Dentro el proceso de transformación cultural que vienen trabajando las empresas, uno de los principales desafíos de la industria argentina hoy en día es la implementación de políticas de equidad de género en entornos considerados tradicionalmente masculinos.
Si bien es de conocimiento público la diferencia remunerativa, restricciones y exigencias que atraviesan las mujeres a momento de aplicar a un puesto laboral o lograr una promoción, las empresas tienen gran interés por revertir esta situación.
Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial el 71% de los hombres en edad laboral se encuentran activos, en comparación con sólo el 45% de sus pares mujeres. Las cifras vinculadas a la tasa de desempleo son aún más impactantes, reflejando que el 52% de las mujeres se encuentran desempleadas en comparación con el 25% de varones en la misma situación.
En lo que respecta a las posiciones de liderazgo, según los datos publicados por el ranking de empresas más atractivas para trabajar en Argentina, sólo el 27% de las posiciones de dirección y gerencia y el 37% de los puestos de supervisión y jefatura son ocupadas por mujeres. Esta información se confirma con los datos brindados por el Gobierno Nacional que indica que el 30% de los líderes empresariales son mujeres.
El Programa de Naciones Unidas propone: “De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor”.