De cara al período electoral, el Banco Central (BCRA) aseguró que cuenta con una "posición robusta” para enfrentar eventuales episodios de mayor volatilidad financiera y que ha incrementado su “poder de fuego” para preservar la estabilidad cambiaria, a partir de una fuerte recomposición de reservas.

En su publicación trimestral sobre Política Monetaria la entidad analiza la coyuntura económica nacional e internacional, evalúa la dinámica inflacionaria y sus perspectivas, y explica las razones de las decisiones de la política monetaria.

El informe que abarca hasta el mes de agosto indicó que la actividad económica retomó el sendero de recuperación en junio, tras el freno observado durante abril y mayo por la llegada de la segunda ola de contagios de Covid-19. “Para contener los efectos económicos y sociales de esta segunda ola, el Banco Central y el Gobierno Nacional focalizaron sus medidas de estímulo en los estratos sociales más vulnerables y en la asistencia a empresas de las jurisdicciones afectadas”, explicó.

Respecto a la tasa de inflación mensual señaló que comenzó a desacelerarse gradualmente una vez que perdieron influencia los factores transitorios que aceleraron el ritmo de incremento de los precios, entre ellos, la suba del precio internacional de los alimentos y de los insumos clave de la producción, el dinamismo del precio de la carne y de ciertos bienes estacionales, y la recomposición de los márgenes durante la reactivación económica. 

Así, de acuerdo al BCRA, en julio se registró el nivel más bajo de inflación mensual desde septiembre de 2020.

“El BCRA cuenta con una posición robusta para enfrentar eventuales episodios de mayor volatilidad financiera, que en Argentina han coincidido típicamente con los períodos electorales”, apuntó el informe y confirmó que “en los últimos 7 meses, la autoridad monetaria ha recompuesto sus stocks y perfeccionado la regulación cambiaria, incrementando su poder de fuego para preservar la estabilidad cambiaria”.

Además, señaló que, luego de varios meses de contracción, hacia fines del segundo trimestre del año, los medios de pago volvieron a expandirse en términos reales a partir de la recomposición de los salarios reales y las transferencias del sector público a los sectores vulnerables.

“Con un déficit fiscal más acotado y financiado en una mayor proporción por el mercado, la expansión primaria vinculada al sector público se ubicó en niveles similares a los de años previos, excluido el 2020”, aclaró el informe y describió que el principal factor de expansión de la base monetaria durante el primer semestre del año fue la compra de divisas del BCRA en el mercado de cambios. 

La entidad que conduce Miguel Pesce, afirmó que la política crediticia continuó enfocada en los sectores más afectados por la pandemia a través de la Línea de Financiamiento a la Inversión Productiva (LFIP), principalmente.

En ese sentido agregó que, desde su implementación y con datos al 31 de julio, los desembolsos acumulados mediante la LFIP totalizaron $801.000 millones. “El saldo de préstamos a MiPyMEs a precios constantes se mantiene por sobre el registro prepandemia, aunque con una caída en los últimos meses debido a la concentración de vencimientos de las líneas otorgadas al inicio de la pandemia”, explicó el documento.   |