto el oficialismo actual como la oposición utilizaron todas las herramientas fiscales y monetarias para que el valor de la inflación se contuviese en este camino, pero se generaron las condiciones para acumular una inflación más elevada en los 6 meses posteriores”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market.
Los números de inflación de septiembre han marcado una evolución muy grande y los de octubre, con 3,5% ratificaron la misma tendencia. “Parecería muy poco premio el que el propio Gobierno está obteniendo para tanta represión de precios en la economía”, planteó Di Pace y agregó que “esto estará dejando como saldo una inflación mucho más elevada en 2022”.
Para el caso del tipo de cambio oficial y paralelo se tomó la cotización a noviembre para cada una de las elecciones y se lo contrastó con su precio a los 6 meses posteriores a cada una de las elecciones.
Al evaluar la situación del tipo de cambio, al remontarse a las elecciones presidenciales del 2011, las legislativas del 2013, las presidenciales del 2015 y las legislativas del 2017, el estudio encontró un denominador común en las pre-elecciones, en donde los valores del dólar se encuentran relativamente bajos en comparación a los seis meses siguientes donde este mismo valor se dispara. “Esto se debe a una serie de medidas expansivas fiscales que se van gestando antes de las elecciones, y cerca de las mismas, se usaban como herramienta distintos controles que contenían al tipo de cambio para mostrar cierta pax cambiaria, pero al finalizar ese período su valor retoma la senda alcista”, describe Di Pace.
En las últimas elecciones presidenciales del 2019 tanto el dólar oficial como el paralelo, para el mes de noviembre, se encontraban en torno a los 60 pesos, pero seis meses después tocó un máximo histórico de 70, mientras el paralelo alcanzó los 126 (devaluándose así el peso un +38%).
En ese caso, según el informe de Focus Market, “el gobierno tenía inconsistencias fiscales y monetarias, las cuales se agravaron con el pasar de los meses”. La situación derivó en aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil, congelamiento del precio de combustibles, bonos a empleados públicos, trabajadores informales y desempleados, subsidios sociales y créditos a los monotributistas, entre otros, recordó Di Pace.
A diferencia de otras elecciones, hoy la brecha cambiaria, con un 100% toca récord mientras el acceso al mercado cambiario cada vez se restringe más y las reservas líquidas escasean, “con una situación inédita de un impuesto PAIS del 30 % y una percepción de impuesto a las ganancias del 35 % para solo acceder a U$S 200 mensuales”, describe Di Pace y asegura que “el costo del CEPO está siendo muy alto, las ganancias muy pocas y el retraso del tipo de cambio real también”.
“A pesar del esfuerzo por sostener el tipo de cambio oficial no se ha logrado contener los precios mayoristas que siguen creciendo al 60 % interanual”, explica el analista y advierte que “esa situación deja un colchón inflacionario para los precios minoristas para los próximos meses”.
Respecto a las restricciones para acceder al Mercado Único y Libre de Cambios, que podría verse más afectada en un futuro reciente, “tampoco es una buena noticia para los importadores”, destaca el consultor y explica que “la falta de insumos y materias primas elevan los precios de la oferta disponible por parte de las empresas antes de liquidar su stock o directamente dejan líneas de producción paradas sin poder realizar la entrega de los bienes finales terminados , lo que aumenta los precios de los únicos disponibles en los comercios”, resumió Di Pace.
En síntesis, el director de Focus Market confirma que luego del 14 de noviembre, sea cual sea el resultado, sucederá lo mismo que en las elecciones anteriores. “Se va a dar un incremento del dólar paralelo, una aceleración del tipo de cambio oficial”, dice pero aclara que no se dará al estilo “shock” como en el 2019 sino “más pausado, pero en forma acelerada”. Por otro parte, en relación a la evolución de precios, el pronóstico de Di Pace es poco alentador ya que estima que “la inflación también se acelera en 2022 respecto al último semestre de 2021”. |