"Los productores argentinos producen en pesos argentinos, ahora en esa producción en pesos hace dos años que no tienen aumento en las tarifas y no tienen aumentos en los combustibles", dijo el presidente Alberto Fernández y despertó el enojo de gran parte del campo. Las palabras del presidente fueron leídas de la peor manera por la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias.
Ahora, a excepción de Coninagro, irán a un paro que arrancará el lunes y se extenderá hasta el miércoles de la semana próxima. La medida consiste en un cese en la comercialización de granos para rechazar la suspensión de las exportaciones de maíz.
La pelea entre el campo y el Gobierno no es sólo por la renta agraria, ni por las ganancias del campo, sino por el precio del dólar. Y es que los asesores financieros de los grandes exportadores cerraron el año con liquidaciones del complejo agroindustrial de la soja 10,8% por debajo de los valores de 2019. Esto se explica por caída fuerte de la cantidad, en un contexto de precios en alza. Es decir, se sentaron sobre los silbosas a esperar una devaluación del peso que no ocurrió.
Para el Gobierno, la discusión es una pelea de fondo. La soja explica uno de cada 4 dólares que exporta Argentina y no para de subir. La tonelada en Chicago, alcanzó los u$s 500 y aumentó más de 60% desde u$s 300 que llegó a cotizar en marzo de 2020.
En el campo se ilusionan con que llegue a los u$s 650 la tonelada que llegó a valer en agosto de 2012, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, pero es un número más que interesante si se lo compara con los u$s 350 que promedió durante la gestión de Cambiemos. El maíz está un 30% arriba, y el trigo vive un alza de 18%. Todo en dólares constantes y sonantes.
El contexto
En el campo usan los números provistos por la cordobesa Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), quienes afirman que el "54% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el restante 46% están pesificados". "Si se considera el costo de la tierra dentro del esquema de costos, los costos dolarizados en una hectárea de soja pasan a representar el 68%", afirman en FADA.
El caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja. Los costos dolarizados ascienden al 59% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 43%. Si se considera el valor de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 67%. Son algunos motivos por la bronca que generó los dichos del presidente.
Lo que vendrá
Entre las mismas entidades agropecuarias no hay una unidad fuerte con respecto a la medida de fuerza. El ex presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, cuestionó el paro dispuesto por entidades agropecuarias, a la que consideró como "una medida apresurada". "Es una medida apresurada de parte de tres entidades. No entiendo por qué ese apresuramiento de ir al paro, de aportar a la grieta", sostuvo el dirigente, en referencia al cese de comercialización de granos que la Sociedad Rural, Federación Agraria y Confederaciones Rurales realizarán la semana próxima.
La división del campo se debe, en parte a que la soja ya pasa los 500 dólares la tonelada, el mejor precio internacional en 6 o 7 años, lo que da una gran oportunidad para los pequeños y medianos productores. Eso divide a grandes exportadores y pequeños productores.
En ese sentido, Carlos Achetoni, titular de la FAA, aseguró ayer que: "A pesar de la protesta, no tenemos el ánimo de tensar más la cuerda. Sólo queremos llamar la atención del Gobierno para que no tome medidas unilaterales". Una muestra que la protesta del campo parece haber sido cargada con pólvora mojada.