La clonación de animales es una técnica por la cual se consiguen copias idénticas de un animal. Una de las clonaciones emblemas es la oveja Dolly, el primer mamífero nacido por clonación, a partir de material genético extraído de las células de la piel de una oveja adulta.
En la Argentina, también se clonó hace 19 años una ternera llamada "Pampa" por medio de células fetales. Después se clonaron caballos, chitas, cebras, cerdos y camellos. Además, este proceso ya está funcionando en mascotas, básicamente en perros y gatos domésticos.
Apelando a los afectos que uno desarrolla por querer pasar más tiempo con los compañeros perrunos y gatunos, muchas compañías han desarrollado este servicio. "Una de las mayores del rubro es la coreana Sooam Biotech y tiene muchísima demanda. Clonar un perro con ellos puede costar entre US$ 80.000 y 100.000 y tienen una lista de espera de seis meses", dice Adrián Mutto, director del Laboratorio de Biotecnologías Aplicadas a la Reproducción y Mejoramiento Genético Animal (Unsam).
Otras firmas que realizan clonaciones en mascotas como ViaGen y Sinogen, no solo clonan animales a particulares sino que también clonan a perros que fueron entrenados en aeropuertos o por la policía para que las fuerzas no pierdan el tiempo enseñándoles nuevas habilidades. Según datos oficiales de Corea del Sur, el 80% de los perros que detectan sustancias maliciosas en aeropuertos son clonados.
Los famosos son quienes más utilizan. El perro de Barbra Streisand, la popular actriz y cantante de los Estados Unidos, falleció en 2017 y frente al dolor, la artista decidió clonar a su mascota. Envió a su mascota a un laboratorio, donde tomaron muestras y células de la boca y del estómago. Tiempo después, la empresa entregó dos cachorros clonados idénticos a su perro fallecido, a los que llamó Miss Violet y Miss Scarlett. El empresario Barry Diller y Diane Von Furstenberg, la diseñadora de moda belga-estadounidense, clonaron su Jack Russell terrier.|