En la Casa Rosada impulsan un nuevo esquema donde el 20 % más rico pagaría sin subsidio la energía, un 40 % (la clase media) pagaría el 80 % del costo y tendría aumentos de hasta el 25 % anual, mientras que el 40 % restante sólo pagaría el 60 % del total del costo. Todo indica que este año se registraría una suba de no más del 14 % en las boletas de electricidad, gas y agua.
“Si este gobierno continúara con la política del anterior el gas debería haber aumentado un 80% en octubre de 2019 y debería aumentar un 130 % en abril de este año. La electricidad, por su parte, debería aumentar un 168 % en el próximo mes de abril”, dijo el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de sesiones en la Asamblea Legislativa.
Pero las palabras del presidente no ocultan lo que muchos en el mercado ya sabían de antemano y es que el descongelamiento de tarifas avanzará sin prisa pero sin pausa. “Desde el día que llegué y hasta hoy mismo, he ordenado el congelamiento de tarifas. He cumplido mi palabra. Ahora llega el momento de regularizar el sistema tarifario que estuvo congelado todo este tiempo”, dijo el primer mandatario, quien no dio más detalles de cuando empezaría la nueva corrección de tarifas.
Pero en el mercado energético esperan que salvo en el sector más alto de los consumidores —que es solo el 20% del negocio—, el resto de los usuarios tengan aumentos por debajo de la inflación. Las razones de la contra marcha del aumento de tarifas se debe a que la política pudo torcer el brazo a las visiones fiscalistas del gasto público.
Es que el congelamiento de tarifa y el nuevo marco regulatorio frenaron de lleno lo que pretendía llevar a cabo en 2021 el Gobierno. Cabe recordar que, en los últimos meses de 2019, Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, ya había anticipado su intención de comenzar a descongelar las tarifas durante los primeros meses de 2021, en el marco de los reajustes fiscales que el Gobierno quiere realizar para encauzar la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Correcciones tarifarias, que junto con el acuerdo con el FMI, deberán esperar un poco. Obra y gracia del año electoral.
En este contexto es que la Subsecretaría de Energía Eléctrica sostendrá con $ 60.000 millones en subsidios a Edenor y Edesur, las dos mayores distribuidoras eléctricas del país, para que la electricidad que reciben los hogares de menos ingresos no note el ajuste.
"Hasta tanto podamos formular una nueva revisión tarifaria integral creo importante marcar un sendero en el precio de las tarifas de luz, gas y otros servicios para el próximo año y que estén vinculadas al ingreso de la gente", afirmó el presidente en el discurso. Ese mensaje que cayó como una bomba sobre el sector energético, el cual es muy reacio a mostrar los datos económicos de sus clientes.
Pero el cambio comenzará el 15 de marzo, cuando empiecen dos audiencias claves para discutir las tarifas de gas, donde se discutirán no solo el nivel de corrección en los precios de los servicios de transporte, sino también en los de distribución. Las audiencias son importantes porque son el paso legal previo y obligatorio para definir un aumento tarifario, aunque son sólo informativas y no son vinculantes con la política tarifaria.
Durante la presidencia de Mauricio Macri las tarifas del gas y la electricidad fueron dolarizadas, lo que derivó en aumentos de hasta el 3.000 % para algunos sectores. Algo que ahora se pretende cambiar, no sin el pesimismo de muchas empresas que sienten que la pesificación de sus balances los llevara, tarde o temprano, a la fusión o a la venta a otras compañías. |